Scholz pide a Xi que ejerza su influencia sobre Putin
El canciller federal de Alemania, Olaf Scholz, concluyó el martes su periplo de tres días por China con una importante reunión en Pekín con el presidente chino, Xi Jinping. El encuentro tuvo lugar en la Casa de Huéspedes Estatales Diaoyutai de Pekín, marcado por un discurso conciliador,y en un momento en que ambos países navegan por unas relaciones enrarecidas por la guerra de Rusia en Ucrania y la rivalidad de China con Estados Unidos, mayor aliado de Alemania.
En la apertura de su audiencia con el ministro alemán, Xi abogó por una estrecha cooperación entre ambos países. "Juntos podemos insuflar más estabilidad y seguridad al mundo", proclamó, y añadió que "mientras nos adherimos a los principios del respeto mutuo, buscando puntos en común a pesar de las diferencias y aprendiendo unos de otros, las relaciones bilaterales podrán seguir desarrollándose ".
Esta visita se produjo en un momento en el que la estrecha relación diplomática y comercial de China con Rusia ha causado preocupación y frustración entre las naciones occidentales, especialmente en medio del actual conflicto en Ucrania, y en el que Estados Unidos intenta presionar a sus aliados para que se abstengan de alinearse con Pekín.
Cabe destacar que Xi Jinping se dispone a recibir de nuevo a su amigo Vladimir Putin en las próximas semanas, y nunca ha condenado explícitamente la guerra de Rusia contra Ucrania. Al contrario, durante la última visita hace una semana del ministro de Exteriores ruso, Sergei Lavrov, incluso mencionó la necesidad de reforzar la cooperación con el Kremlin.
Al parecer, el objetivo del canciller era instar al líder chino a que reduzca el apoyo económico que presta a Rusia y a que presione a Moscú para que participe en las conversaciones de paz sobre Ucrania, con el objetivo de resolver el conflicto en términos aceptables para Kiev, según informaron fuentes oficiales alemanas. Para Scholz, pudo ser una forma de cumplir sus compromisos con los socios europeos de Alemania, pero también de decir que no llegó sólo para vender coches o defender a sus empresas . Pudo ser la manera de responder a quienes le critican por mantener a Ucrania en secreto, por debilitar la influencia colectiva de Europa o por ir en contra de la estrategia alemana de reducción de riesgos, según expertos.
Con todo, ambos mandatarios mantuvieron un detallado intercambio de puntos de vista sobre la crisis ucraniana y expusieron que ambos países se han comprometido a acatar los principios y postulados de la Carta de la ONU, a rechazar el uso de armas nucleares o los ataques contra instalaciones nucleares pacíficas, a resolver adecuadamente los problemas internacionales de seguridad alimentaria y a cumplir el derecho internacional humanitario.
Xi contrastó el concepto de "paz justa" de Scholz con las directrices que pueden utilizarse para romper la espiral de violencia en la que también se encuentra Alemania. En este contexto, pidió a todas las partes que se esfuercen por restablecer la paz y evitar que la situación se agrave o se descontrole. Para ello, según Xi, deben observarse cuatro principios: “En primer lugar, priorizar la situación general de paz y estabilidad en lugar de perseguir sus propios intereses egoístas. Además, es preciso esforzarse por aliviar la situación en lugar de echar más leña al fuego. Como tercera medida, crear las condiciones para el restablecimiento de la paz en lugar de exacerbar aún más las contradicciones. Y en último término, reducir al mínimo las repercusiones negativas de la crisis en la economía mundial, para no socavar la estabilidad de las cadenas industriales y de suministro mundiales”.
El mandatario chino prosiguió recordando que su país no es parte ni partícipe en la crisis ucraniana, pero que, a su manera, siempre ha promovido las conversaciones de paz. De hecho, China exhorta y apoya todos los esfuerzos que conduzcan a la resolución pacífica de la crisis. Además, apoya la convocatoria, en su momento, de una conferencia internacional de paz en la que participarán todas las partes y en la que se debatirán con equidad el conjunto de los planes de pacificación. A este respecto, Pekín está dispuesto a mantener un estrecho contacto con todas las partes implicadas, incluida Alemania.
Unas palabras tan aceptables como genéricas, ya que no entraron en el fondo de las reivindicaciones concretas de los dos beligerantes. El estancamiento se debe a que Zelenzky ha declarado que no aceptará ninguna paz que mutile la integridad territorial de Ucrania y Putin ha reiterado en varias ocasiones que no renunciará en modo alguno a las conquistas territoriales, ni a Crimea tomada en 2014 ni a los territorios ocupados en el este del país a partir de 2022.
Por otro lado, la entrevista demostró el compromiso de los países por buscar una solución pacífica y duradera para el conflicto en Oriente Medio, respaldando los esfuerzos internacionales. Ambos manifestaron su apoyo a las negociaciones basadas en la solución de los dos Estados como el enfoque clave para resolver dicha problemática. En un comunicado emitido por la Cancillería china, se destacó la importancia de implementar la Resolución 2728 del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, con el objetivo de evitar un deterioro mayor de la situación y garantizar un acceso humanitario sostenible y sin barreras a la Franja de Gaza.
China ha reafirmado su apoyo a la causa palestina y a la solución de dos Estados, mientras expresa su preocupación por los ataques a civiles por parte de Israel. En línea con su postura, el país asiático ha instado a Israel a respetar la Carta de las Naciones Unidas. Además, ha señalado que el reciente aumento de tensiones es una extensión del conflicto en Gaza, y por ende, considera prioritario calmar lo antes posible la situación en ese territorio. Para lograrlo, insta a todas las partes a implementar de manera efectiva las resoluciones de la ONU, poner fin a las hostilidades de inmediato y evitar una crisis humanitaria.
Acompañado de una amplia delegación de ministros y empresarios, Scholz inició la visita el domingo en la ciudad suroccidental de Chongqing, continuó en el polo económico de Shanghái y concluyó en la capital. Durante estas citas con los dirigentes chinos se trataron temas como el exceso de capacidad china, las subvenciones a determinados sectores y las condiciones equitativas de acceso al mercado chino para las empresas europeas.
Una vez más, Xi denunció la estrategia de " desvinculación" de la UE, afirmando que debería existir una "cooperación independiente" para abordar los desafíos globales. "Nuestras cadenas industriales y de suministro están profundamente arraigadas, y los mercados son muy interdependientes. La colaboración no es un 'riesgo', sino una garantía de la estabilidad de las relaciones bilaterales y una oportunidad para crear un futuro", defendió Xi, según un comunicado del Ministerio de Asuntos Exteriores chino.
Igualmente, señaló que ambas partes deben ser "cautelosas ante el auge del proteccionismo e insistir en examinar las cuestiones relativas a la capacidad de producción de forma objetiva y dialéctica, partiendo de las leyes económicas y desde una perspectiva de mercado y global".