Advierten sobre las trabas en un segmento clave para el ingreso de dólares

El arbitraje comercial internacional es una alternativa para la resolución de conflictos entre partes para evitar llegar a una instancia judicial para disputas en materia de inversiones o comercio exterior. Las partes acuerdan someterse a un árbitro que debe ser un tercero imparcial. Si bien esta opción surge para ofrecer mayor celeridad y menores costos en la resolución de conflictos, con el pasar del tiempo no sólo acumuló demoras y costos sino que también quedó, en algunos aspectos, atrasado.

La Corte Internacional Arbitral y la Cámara Internacional de Comercio (ICC) organizaron en Argentina una conferencia sobre arbitraje para analizar cuál es el estado de esta práctica en América Latina y en Argentina.

Dónde está el arbitraje hoy

En el evento, encabezado por el presidente de la ICC en Argentina, Marcelo Elizondo, destacaron los avances y la modernización del arbitraje en la región, lo que suscitó el interés por discutir los términos en los que se desarrolla esta actividad. El aumento de la intervención de los árbitros tiene, entre sus causas, una destacada: que los montos de dinero en disputa son cada vez mayores.

El comité de arbitraje de la International Bar Association (IBA) realizó una revisión de las directrices para mejorar la reglamentación de la actividad. Valeria Galíndez, senior co-chair del comité, destacó que si bien la revisión se centró en ajustes menores de la normativa, permitió modernizar el proceso y mejorar aspectos a la hora de definir el estándar objetivo que debe cumplir el árbitro y la identificación de los intereses involucrados en el proceso.

Los obstáculos

Una de las dificultades que destacó el árbitro internacional Ignacio Suarez Anzorena es la repetición de cuestiones fácticas y la superposición de disputas sobre un mismo hecho por una misma compañía.

Juan Pablo Argentato, miembro de la corte ICC, hizo foco sobre otra dificultad del proceso, que es la acumulación de recusaciones, aunque destacó que es bajo el nivel de aceptación de las mismas. Además agregó que las recusaciones en general se presentan luego de fallos adversos, lo que estira todo el procedimiento.

Uno de los puntos señalados por Galíndez para hacer de contrapeso a las recusaciones fue el de la publicidad y su rol para, primero mejorar las condiciones para la objetividad a la hora de definir el árbitro, lo que además funciona como incentivo para la prolijidad ya que genera un "efecto vidriera": cualquier puede conocer las resoluciones de un proceso.

En este mismo sentido, subrayó que es un deber de las partes dar la mayor cantidad de información posible, lo que en parte también facilita la posibilidad de investigar sobre los árbitros. "Si la información es pública y de fácil acceso, es más dificil invocar una recusación", agregó.

Tiempo es dinero

En el otro panel se hizo énfasis en las herramientas y estrategias para sumar eficiencia a la resolución de los conflictos. Uno de los puntos destacados fue la contradicción que se da en la actualidad de la demora que llevan los procesos. "Estamos conformes con conseguir una cita para dentro de 24 meses", destacó Cecilia Azar, socia de Galicia.

Gabriel Costa, general counsel global de litigios de Shell, ratificó uno de los mitos del arbitraje: su costo. "Es costoso porque las empresas no están en negocios jurídicos, Cada dólar que no se invierte en el negocio principal es costoso", planteó. Sin embargo, destacó que, a la hora de empezar con el arbitrio debe tenerse en cuenta que es menos costoso que las otras alternativas, pero también hay que considerar los costos indirectos.

Otra dimensión que agregó fue que el tiempo de demora suma también al costo.

Una alternativa

Galicia planteó una alternativa: la necesidad de avanzar en el arbitraje expedito: "Debería incomodar porque quiere decir que no es la norma". En el proceso que sumó tiempo destacó la sofisticación de las transacción, el carácter de algunas de las partes (la suma de tiempo suele estar vinculada al involucramiento estatal), la participación de los abogados y la complejidad que adquirió hoy el proceso.