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Май
2024

Jueces, periodistas, Netanyahu, Milei: ¡Cuánto os amamos!

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Jueces, periodistas, Netanyahu, Milei: ¡Cuánto os amamos!

Dejemos las variadas elucubraciones de la brigada acorazada en torno a las elecciones catalanas, que esta noche se ahogarán solas en el océano –tan grande– de la estupidez.

Por pura actualidad, arrancamos con la briosa defensa de Israel y las mil menciones a Hamás, que ya se sabe que en Gaza no existen palestinos, tampoco niños, sino sólo terroristas de Hamás.

Abc. Rosa Belmonte: “En Hamás deben de estar encantados con la solidaridad de los ministros de Sumar y de los jóvenes occidentales (…) Esa es la suerte de los israelíes, una voluntad de sobrevivir que no veo en estos tontarras acampados que ríen las gracias al islam. A este paso destruyen el mundo civilizado occidental desde dentro. Me convertiré al judaísmo y me iré a Israel”; Carlos Herrera: (Referencias a Israel) “Se trata de dos escombros ideológicos que son ministros de España (Rego y Bustinduy) por merced y gracia de Pedro Sánchez (…) Son vestigios de un credo fracasado y criminal que buscan, como los peces sacados del agua, boquear para conseguir los minutos del éxito que les ha negado su ensoñación doctrinaria”; Chapu Apaolaza: “Donde se está de lujo también es en las universidades norteamericanas en las que manifestantes propalestinos acosan, agreden a los estudiantes judíos y jalean las matanzas de israelíes (…) Cuánto mejor que en San Isidro estaríamos en Columbia rompiendo lunas y reclamando que Hamas, Irán y Yemen son el paraíso de la civilización”. El Mundo. Fernando Palmero: “Los judíos, al mar, dice el Gobierno. Dos ministros de Pedro Sánchez inician una campaña antisemita con el objetivo puesto en el Estado de Israel”. La Razón. David González Niñerola: “Resulta triste la manera en que se está proyectando sobre el estado de Israel, bajo toda forma de sospecha velada, las acusaciones de los crímenes más infundados (…) Es insultante. Por supuesto, son fácilmente desmontables como se demostrará a su tiempo con pruebas y documentación fehaciente, la que aportarán las fuerzas de defensa militar con el código ético más férreo del mundo. Pero la calumnia ya ha hecho efecto…”. El Debate. Gabriel Albiac: “La coartada antisemita. En eso consiste hoy el antisemitismo; en negar a los judíos lo que sólo para los no-judíos consideramos un derecho: la autodefensa”; Marcelo Wio: “Las bochornosas representaciones de niños bien en las universidades de ‘prestigio’ occidentales no son un mero capricho, una pulsión juvenil, un ímpetu solidario, son una pública glorificación y validación del terrorismo islamista –lo que académicamente se llama felación ideológica”. OKdiario. Teresa Giménez Barbat: “El delirio autodestructivo propalestino llega a nuestros campus. Vamos a tener descerebrados que, en nombre del antirracismo y el antiimperialismo, apoyarán a los mártires de Hamás que pretenden crear un país étnica y religiosamente limpio. Una Palestina, en definitiva, libre de judíos. Por desgracia tenemos una izquierda pro-Hamás entre los profesores y estudiantes de muchas universidades, estadounidenses o europeas”. Y terminamos con Vozpópuli. Irene González: “Esta última semana, los vertederos psiquiátricos en los que se han convertido las universidades norteamericanas han vuelto a recordarnos cuál es el punto exacto de demolición en el que se encuentra Occidente y su metrópoli a la vanguardia”; Carlos Martínez Gorriarán: “La historia muestra que el fascismo brota con facilidad, de modo natural, de la vieja izquierda socialista (…) Puede reconocerse esta evolución en la Rusia de Putin, heredero del KGB comunista, en los movimientos woke intelectuales de Estados Unidos y Europa, preñados de feroz antisemitismo e islamofascismo, o en la estrategia política de Pedro Sánchez, que cada día da más motivos para ser incluido entre los neofascistas genuinos”, y el mismo autor, por si no ha quedado claro, se reafirma un par de días después: “El genocidio como tal es un bulo de clara intencionalidad política contra las democracias. Bulo alimentado, sostenido y propagado por la coalición autocrática de antisemitismo, iliberalismo e islamowokismo pijo que ha declarado la guerra a occidente, con la enorme ventaja de contar con numerosos caballos de Troya en el mundo académico y de la comunicación: basta con ver el trato privilegiado dado en la mayoría de medios a las acusaciones de genocidio y a las protestas convocadas, calificadas de ‘estudiantiles’ cuando son antisemitas”.

Ya de viaje al exterior, algún recuerdo al conflicto con Milei: 

Abc. Luis del Val: “El ministro de Asuntos Exteriores, que ya tenía bastante trabajo ocupando a todos sus amigos en embajadas, y disimulando su falta de méritos, ahora tiene que limpiar la porquería que extiende el boquirroto, más allá de nuestras fronteras. ¡Luego dirán que el pescado es caro!”; Jesús Nieto Jurado: “El 'gashego' de los trenes. Óscar Puente es una Evita a la inversa”; Juan Fernández-Miranda: “Sectarismo, falta de formación e incompetencia. El ataque al presidente argentino describe al ministro español”. El Debate. Alfonso Ussía: “En el Gobierno de España, donde abunda la fauna más variopinta y exótica del universo mundo, también tenemos un aullador. El aullador de Campo Grande, la estación ferroviaria de Valladolid. Lo curioso del caso es que no aúlla para advertir. Lo hace para obedecer las consignas de quien le ha situado al frente de un ministerio para que aúlle a sus órdenes, caprichos y estrategias”. Libertad Digital. Federico Jiménez-Losantos: “Sánchez se ha reído de España, pero Milei no se deja tomar el pelo. Es pura justicia poética que Milei, tras derrotar a los Kirchner de su tierra, denuncie a los Kirchner de la nuestra”; Agapito Maestre: “¡Agradecimiento a Milei! Milei trae libertad, verdad y coherencia a la política de Hispanoamérica, incluida la nación española”. Una sabrosa guinda. Editorial de OKdiario: “Lástima que en España no funcione la motosierra de Milei para acabar con la mamandurria sindical. Hay que tener un rostro de cemento armado y muy poca vergüenza para guardar un atronador silencio ante los problemas que atraviesan los españoles y movilizarse contra las políticas del máximo dignatario argentino”.

Pero vayamos a lo mollar: jueces y periodistas. ¡Os salvaremos de la dictadura sanchista!, grita enfervorizada la alegre muchachada. 

Abc. Ignacio Camacho: “El inminente relevo en el Banco de España dejará al Supremo como única alta institución independiente del Gobierno”; Álvaro Martínez: “Benditos jueces. Son la última línea de defensa del Estado democrático tal y como lo conocemos y los únicos que pueden frenar este caminito a la autocracia”; Jon Juaristi: “Socialistas y comunistas utilizaron una táctica similar para destruir la administración de Justicia entre febrero y julio del año 1936. Lo consiguieron, así que los únicos tribunales que operaron en el bando republicano durante la Guerra Civil fueron las checas”. El Mundo. En la campaña contra el fiscal general del Estado, Álvaro García Ortiz. Federico Jiménez-Losantos: “Un fiscal bolivariano para el golpismo sanchista”. Libertad Digital. Ojo a este titular: “Conjura de los magistrados izquierdistas del TC con Conde-Pumpido en un asador argentino antes de la amnistía. Libertad Digital publica en exclusiva imágenes del encuentro que ha tenido lugar en el restaurante Beef Place de la capital”. O sea, en rigurosa clandestinidad. ¡Qué bárbaros! O este otro de Agapito Maestre: “Irrespirable régimen tiránico. El Tribunal Supremo parece no tener duda sobre la deriva tiránica del sanchismo”. El Debate. Ramón Pérez-Maura: “Vemos cómo el poder Judicial se ha convertido en el último bastión de nuestras libertades y, por ello, en el objetivo máximo de la ofensiva populista para acabar con la Constitución de 1978”; Antonio R. Naranjo: “Si Sánchez asalta también la Justicia, adiós democracia. Permitir que renueve el Poder Judicial con una mayoría ilegal pondría el último clavo en el ataúd de la Constitución”. En Vozpópuli. Ramiro Grau Morancho: “El presidente del Gobierno tiene ante sí un horizonte penal de dudosos resultados, pues la justicia es lenta, como una apisonadora, pero, ¡cuidado!, cuando se pone en marcha, porque no la detiene nadie. A Dios gracias. ¡Todavía quedan jueces, en Madrid y en España!”. 

¿Consideran esto una amenaza? Pues ahora viene Hermann Tertsch, también en El Debate: “Son muchos los políticos que han tratado con mayor o menor éxito de engañar a los españoles a lo largo de su historia. Pero nadie ha pretendido jamás tratarlos como absolutos imbéciles como hace la banda de Sánchez de manera obscena. Sánchez va a acabar mal. Muy mal. Acabará como dictador o como reo respondiendo por sus desmanes. Y la primera opción no excluye la segunda. Porque Sánchez tiene que acabar muy mal por el bien, la libertad y el futuro de la sociedad y la nación española”. ¿Está claro? Pues ya puestos, sigamos con los mandobles. Abc. José F. Peláez: “Sánchez es el oso que ahoga todas las causas que decide abrazar. Las deja sin aire en los pulmones, con la tráquea obstruida y las extremidades inertes girando sin cadencia, como un espantapájaros de tela en mitad de un campo de molinos. Ese es el principal problema de ser un mentiroso compulsivo, un intoxicador y un fascistucho de tres al cuarto”. El Mundo. Andrés Trapiello: “Mentiras, engaños y cada vez peor. En la astracanada de Sánchez, de la que él es, como decíamos, único empresario, autor, actor y tramoyista, las cosas suceden más o menos igual. Él es adicto a dos drogas aún más dañinas que la morfina para la convivencia democrática: la mentira y la vanidad”. Maite Rico: “Pedro y Begoña pueden impulsar la Federación de Reporteros Obsequiosos o el Orfeón de Escribas Resilientes o el Sindicato de Fregonas Antifango. Seguro que encuentran rápidamente patrocinios”. La Razón. Francisco Marhuenda: “No le importa utilizar a las mujeres, al colectivo LGTBI+, y los inmigrantes, porque su fuerza es la mentira como instrumento político (…) Un gran número de los políticos socialistas y los periodistas de izquierdas que ahora le apoyan eran los que le despreciaban con una crueldad que ningún dirigente de Vox sería capaz de superar. Ahora comen de su mano como hacía mi querida perra Lolita”. O este otro: “La regeneración [para Sánchez] es que los independentistas y los antiguos dirigentes del aparato político y militar de ETA sean los que manden en España”.

Salimos mucho los periodistas y el ahogo democrático. El Confidencial. Rubén Amón: “Los jueces y los periodistas se han convertido en los enemigos, han desquiciado una persecución cuya credibilidad se resiente de la propia ferocidad sanchista. Nadie como él ha ejercido la intimidación de la prensa y la injerencia en el poder judicial, pero la necesidad personal de conservar el cetro monclovense precipita la teoría del gran complot”. O como Juan Soto Ivars, tan doliente: “Me voy de Barcelona. Ganas me dan de votar a Puigdemont. Por castigar a Pedro Sánchez (…) Sé que, si el proceso de Sánchez para España no se detiene, romperá amistades, endurecerá familias, erosionará instituciones y se desinflará sin haber dejado nada útil”. En The Objective, Juan Luis Cebrián opta por la insidia y cita algunas frases que nadie ha pronunciado para rematar de la siguiente manera: “Tenga cuidado el lector si las escucha: pertenecen al capítulo tercero de un famoso libro firmado por el puto amo de la máquina del fango en la Alemania de preguerra”. Y ya en el mismo medio, Pilar Cernuda: “Los problemas no los provocan jueces y periodistas, sino la corte de Sánchez y el propio Sánchez que se niegan a reconocer que nunca en los últimos cuarenta y tantos años ha habido en España un gobierno con menos respeto por la democracia”; Félix de Azúa: “No lo va a tener fácil el Farsante [Pedro Sánchez] para acabar con el poder judicial, con la prensa libre y con la opinión pública de unos habitantes que, durante los últimos cuarenta años, han ido dejando de ser acobardadas criaturas que lamen las botas de las autoridades. Queda mucho franquismo, pero está todo en la izquierda”; Okdiario. Carlos Dávila: “No es un antiliberal, no es un iliberal, es un liberticida. Es nuestra obligación patriótica y profesional hacer frente a este psicópata”.

Quizá sea suficiente muestra del albañal en el que chapotean nuestros queridos amigos. Así que rematemos con tres pepitas de oro que refulgen entre tanta oscuridad.

La Gaceta, Zoe Valdés: “España es ya un estado totalitario, de corte socialcomunista con tintes fuertes de islamismo radical, como en Francia. España dejó hace tiempo de parecerse a Venezuela en épocas de Zapatero para asemejarse cada vez más a Cuba con Sánchez (…) Es eso lo que anhela Pedro Sánchez y su gobierno para España, imponer la terreur révolutionaire, en breve lo conseguirá y sin mover personalmente un dedo; pondrá a los españoles a vigilarse, a delatarse entre ellos, a los periodistas a chivatearse, como ya ha empezado a ocurrir, y en un pestañear estaremos frente a los paredones. ¡Como ya lo vivieron los españoles en otra época no muy lejana!”. No podía faltar en estas obras escogidas Jesús Cacho, el fundador de Vozpópuli: “Un autócrata, un tipo con alma de dictador, un caudillo latinoamericano constreñido por un ordenamiento jurídico que le impide (de momento) desplegar todo su potencial de sátrapa. Un Largo Caballero (”él actuó como hoy queremos actuar nosotros desde todos los frentes“) tan enemigo de la democracia liberal como aquel, pero a diferencia de aquel, muy amigo del dinero, como ha venido a demostrar el episodio de Begoña. Poder y dinero, el binomio que ha guiado los pasos de todos los capos mafiosos que en el mundo han sido”.

Y Ojo, mucho ojo, a nuestra despedida y cierre de hoy. Jorge Sanz Casillas en El Debate: “A menudo me pregunto: ¿cómo habría actuado Sánchez ante un chantaje como el que sufrió Aznar en 1997, cuando la ETA le pidió el acercamiento de etarras (ya no su liberación, como ahora) a cambio de no matar a Miguel Ángel Blanco? ¿Hubiera aguantado el maleable Sánchez la presión y la cuenta atrás? Me temo que si eso ocurriera hoy, nuestro presidente les hubiera firmado la independencia esa misma tarde, sumando al canje Navarra y hasta el País Vasco francés”.

¿Dicen basta? Pues basta.