El Atlético derrota al Athletic Club (3-1) y ya divisa la Champions
El Atlético de Madrid ganó al Athletic Club y respira. El objetivo que se marca cada año el equipo de Simeone, en palabras del propio técnico, es clasificarse para la Champions, y estaba en peligro por la presencia del Athletic, que visitaba el Metropolitano, lo que era un arma de doble filo: la posibilidad de alejarlo depende de ti mismo, pero también depende del rival la opción de acercarse. Ganó el Atlético un partido de mascar piedra, áspero, y no ha asegurado el cuarto puesto, pero se ha ganado un margen: pone seis puntos de diferencia, con quince por disputarse. Al Atlético le queda: Mallorca (fuera), Celta (casa), Getafe (f), Osasuna (c) y Real Sociedad (f). Y al Athletic Club: Getafe (f), Osasuna (c), Celta (f), Sevilla (c) y Rayo (f).
Si el Atlético pudo celebrar la victoria fue gracias a uno de esos héroes que tiene en su equipo sin hacer mucho ruido, como es Correa. Esta vez el héroe habitual, Griezmann, el mayor goleador de la historia del club, se equivocó. Al intentar serenar el juego, el francés dio un pase atrás a su defensa, o a lo que él creía que era un compañero, pero en realidad lo recibió Iñaki Williams, que montó la contra con Guruzeta. El delantero cedió el gol a Nico Williams. Era el último instante de la primera parte y la ventaja que había conseguido el Atlético quedó neutralizada. Esa renta la había obtenido con el tanto de De Paul, ayudado en su remate desde fuera el área por el rebote en Ruiz de Galarreta. La acción la empezó Llorente, que tirado a la izquierda era de lo más peligroso de su equipo.
Después de ese tanto, el Atlético logró que sucediera poco, hasta que el error de Griezmann volviera a llevar la incertidumbre al resultado justo antes del descanso.
Le tocaba volver a empezar al Atlético y su héroe, volviendo al arranque del texto, fue Correa. El argentino tiene una virtud o un defecto: que no se queja, juega lo que le dan y en el puesto que le ponen (como Llorente, que empezó de centrocampista en la izquierda, después en la derecha, y acabó de carrilero). Esta vez Correa salió de titular y su control después del gran pase de Koke fue una delicia. Domó la pelota para que se le quedara a los pies, con el único obstáculo de Unai Simón delante, al que regateó y batió.
Valverde buscó movimiento en el banquillo, pero su gran recurso siguió siendo la velocidad de Nico Williams por banda. ni siquiera el fenomenal extremo consiguió ser profundo del todo. El Athletic Club ha cumplido de sobra esta campaña con la conquista de la Copa del Rey, aunque parece que eso le ha relajado un poco. Le faltó intensidad en los minutos finales para amenazar al Atlético. Ni con la salida al campo de Raúl García. El delantero estaba esperando en la banda cuando llegó el gol de la sentencia local.
Otros años estos partidos solían resolverse con una parada de Oblak, pero esta vez, curiosamente el curso en el que el equipo es menos seguro atrás, no hubo dramas. Hasta la fortuna se puso de parte del Atlético, que cerró el duelo con el tanto de carambola de Lino: remate al palo, balón a la espalda de Unai Simón y para adentro. Supo jugar el partido el equipo de Cholo. Pagó el único fallo que cometió, pero fue solo uno y encontró soluciones para ser feliz.