Michael Ignatieff: la prudencia del pensador valiente o cómo mancharse sin perder la elegancia
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Alexis de Tocqueville nos recordó que, en Inglaterra, los que escribían sobre política se comprometían con ella y la ejercían: los políticos eran filósofos y viceversa. En su Francia natal, por el contrario, pensadores y gobernantes pertenecían a castas distintas, lo que acabó por generar excesos indeseables. La mezcla de esas dos naciones es Canadá, y no he podido dejar de pensar en esta cita de 'El Antiguo Régimen y la Revolución' al recibir la noticia de que Michael Ignatieff había ganado el Princesa de Asturias de Ciencias Sociales. El premio reconoce su obra intelectual, pero su esfuerzo ensayístico, histórico y filosófico es indistinguible de su compromiso con lo que los clásicos denominaron los asuntos públicos o, si lo prefieren,... Ver Más