Luis Enrique desquició a Xavi
Luis Enrique hizo retoques en el equipo de la ida y las apuestas no le pudieron salir mejor. En defensa y en ataque todo le funcionó. Xavi acabó desesperado y expulsado después de patear una protección de una cámara al lado del cuarto árbitro.
El intervencionismo del que fuera técnico azulgrana empezó con Barcola. El extremo arrancó la eliminatoria ante el Barça sentado en el banquillo del Parque de los Príncipes. El técnico apostó por él tras el descanso y con su presencia revolucionó el partido en el comienzo de la segunda parte. Uno de los cambios que hizo el asturiano en Montjüic fue apostar por Barcola desde el principio. Asensio, al banquillo y el francés, a galopar por la banda izquierda. Él fue el responsable de que Ronald Araujo acabara en los vestuarios antes de tiempo. El central sólo pudo frenarle con una carga ilegal centímetros antes de entrar en el área. Orsato señaló la falta y mandó al uruguayo a los vestuarios. No fue el único expulsado del Barça. Luego llegó lo de Xavi.
La expulsión de Araujo no hizo más que alimentar la apuesta del PSG por hacerse con la pelota y llevar el peso del partido. Y es que los sufrimientos del Barcelona no habían hecho más que comenzar. Xavi trató de rehacer la estructura defensiva de los suyos sentando a Lamine Yamal y recurriendo a Iñigo Martínez. El canterano había sido el asistente en el gol de Raphinha y fue el sacrificado para evitar que el PSG hiciera todo lo que hizo en lo que restaba de primera parte. Con diez y ante un PSG ambicioso, obligado también por el resultado de la ida, Barcola siguió a lo suyo. La banda izquierda del PSG fue cosa del extremo y por ahí llegó el tanto del empate. La fórmula se repitió en la segunda parte. El problema para el Barça es que a Barcola se sumaron Mbappé, Vitinha, Dembélé... demasiadas amenazas para controlarlas con diez jugadores.
De Jong se encargó de resumir el sentimiento de la plantilla azulgrana después del partido. «No nos daba para más. Jugar tanto tiempo con diez en Europa es muy difícil», aseguró. Y más ante un equipo como el PSG en el que, como diría Guardiola, hay muchos atletas. «Es un golpe fuerte porque estábamos convencidos de que podíamos pasar. No queda otra que levantarnos e intentarlo el año que viene», pronunció De Jong con una inevitable sensación de resignación antes del Clásico.