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Апрель
2024

La emotiva historia del maestro que hizo de niños sin futuro campeones nacionales de ajedrez

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Abc.es 
Cuando Enrique Sánchez llegó al colegio Marcos Frechín de Zaragoza solo tenía clara una cosa: tenía que salir de ahí cuanto antes. «No voy a durar ni un día», pensaba hacia sus adentros cuando pisó el colegio público en 1982. Tras 42 años, el profesor está ya a las puertas de la jubilación en el centro y el motivo de que no abandonara no fue ni la proximidad de las instalaciones, ni sus infraestructuras, ni sus compañeros. La culpa, o la bendición depende de cómo se mire, la tienen unos jovencitos que desde hace unos años se visten con su polo negro y siguen sus enseñanzas de ajedrez. «Conseguimos ser subcampeones nacionales en dos ocasiones y ganamos el campeonato nacional en 2014. En el tablero, todos somos iguales», explicó a ABC. Que los chicos se vieran iguales frente a los rivales no era sencillo. El barrio, situado en una zona obrera de la ciudad, no ponía las cosas fáciles a los chicos. La mayoría daban por perdido su futuro a pesar de sus ganas. «En ese barrio no hay aspiraciones. Muy pocos solían ir al instituto después de EGB. Es una zona que ha envejecido y han llegado muchos inmigrantes y gente que viene de los pueblos», indicó el profesor. Después de años de trabajo y esfuerzo, en 1987, consiguió que la selección de Aragón estuviera conformada íntegramente por alumnos del colegio. «Fue una forma de que vieran que no eran peores que un chico de un centro privado». Esta historia del maestro y sus chicos la ojeó un día en el periódico el cineasta Nacho G. Velilla y rápidamente se puso en contacto con él. «Vi enseguida una trama y cuando hablé con él me puse manos a la obra», indicó el director. El reto no ha sido sencillo. «Ser fieles al viaje emocional, a Enrique y a estos chicos que desconocían sus cualidades era complicado. Tuvimos que cambiar las edades de los chicos así como al profesor». En la película, 'Menudas piezas', es Alexandra Jiménez quien encarna a este maestro. Bajo el nombre de Candela, esta mujer se enfrenta a un cambio repentino de colegio con unos chavales que, a diferencia de la vida real, son unos chicos conflictivos y mediocres. En el ajedrez encuentra una vía para mostrar a los alumnos que no está todo perdido y que, como bien decía Enrique, frente al tablero todos son iguales. La oportunidad de presentarse al campeonato nacional llegó a su vida por sorpresa. Tal y como cuenta la película, Enrique reunió a los chavales y sus familias para explicarles en qué consistía el campeonato y los gastos que tenían que asumir. «En ese barrio luchan por llegar a fin de mes. Era muy complicado asumir 130 euros solo de inscripción», cuenta. Pero la llamada de un amigo que llevó a su grupo al certamen le animó a plantearlo a las familias. «Mi amigo había quedado en segunda posición y nuestro equipo había ganado al suyo con bastante solvencia. Ahí me di cuenta de que no era un ir a probar, sino que había bastantes posibilidades». Los chicos en la vida real y Enrique Sánchez (derecha) junto al reparto de 'Menudas piezas' l.p.d.j. 'Los chicos del Marcos Frechín', así les llamaban, se solían alojar en un lugar distinto al resto por motivos económicos, algo que también queda plasmado en la película. El año que ganaron fue el más complicado de todos. «El más difícil con diferencia sí, pero íbamos muy preparados. Fuimos con la mentalidad de ganar », aseguró Enrique. Su presencia en los certámenes después de unos años atemorizaba a otros centros. «La gente nos tenía mucho respeto. Los árbitros nos decían que muchos no querían que les tocara los chicos del polo negro», dijo el profesor haciendo alusión a su uniforme. Y así fue como un rumano, una boliviana y dos españoles vencieron a 38 colegios frente al tablero. «Imagínate para estos chicos, en un barrio donde no hay aspiración alguna, lo que supone ganar un campeonato nacional. Nuestro esfuerzo y trabajo nos hizo ganar», aseguró el profesor. La película refleja este viaje que Enrique hace junto a su equipo. «No quisimos desestimar ningún valor que enseñaba Enrique. En 'Menudas piezas' aparecen chicos normales, como los de la vida real, una figura de antihéroe en el que la gente se puede ver reflejada», aseguró el director. Un futuro gracias al ajedrez Enrique ha sido testigo de cómo la vida de esos muchachos se ha transformado gracias al ajedrez. «Amelia, una de las gitanitas que veía a clase, me la encontré hace poco por la calle y me dijo que que trabajaba en la Comunidad Económica Europea, en Bruselas, otra alumna me contó que trabajaba en Naciones Unidas y otro chico me dijo que estaba trabajando como ingeniero en Singapur», contó orgulloso. El ajedrez ha sido crucial en ellos y Enrique está seguro de que gracias a este juego han conseguido llegar muy lejos. «Claro que influye en el desarrollo intelectual. Los niños que hacen ajedrez tienen una preparación mejor que los demás». Enrique aprendió muchas cosas de ellos , entre otras, que siempre está uno a tiempo de aprender a jugar y mejorar. «A mí me ganan los chavales y la gente del barrio. Levantamos juntos la historia del ajedrez en Aragón. El ajedrez y la enseñanza son mi vida. Son los que me hacen feliz. Si volviera a nacer, volvería a hacer lo mismo».