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Апрель
2024

La decepción de Manzanares en una tarde aciaga: «Así es imposible; los toros no tenían nada dentro»

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Abc.es 

José María Manzanares, con amargura, ha reconocido que apenas pudo hacer nada con dos toros muy similares, sin fuerza y la bravura necesaria «para sacarles algo» en la tarde de este jueves en la Maestranza. Tras verse primero con Pendenciero, ha indicado a los compañeros de OneToro TV que «le faltó entrega al toro. En la primera tanda, sobre todo, tras el primer muletazo, él ya arrollaba. Al no temer entrega y raza siempre tiraba por el medio. No transmitía nada. Al tercer muletazo se me metía detrás de la cadera. He intentado sacarle lo máximo. Yo tenía esa ilusión. En vez de romper para bueno, ha roto para rajarse, para no querer embestir». También tras el segundo toro se ha expresado con cierta amargura: «Es imposible. Su fondo no era de embestir tampoco. Ha sido muy parecido al primero, sin tener esa transmisión y esa profundidad para nosotros poder exigirle. Este tampoco tenía nada dentro. Así es muy complicado». Por su parte, Morante de la Puebla, tras su primer toro, y después de dejar varias series de exquisito trazo y temple, se ha mostrado algo contrariado a pesar de que dejó una buena impresión. «La verdad es que yo no creía mucho en el toro, pero poco a poco fue creciendo. Ha sido un toro bravo, en definitiva. Tuvo un momento en el que yo pensé que se podía ir. Pero lo traje», ha manifestado. El diestro sevillano, toreando con empaque y personalidad, ha reconocido, eso sí, que pudo «disfrutar en la faena», una circunstancia que no pudo repetir en el segundo toro, sin hacer declaraciones a posteriori. Por último, Pablo Aguado , que fue de más a menos en su primer toro, ha indicado que no ha terminado de romper en lo que en un principio esperaba: «En el capote sí ha habido esa movilidad... Pero al toro le faltó aliento, vida, expresión, el decir algo con las embestidas». En su último, el sevillano se ha vuelto a lamentar: «Es una pena. La primera tarde sí embistió con ganas. Fue una pena que luego se haya rajado».