O. J. Simpson, el héroe deportivo de todo un país
Antes de estar en el ojo del huracán, antes de ser protagonista de uno de los juicios más famosos de la historia, Orenthal James Simpson (San Francisco, California, 1947) fue uno de los jugadores más importantes de la NFL , la liga de fútbol americano de Estados Unidos. Condición que, por ende, le convirtió en uno de los mayores ídolos del país. Su tremenda carisma y el ser una de las caras más reconocibles del deporte más importante de EE.UU . le elevaron a la cima en tiempo récord. Si la el baloncesto es el deporte de las minorías y el béisbol el de alma más familiar, el fútbol americano es el de todos los americanos. Y Simpson fue su estrella durante casi una década. Su relación con la pelota comenzó muy pronto, cuando Simpson estudió en el colegio Galileo y en un instituto de su ciudad natal. Destacado jugador tanto en defensa como en ataque, en 1967, ya con la mayoría de edad cumplida, recibió una beca deportiva para estudiar en la Universidad del Sur de California , hogar de los míticos 'Troyanos'. Allí su juego fue fantástico y, prueba de ello, es que fue condecorado con el Trofeo Heisman , premio que le reconoció como mejor jugador universitario de todo el país. Tras dos años en la institución, hizo su debut como profesional en 1968, después de que los Buffalo Bills , emblemático equipo del estado de Nueva York, le seleccionaran en el draft de la NFL. Nunca llegó a ganar la Super Bowl, pero sí hizo historia en la liga. De hecho, en 1973, se convirtió en el primer jugador de la historia en correr 2.000 yardas en una sola temporada, hito que fue recompensado con el premio de mejor jugador de la liga (MVP). También jugó seis Pro Bowls , equivalentes al partido de las estrellas (All-Star) de la NBA. En 1978, una grave lesión obligó a los Bills a traspasarlo a los San Francisco 49ers , el equipo de su ciudad, aunque, en las dos temporadas que jugó con los californianos, nunca consiguió replicar su nivel anterior. Se retiró en 1980 como el segundo jugador de la historia con más yardas acumuladas (19.236) y en 1985 fue incluido en el Salón de la Fama , el máximo honor al que opta un jugador de fútbol americano.