Selfies: instantes mágicos y espontáneos
El selfie, esa explosión por incluir al autor en un lugar o una historia, incluso, hasta en algún suceso, es más que una moda. Se ha convertido en uno de los fenómenos culturales y sociales más icónicos de la comunicación visual contemporánea.
Los autorretratos han existido desde hace siglos, desde la Edad Media y el Renacimiento, y con la invención de la fotografía, especialmente las cámaras portátiles y celulares, se volvieron más accesibles para las personas, popularizándose en la última década.
Como dato curioso se tiene registro del primer selfie fotográfico de la historia, que tuvo lugar en 1839, cuando el empresario estadounidense Robert Cornelius se tomó la primera fotografía de sí mismo utilizando un daguerrotipo, que fue una de las primeras cámaras.
Los selfies permiten a las personas expresarse, compartir momentos y construir su identidad en las redes sociales; pueden constituir una forma de expresión creativa y documentar la vida cotidiana y las experiencias.
No obstante, cuidado; tomar selfies en situaciones inapropiadas o mientras se conduce puede distraer y aumentar el riesgo de accidentes automovilísticos; algunas personas se arriesgan a situaciones peligrosas solo para obtener la «foto perfecta».
Debemos tener en cuenta que aunque son una forma popular de expresión y documentación personal, es importante practicarlo con responsabilidad y considerar la seguridad en todo momento.
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