Por qué lo hizo
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Por momentos, como si Woodstock se hubiera replicado en el tiempo, actualizándose en un momento concreto de la vida política española, nos sentimos absolutamente emporrados, mariguaneros, con la guitarra de Hendrix doliéndose en bafles colosales, sometidos todos a la tiranía del colocón. Habíamos perdido la capacidad cognitiva para dilucidar entre la realidad y la melopea del opiáceo. Y Madrid no era Madrid. Se había convertido en Woodstock. En un viaje lisérgico de cinco días. Qué porro más colosal. Qué trompetero más desmedido. Las tribus sanchistas más afectadas por la hierba ideológica que crece en el prado del jefe, empezaron a gritar como posesos, invocando al salvapatria que sin él no podemos vivir. ¡Pedro, quédate! ¿No ves que la conspiración judeomasónica... Ver Más