La campaña de riego 2024, pendiente de recuperar el miércoles al menos los 1.000 hectómetros cúbicos de agua de la CHG
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Este miércoles, 24 de abril, es un día clave para gran parte de los regantes andaluces. La comisión de desembalse de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir se reúne por primera vez tras las últimas lluvias con el objetivo de fijar la cantidad de agua que de desembalsará para los cultivos en 2024 que podría llegar a superar los 1.100 hectómetros cúbicos, casi el triple que en el pasado año cuando tan solo se desembalsaron 385 hectómetros cúbicos, que supusieron una dotación máxima de 700 metros cúbicos por hectárea. «Esa cantidad tan solo permitió durante el pasado verano salvar la arboleda, y en muchos casos ni eso», se lamentan desde el sector agrario. Este año, la situación es completamente distinta. Según los últimos datos del Ministerio para la Transición Ecológica, el agua embalsada del Guadalquivir se sitúa en el 46,8% , lo que da pie a que las dotaciones acordadas este miércoles sean suficientes, al menos, para sacar adelante los cultivos. El presidente de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir, Joaquín Paéz, ya avanzó hace unos días que la intención es « triplicar » el agua disponible para los regantes respecto al año anterior, lo que situaría el desembalse en torno a los 1.000-1.100 hectómetros cúbicos. Por su parte, desde la Asociación de Comunidades de Regantes de Andalucía, Feragua , se muestran esperanzados de que las dotaciones, con los embalses ya «superando ampliamente el 40% de su capacidad», sean más de la mitad de una dotación normal, que se sitúa en los en 6.000 metros cúbicos por hectárea. Los embalses del sistema de Regulación General de la cuenca Hidrográfica del Guadalquivir, de los que se sacan las dotaciones para el regadío, se encuentran ahora mismo al 40,76% de su capacidad , lo que es calificado por Feragua como «un auténtico milagro», toda vez que el el año hidrológico comenzó con los embalses bastante por debajo del 20%, y en febrero superaban tan solo ligeramente este porcentaje, lo que hizo que, en la primera sesión de la Comisión de Desembalse se plantease una posible dotación similar a la de 2023 que, finalmente, se verá aumentada. La cita en la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir, dependiente del Ministerio de Transición Ecológica , es el punto de partida que muchos agricultores están esperando para arrancar con las siembras. Es el caso de los arroceros, que están pendientes de ver qué dotación se les otorga tras dos años en blanco y otros tres con una superficie mínima. «Esperamos que sea el inicio de la vuelta a la normalidad», aseguran desde la Federación de Arroceros de Sevilla . Aunque no podrá sembrarse el 100% de las 37.000 hectáreas, se espera que, al menos, se alcance el 50% de superficie sembrada, lo que permitirá recuperar parte de los 5.000 empleos que el sector genera cada año. También el algodón, un cultivo industrial vital para la provincia de Sevilla, sobre todo, y algunos municipios de Cádiz, está pendiente de lo que pueda pasar mañana en la Comisión de Desembalse . En ciertas zonas, de hecho, ya se está sembrando, aprovechando las lluvias caídas desde Semana Santa y aliviados por la segura subida de las dotaciones de riego. El último año en el que se vivió una situación similar a la de este 2024 fue 2021. En concreto, detallan desde la comunidad de regantes, en 2020, a fecha del 4 de abril, los embalses de la Regulación General presentaban 2.400 hectómetros cúbicos de agua almacenada , estando al 42% de su capacidad. Un año después, rozaban el 36%. Esto hizo que la dotación aprobada en 2020 fuese de de 4.860 metros cúbicos por hectárea, y la aprobada en 2021 de 3.000 metros cúbicos por hectárea. «Estando ahora mismo ya en niveles de agua embalsada similares a los que estábamos en 2020, lo razonable con respecto a las decisiones de años muy cercanos, es que la dotación se sitúe por encima de los 3.000 metros cúbicos por hectárea », concretaban los regantes. Si esta previsión se confirma este miércoles, se tratará de «una campaña con una dotación media y, por tanto, mucho menos severa que la última».