Belén Herrera, dramaturga de “Niña Alien”: “Queríamos hacer la obra de teatro que nos hubiera gustado ver cuando niños y niñas”
Para la actriz y dramaturga Belén Herrera está claro cuál fue la génesis del proyecto. Sucedió el 2021, en medio de la pandemia y el confinamiento, cuando leyó un titular que le quedó grabado en la cabeza, y que hacía referencia a un aumento en las denuncias por abuso sexual infantil en Latinoamérica.
La cifra no era menor. Según anunciaba la noticia fue cercano al 70%, mientras que en Chile se registró un alza de un 15% en comparación al 2019, el último año antes del inicio de la crisis sanitaria.
“Recuerdo haberlo leído y pensar ‘wow, abuso sexual infantil… ¿Cómo se aborda esto? ¿Cómo se ha abordado esto?'”, confesó la artista en una conversación con Radio y Diario Universidad de Chile. Sin embargo, la última pregunta fue la más definitoria de todas: ¿Se ha abordado alguna vez desde las infancias?
Ese fue el punto de partida de “Niña Alien“, el más reciente montaje trabajado por Herrera y sus colaboradores Vicente Cuadros y Rayén Awca del núcleo creativo Tamagotchi. A través de la historia de Lily, una pequeña cosmonauta que busca comunicarse con los niños terrícolas a través de un programa de radio levantado junto a su amigo Ikaks, el grupo logró crear un montaje que aborda la relación de los menores con los secretos, la regulación emocional y la importancia de la escucha.
Este domingo 28 de abril, la obra cerrará su ciclo tras una exitosa temporada en las tablas del Teatro Mori. Sin embargo, el camino recorrido fue extenso. “Ya llevo un tiempo trabajando con Vicente, co-creador de los Tamagotchis, y Rayén, que es la diseñadora integral. Lo lógico fue convocarlos a ellos para que pensáramos juntos esto. Les interesó y armamos un fondo de residencias creativas para poder entender este fenómeno con expertos que nos pudieran ayudar y también conocer experiencias de otros creadores que no venían del teatro, porque allí no se ha abordado mucho”, recordó la actriz, quien está a cargo de la dramaturgia y de encarnar a Lily en la obra.
Uno de sus primeros aliados fue la Fundación para la Confianza. “Nos compartieron sus metodologías para abordar la prevención de abuso sexual. Y de eso va un poco la obra. Tiene relación con el concepto de la escucha. Cómo se escucha a las niñas y los niños a propósito de los secretos malos y buenos. Hay mucho enfoque que nos compartieron de cómo abordarlos, pero lo que más nos resonó, y en especial a mí, que soy la dramaturga de la obra, fue esta idea de los secretos malos y buenos”, compartió Herrera.
También fue primordial el trabajo realizado en torno a la puesta en escena, que replica una estación espacial lista y dispuesta para estimular la imaginación de los más pequeños. “Nos fuimos a Valparaíso a estudiar con Tsonami Arte Sonoro y también la idea en torno a los secretos que salen a la luz, los que están en la oscuridad. Estudiamos igualmente arte lumínico con Trímex Colectivo. Y todo eso resultó en tres aperturas de proceso. Nos demoramos dos años en estrenar Niña Alien así como está ahora”, afirmó la artista.
Una trilogía sobre el cuidado
Belén Herrera es consciente del leitmotiv que se extiende a todas sus creaciones teatrales, aunque sus obras anteriores no estuvieron pensadas como teatro familiar. “Me doy cuenta de que mi viaje tiene que ver con cómo me obsesiono“, confidenció la dramaturga al mirar su trabajo en retrospectiva.
Antes, sus dos mayores obras fueron “La reina del perreo” y “Simulacro de mi muerte“, dos montajes que capturaron la atención de la crítica y que hablan sobre el cuidado y el abandono. La primera, inspirada en el caso de Lissette Villa, una de las víctimas más recordadas del maltrato infantil dentro del Sename. La segunda, como un cuestionamiento a la violencia machista que se hace presente en los medios de comunicación en torno a los feminicidios de mujeres que vienen de clases sociales bajas.
Estas dos ideas previas se conectan, de una forma u otra, con la propuesta de “Niña Alien”. “Al final, es parte de la misma temática. Es como si estuviera haciendo una trilogía en torno al cuidado, al abandono”, reflexionó la actriz. Justamente por eso, no lo cataloga de infantil, sino como teatro familiar.
Para los niños (y con los niños)
A lo largo del camino, las y los niños han jugado un rol fundamental en la construcción del montaje. De hecho, Herrera los define como “el público más honesto con el que te vas a encontrar”. Algo que aporta una dinámica distinta a cada función.
“Si a alguno le gusta, te toca el hombro y te lo dice. Por eso nos demoramos tanto en estrenar. La obra antes incluso tenía otro nombre”, recordó la artista. En efecto, el primer título fue “Niñe Alien”. Algo que no fue bien recibido por todas las familias que participaron de las aperturas de proceso organizadas durante el período de creación.
“Tuvimos una primera apertura de proceso en Espacio Checoslovaquia y cuando corrió el afiche por el WhatsApp de los vecinos de San Joaquín se armó un revuelo. Los padres ni si quiera leyeron la reseña y no querían llevar a los niños porque estábamos transmitiendo ideología de género“, comentó Herrera sobre lo que define como un “primer atajo”.
“Gracias a que abrimos esto antes de estrenar nos tuvimos que hacer como núcleo la pregunta. ¿Queremos generar que el público tenga una primera resistencia o queremos ir desde los lugares más conservadores a los más progresistas? Y la respuesta fue que queríamos llegar a todos lados. En realidad, queremos que las infancias tengan acceso a la cultura más allá de quienes sean sus padres y sus ideologías“, afirmó.
Pero más allá del traspié inicial, las y los niños han sido fundamentales en todo el proceso previo al estreno. “Ellos son los que nos ayudaron a terminarla. Yo escribí como cinco obras distintas. Por cada apertura de proceso hice un texto. Antes, la protagonista era una astrónoma que les hablaba, y no funcionó. Ellos querían hablar con un par, y me convertí en Lily, la niña alien, que tiene la misma edad de ellos y les encanta. Porque aparte es como una antiheroína, que tiene pataletas, una frustración, que va conociendo por primera vez la rabia, la pena”.
Esa decisión de involucrar a los niños en el proceso tampoco fue antojadiza. Por el contrario, significó una de las primeras decisiones del grupo: “Queríamos hacer la obra de teatro que nos hubiera gustado ver cuando niños y niñas. Eso para nosotros también fue el corazón. Y ’31 Minutos’ nos marca como generación. Nos dijimos ‘queremos hacer nuestro ’31 Minutos”.
El futuro de Niña Alien
Aunque este domingo será la última función, lo cierto es que la energía detrás de “Niña Alien” está lejos de agotarse. A lo largo de las funciones, han sido los mismos niños y niñas quienes han pedido al equipo que publiquen un disco con todas las canciones que componen el montaje. Además, los creadores están considerando incluso el lanzamiento de un cuento.
De todas formas, una de las noticias que más entusiasmados los tiene es la confirmación de la segunda parte de la obra, la que esperan estrenar a mediados del 2025. “Este año, el núcleo escénico Los Tamagotchis se va a ir al norte a estudiar astronomía a los centros La Silla, Géminis Sur y Las Campanas. Queremos seguir profundizando la divulgación astronómica, entendiendo que Chile se está posicionando como potencia en el mundo. Queremos seguir en ese lugar y profundizar en esos contenidos”, confirmó Herrera.
“Muchas niñas se me acercan y me dicen desde ‘quiero ser como Lily’ a ‘quiero estudiar astronomía’. El otro día se me acercó una niña a decirme ‘quiero ser científica’. Y es fantástico como se conectan y se identifican. Con el mundo de las emociones, sobre todo”, sumó la dramaturga con emoción.
Y agregó: “Nos vamos a ir a estudiar para ver cómo abordar esto en ‘Niña Alien 2: Nuestros orígenes cósmicos’, para que esta próxima obra tenga esa patita más clara en términos de divulgación científica. Así que estamos ahora en búsqueda de residencias creativas también para luego aterrizar esos contenidos que vamos a ir a estudiar al norte y hacer esos experimentos”.