La tensión entre Kicillof y Máximo Kirchner se mide en la marcha universitaria
El peronismo apunta a ser una de las columnas vertebrales de la Marcha Federal Universitaria contra el ajuste presupuestario de Javier Milei a la que convocan distintos sectores educativos, sociales, sindicales y políticos. La ocasión, que a todos les es cómoda por la amplitud ideológica que despierta, dejará a la luz una vez más las divisiones del peronismo. La grieta interna se profundiza menos en el peronismo en general y más en el corazón del kirchnerismo con Axel Kicillof liderando un brazo de la movilización y Máximo Kirchner organizando a La Cámpora, su agrupación.
Aunque es usual que el camporismo tenga su propia columna, todos admiten que crecen las tensiones entre el hijo de Cristina Kirchner y el gobernador de Buenos Aires. Kicillof arrancó su segundo y último mandato consecutivo y podría aspirar a ser candidato a Presidente e incluso a señalar herederos en su distrito. Esa posibilidad incomoda y resiente el vínculo con el actual presidente del PJ de Buenos Aires.
En ese plan, las listas legislativas del 2025 son fundamentales para cualquiera que quiera ser opción en 2027. Por ejemplo para el senador Eduardo ‘Wado' de Pedro y para la sociedad que mantienen firme Kirchner y Sergio Massa, los dueños de la lapicera en la última elección.
Cerca de Kicillof y entre los intendentes sube el clamor para protegerlo pensando en la próxima presidencial. Del otro lado el presidente Javier Milei apuesta a ganar la elección y sumar legisladores que le eviten las negociaciones en el Congreso desde fines del año próximo.
La movilización universitaria es tentadora. Los máximos lideres opositores buscan capitalizar un acto que se anticipa como el más convocante a pesar de la fortaleza de la imagen de Milei. Así como Martín Lousteau busca despegar desde el radicalismo, Kicillof estará al frente del peronismo bonaerense junto a organizaciones sociales y a gran parte su gabinete.
Contará con el respaldo del aparato que mueven intendentes y el ministro de Desarrollo con la Comunidad, Andrés 'Cuervo' Larroque, que conformó La Patria es el Otro cuando migró de La Cámpora, molesto con el liderazgo de su otrora amigo Máximo Kirchner. Larroque fue el más duro en los últimos días.
A la marcha universitaria asistirán todos los partidos a excepción de La Libertad Avanza, el PRO y una parte del radicalismo. En ese marco, La Cámpora convocó a las 15 horas en la esquina de Solís e Hipólito Yrigoyen mientras que Kicillof partirá a una cuadra de allí, desde Entre Ríos e Hipólito Yrigoyen, una de las esquinas del Congreso de la Nación. Los que admiten las diferencias señalan que esa es una gran distancia, otros anticipan la posibilidad de un acercamiento. "Puede haber un deshielo", arriesgó un dirigente.
Además fue invitado a acercarse al lugar donde confluyan rectores de universidades a los que recibió días atrás en La Plata. "Las políticas de ajuste del Gobierno nacional están poniendo en riesgo no solo el funcionamiento operativo de las universidades sino el derecho de miles de argentinos a tener un futuro mejor y con más justicia social", les dijo en aquella reunión.
La división en la calle es usual cada 24 de marzo en que los camporistas parten simbólicamente desde la exEsma. Pero este año también fueron separados el día del paro del 24 de enero cuando tanto Máximo Kirchner como Sergio Massa por el Frente Renovador alertaron que era muy pronto para una medida contra Javier Milei. Finalmente Kirchner lideró a su grupo y por Massa lideró a los renovadores Malena Galmarini.
Lo que fue nuevo -y se repite- es el despegue de un Kicillof que genera foto propia y no pasa ni a saludar el frente de la columna de La Cámpora.
Anoche no confirmaban la participación de Kirchner hijo en la marcha universitaria pero sí de Lucía Cámpora, secretaria general de la organización; del senador Mariano Recalde; y de los diputados y senadores de la agrupación además de los intendentes propios como Mayra Mendoza de Quilmes; Damián Selci, de Hurlingham y Julián Álvarez, de Lanús.
Kicillof cada vez más independiente
Kicillof en cambio fue uno de los que acompañó a la CGT, la CTA y otras organizaciones en la marcha de enero, ocasión en la que debutó ocupando el lugar de líder del peronismo bonaerense mientras la llamada ‘Mesa de Ensenada' -la que impulsó sin éxito la candidatura presidencial de Cristina Kirchner- lo vivaba al grito de "Axel Presidente".
Lo rodean desde entonces la vicegobernadora matancera Verónica Magario -una aliada estratégica- e intendentes como Jorge Ferraresi (Avellaneda); Mario Secco (Ensenada); Fernando Espinoza (La Matanza); Mariel Fernández (Moreno); entre otros. La imagen volvería a repetirse este martes ya con la consolidada "columna bonaerense".
En los últimos días varios dejaron de disimular esa disputa interna después de que el 'Cuervo' Larroque cuestionara la forma de conducción tanto de Cristina Kirchner como de su otrora amigo Máximo Kirchner. Los dirigentes más experimentados como Massa y algunos diputados y senadores de más edad piden callar el ruido interno y mantener la unidad. Algunos temen que pueda impactar en la cohesión de los bloques legislativos especialmente en el Congreso de la Nación o en la Legislatura bonaerense donde tienen más poder Máximo y Massa que Kicillof.
En el medio de los dos sectores conviven dentro del gabinete bonaerense dirigentes de distintos espacios que integran Unión por la Patria. Kicillof le dio lugar a Martín Sabbatella (Nuevo Encuentro) como Presidente del Directorio del Comité de Cuenca del Río Reconquista (COMIREC). También cobijó a Gabriel Katopodis como ministro de Obras Públicas; al cristinista Juan Martín Mena en Justicia y a Silvina Batakis como ministra de Hábitat y Desarrollo Urbano.
Además arrancó su segundo gobierno ratificando a aquellos a los que llaman "ambidiestros", es decir los que ocupan un cargo en Buenos Aires pero reportan al diputado Kirchner como el ministro de Salud Nicolás Kreplak o Florencia Saintout, en Cultura, entre otros. Las postales que deje la marcha federal serán otra muestra gráfica de las diferencias. O, como se esperanzan algunos, un intento de "deshielo".