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Май
2024

Miles de personas toman las calles el 1 de Mayo: “Hay que aspirar al pleno empleo y recuperar el valor de lo público"

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Miles de personas han salido a las calles en otro Primero de Mayo, que ha sido capaz de movilizar a trabajadores y trabajadoras en decenas de ciudades españolas en el día que los sindicatos hacen más visible el músculo de la lucha obrera en España. En Madrid, los secretarios generales de UGT y Comisiones Obreras han reivindicado que los resultados de las políticas aplicadas en los últimos años, y que venían defendido las organizaciones, “no han supuesto la hecatombe que pronosticaban, sino el récord de empleo” ha dicho Unai Sordo, que ha exigido “una agenda social, perfectamente compatible con la agenda de profundización democrática”. “Hay que aspirar al pleno empleo y recuperar el valor de los servicios públicos, que se han deteriorado durante una década. Es el momento de invertir en sanidad pública, educación pública y pensiones”, ha reclamado Sordo.

Los líderes sindicales no han rehusado posicionarse junto al Gobierno de coalición. En sus primeras palabras, el secretario general de UGT, Pepe Álvarez, ha defendido que “merece la pena que en este Primero de Mayo podamos salir a celebrar las conquistas que hemos alcanzado durante estos últimos años y que planteemos una agenda reformista clara, que ponga en blanco sobre negro los problemas que desde hace mucho tiempo vivimos en nuestro país y que cuestionan la plena democracia”. “Si no hubiera cambios y reformas que tocan los intereses de los más poderosos no ocurriría lo que estamos viviendo”, ha insistido para preguntarse si alguien pensaba que aumentar el número de personas trabajadoras, ajustar las pensiones al coste de la vida, las leyes LGTBI y las políticas de igualdad “iban a salir de gratis”. 

Con una nutrida representación del Ejecutivo, ha sido la vicepresidenta segunda del Gobierno y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, la primera en tomar la palabra para garantizar la reducción de la jornada laboral máxima a 37,5 horas a la semana y para comprometer, “de la mano de los agentes sociales”, una reforma del despido. Tras ella, la vicepresidenta María Jesús Montero ha defendido que este 1 de mayo “tiene un valor añadido”: “Estamos aquí para defender la democracia, para decir que no vamos a permitir que nos arrebaten la capacidad transformadora de la mayoría social de un país”.

Rosa, 34 años, y Belén, 56, son amigas y han cumplido un año más con la llamada. “Soy enfermera, con eso no hace falta que te diga nada más”, señala la primera, que marcha este miércoles en Madrid por “unas condiciones más justas”. “El tema del salario es importante, pero sobre todo son las condiciones”, insiste el esta sanitaria madrileña que denuncia “condiciones inhumanas” con 65 pacientes al día. Tras ella, un grupo de manifestantes corea “no somos esclavos, somos sanitarios”. 

La defensa de unos servicios públicos de calidad había estado presente también en las intervenciones iniciales. “Defendemos unos servicios públicos para toda la ciudadanía y un modelo productivo basado en el sector industrial, la innovación, el desarrollo y el dinamismo en la Comunidad de Madrid, donde su única apuesta es la precariedad laboral”, había dicho la secretaria general de CCOO en la región, Paloma López.  

Belén, que es ferroviaria, acude cada año a la manifestación del Primero de Mayo por “tradición familiar”, pero, sobre todo, por unas “mejores condiciones laborales, una sanidad y una educación pública y la igualdad de las mujeres y los hombres trabajadores”. En un ambiente laboral eminentemente masculinizado, como el suyo, celebra que “se va notando el equilibrio”, aunque “todavía” intentan “alcanzar el techo de cristal”. 

Las principales reivindicaciones de los sindicatos mayoritarios este año pasan por la reducción de la jornada laboral, que el Gobierno está negociando con los agentes sociales, y salarios más altos, que equilibren las economías de las familias tras largos meses de inflaciones desbocadas. Pero también han puesto en las calles la petición de continuar con políticas que lleven a España, con un 12,3% de paro y casi 3 millones de parados, al pleno empleo.

“La principal reivindicación es la reducción de la jornada y la subida salarial, pero hay 1001”, apunta Santi, de 25 años, que se mudó a Madrid para trabajar como técnico de sistemas el año pasado. “Un amigo tiene un piso familiar y me ha dado un precio digno, pero hasta entonces me he mudado cinco veces de habitación, por las rentas desorbitadas. No es que no te puedas permitir una vivienda por menos del 30% del salario, es que ya lo supera una habitación. Es insostenible”, dice este joven de Algeciras. 

La Unión Sindical Obrera (USO) ha centrado también sus reclamaciones en este Día Internacional del Trabajo en el empleo, bajo el lema 'Por el empleo, sin letra pequeña'. La anarcosindicalista Confederación General del Trabajo (CGT) ha querido también que el debate se centre en la reducción de la jornada laboral sin pérdida de salario, lo que, han señalado, supone “una batalla por el tiempo dedicado al trabajo que implica también el reparto de la riqueza” que generan las personas trabajadoras. Por su parte, la Confederación Nacional del Trabajo (CNT) ha llamado a las calles bajo el lema 'No dejaremos que acaben con todo. Construyamos juntas un mundo mejor', un leitmotiv con el que advierten de que “la amenaza tiene muchas caras”, desde un sistema capitalista que “exprime los recursos naturales y degrada el medio ambiente”, hasta los genocidios y las guerras.