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Апрель
2024

Así era el rival más loco que ha tenido GTA: Mercenarios

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En 2005 Pandemic Studios y LucasArts lanzaron ‘Mercenaries: Playground of Destruction’, un ‘Grand Theft Auto bélico’, un espectacular y divertido juego de mundo abierto ambientado en Corea del Norte

Después del descomunal éxito del salto de la la saga Grand Theft Auto a las tres dimensiones con GTA 3 (2001), GTA Vice City (2002) y GTA San Andreas (2004), los sandbox o juegos de acción en mundo abierto se pusieron muy de moda en los primeros años 2000, y todas las compañías quisieron probar suerte en el género, algo prácticamente obligatorio ya que en Rockstar Games se habían hecho de oro con estos juegos.

Un ejemplo de esto fue Mercenaries: Playground of Destruction para PlayStation 2 y Xbox, titulado en España como Mercenarios: El arte de la destrucción (nada que ver con la película Los mercenarios (2010) de Sylvester Stallone), un juego de acción en mundo abierto ambientado en una guerra en Corea del Norte, que apostaba por la libertad total de acción, pudiendo cumplir sus objetos en el orden y de la manera que quisiéramos e interactuar con los escenarios de maneras muy destructivas.



Desarrollado por Pandemic Studios, el equipo de Westwood, Los Ángeles, creadores de títulos como Star Wars: Battlefront (2004), Destroy All Humans! (2005), The Lord of the Rings: Conquest (2009) y el juego de culto The Saboteur, su último trabajo antes del cierre por parte de Electronic Arts, Mercenarios es uno de esos muchos títulos de aquella época de los que casi todo el mundo se ha olvidado, pero con el que se lo pasaron en grande millones de jugadores, y no hay más que echar un vistazo a sus críticas o a nuestro análisis para comprobar que tuvo un recibimiento más que bueno.

Acción en mundo abierto con mucha libertad en Corea del Norte

“Éramos felices y no lo sabíamos”. Esta divertida y manida frase viene muy bien para definir esos primeros años 2000 de las consolas de 128 bits con PlayStation 2, Xbox y GameCube, cuando los periodos de desarrollo todavía no se habían disparo, y era más o menos normal que un estudio del tamaño de Pandemic, que llegó a tener más de 200 empleados, fuera capaz de producir uno o dos juegos al año. De hecho, en 2005 lanzaron hasta tres juegos: Mercenaries, Destroy All Humans! y Star Wars: Battlefront II, casi nada.



Esto para empezar era beneficioso para la creatividad de la industria en lo que se refiere a los doble y triple A, a años luz de lo que vivimos actualmente, ya que si bien en el caso de los sandbox salieron juegos como setas con esta estructura que intentaban replicar el éxito de Rockstar, una gran mayoría de ellos llegaban con nuevas ideas y apuestas originales, que intentaban innovar en el género de alguna manera. Ese es el caso concreto de Mercenarios, un shooter de acción en tercera persona con mucha personalidad propia.

Al comenzar la aventura teníamos que elegir entre uno de los tres mercenarios disponibles (interpretados en la versión original por los actores Phil LaMarr, Jennifer Hale y Peter Storm): el equilibrado Chris Jacobs, la rápida y sigilosa Jennifer Mui o el fuerte Mattias Nilsson, cada personaje con habilidades únicas que influyen en cómo afrontamos las misiones. El juego comienza con el golpe de estado de un general descontento en Corea del Norte, lo que lleva al país al borde del colapso y atrae a varias facciones extranjeras interesadas en influir en el futuro de la región.



El juego se desarrolla en un enorme mundo abierto que podemos explorar libremente, siendo una de las características más promocionadas la posibilidad de destruir los escenarios, usando una variedad de armas y vehículos para destrozar edificios, infraestructuras y otros elementos del entorno. Un nivel de interactividad clave en el gameplay, ya que nos invitaban a ser creativos a la hora de cumplir los objetivos de las misiones, yendo un paso más allá de lo visto en otros sandbox de la época.

Otro elemento curioso era su sistema de tarjetas utilizado para marcar a los objetivos de alto valor dentro del juego, conocidos como “los 52", algo inspirado en la baraja de cartas usada por el gobierno de EE. UU. durante la invasión de Irak para identificar a los miembros más buscados del régimen de Saddam Hussein. Cada carta en el juego representa a un líder militar o político que teníamos que capturar o eliminar. También podíamos trabajar para diferentes facciones, como la mafia rusa, China, Corea del Sur o las Naciones Unidas, cada una con sus propias misiones, recompensas y consecuencias en la historia, y dependiendo de cómo nos relacionamos con ellas pueden estar en tres estados ‘amigo’, ‘neutral’ y ‘no amigo’, reaccionando de diferentes maneras ante nuestra presencia.



Si algo tenía que tener un juego de acción en mundo abierto para que tuviera un cierto tufillo a GTA era poder controlar vehículos, y en eso Mercenaries daba muy bien la talla, pudiendo conducir vehículos civiles como coches y camiones, jeeps, veloces deportivos, humvees blindados, tanques e incluso helicópteros, algo que luego imitó la también saga de mundo abierto Just Cause, que en muchos aspectos cogió el testigo de lo creado por Pandemic Studios.

En definitiva, un juego de acción en mundo abierto muy divertido, con grandes ideas y con muchas posibilidades, un poco repetitivo también, al estar totalmente centrado en matar y destruir, y muy hijo de su época, quizá el motivo por el que nadie se ha acordado de él para hacer una remasterización a pesar de que gustó muchísimos tanto a la prensa como a los jugadores, tanto es así que saga tuvo continuidad con una secuela.

La secuela salió en 2008 y hubo una tercera parte en desarrollo

En 2008 se lanzó Mercenaries 2: World in Flames, un juego intergeneracional, ya que se lanzó en PlayStation 2, PS3, Xbox 360 y PC, y que recibió críticas mucho peores que las del primer juego, pese a que aparentemente era la típica secuela que ofrecía mucho más y mejor de lo mismo. Ambientado en esta ocasión en Venezuela, esta continuación incluía como novedades un mapa más grande, mayor variedad de paisajes, con entornos urbanos y playas y selvas, un curioso sistema económico, ya que ganábamos dinero realizando misiones que luego podíamos emplear en comprar mejor equipo, nuevos vehículos y más opciones de personalización de estos, ahora con lanchas, un sistema de facciones más dinámico, con relaciones entre los diferentes grupos, un sistema de interacción y destrucción de los escenarios más complejo, y una de las novedades más importantes, un modo cooperativo para dos jugadores a través de internet.



Si todo esto suena tan bien, ¿qué fue lo que falló para tener peores críticas que la primera entrega? Pues muchos detalles, como unos molestos minijuegos cada vez que intentábamos robar un vehículo, un gameplay que no estaba a la altura como shooter, un diseño de misiones demasiado repetitivo, que no encajaba bien con lo que se esperaba de un juego en 2008, una inteligencia artificial muy escasa de los enemigos, técnicamente no aprovechaba demasiado el hardware de las recién estrenadas PlayStation 3 y Xbox 360, y además estaba repleto de bugs, porque lo de lanzar los juegos a medio terminar no es algo nuevo. Evidentemente no era un mal juego, para nada, pero no tuvo el impacto y el efecto sorpresa del primero.


Si algo ha sabido hacer Electronic Arts a lo largo de su historia además de juegos es cerrar estudios, y tras comprar Pandemic Studios en 2007, la cerraron en 2009, siendo su último lanzamiento The Saboteur, una aventura de acción en mundo abierto ambientada en el París de la Segunda Guerra Mundial ocupado por los nazis, que no fue un gran éxito de ventas en su lanzamiento pero que con el paso del tiempo acabó cogiendo aura de título de culto, y que bien merece uno de estos artículos para recordarlo.



Cuando Pandemic cerró sus puertas se encontraban trabajando en la tercera entrega de la saga, titulada Mercenaries 3: No Limits, de la que incluso se llegó a filtrar un breve vídeo conceptual con gameplay, que podéis ver a continuación. Tras el cierre de Pandemic, EA llegó a anunciar que había una tercera parte en desarrollo titulada Mercs Inc., juego del que nunca más se supo, que estaba siendo creado por EA Los Ángeles, el estudio anteriormente conocido como DreamWorks Interactive y posteriormente como Danger Close Games, creadores de multitud de entregas de Medal of Honor, y cuyas puertas cerraron en 2012 tras el lanzamiento del fallido Medal of Honor: Warfighter.

¿Qué recuerdos tenéis de los juegos de Mercenarios? ¿Os gustaría que volvieran de alguna manera? Déjanos tu opinión en los comentarios.