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Апрель
2024

«La cuestión no es si habrá otra pandemia sino cuándo»

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Abc.es 
La pandemia de covid-19 que golpeó el mundo en 2020 despertó la conciencia global hacia una realidad que no siempre había recibido la atención que merece. Esto es, que la salud de los animales, del medioambiente y de los humanos están íntimamente ligadas. De no ser así, crisis universales como la vivida he ahora cuatro años no hubiesen existido nunca. En este contexto, resurge con más fuerza el enfoque 'One Health' (Una sola salud), que nació de Naciones Unidas y ahora adoptan instituciones como la Unión Europea para enfocar de forma multidisciplinar la prevención de problemas de salud globales. Al frente de la estrategia 'One Health', desde la dirección general de Salud y Seguridad Alimentaria de la Comisión Europea, está Roser Domènech Amado. Antes de ofrecer la conferencia inaugural del Congreso Nacional 'Construyendo juntos una salud pública moderna', organizado por la Plataforma One Health en la Universidad Complutense de Madrid, habla de los retos sanitarios que tiene Europa (y el resto del mundo) en la actualidad. -¿'One Health' es solo un planteamiento teórico o tiene aplicación a políticas prácticas? -'One Health' no es una actividad o una política concreta. Es más bien una forma de hacer las cosas. Este concepto existe desde hace mucho tiempo, desde los 70, y propone que la salud humana, la animal y la del medioambiente no se traten en esferas distintas sino de manera ligada. Ahora vuelve a estar más de moda este concepto después de la pandemia. La gente corriente, no ya los expertos, ha podido constatar que el origen del covid, como de otras enfermedades contagiosas, tiene origen animal. El 60% de todas las enfermedades infecciosas humanas, y el 75% de todas las emergentes en África, son zoonóticas (origen animal). Esto es muy importante porque se trata de prevenir nuevas pandemias y de poner en común el conocimiento para poder identificar a cuáles son los riesgos de brotes en determinadas zonas del planeta y ver, justamente, cómo evitar que se propaguen. -De haber estado más presente este enfoque global, ¿hubiese sido diferente la evolución de la pandemia? -Lo que sí está claro es que desde la pandemia nos lo estamos tomando mucho más en serio. Se está intentando por todos los medios que los países estén preparados para para prevenir, detectar y que, con mejores medios y conocimientos de esta interconexión, se lleve a cabo una vigilancia del medio tal que finalmente casi ni haga falta esa vigilancia epidemiológica. Es evidentemente que el gran reto que tenemos es la implementación. -¿Esta es su tarea? -Efectivamente. Yo estoy en la Dirección General de Salud y Seguridad Alimentaria y tengo que estar estar perfectamente conectada con la de Medioambiente, Agricultura, Investigación... Hay muchísimos ámbitos que se tienen que conectar. Esto supone un cambio de paradigma en la manera que trabajamos porque estamos acostumbrados a hacerlo en 'silos', cada uno en su pequeño ámbito. El ser humano no está preparado de forma natural para trabajar conjuntamente, pero la nueva forma pasa por esto: acciones conjuntas, presupuestos a este nivel, etc. Hay un elemento de gobernanza y de definición del ámbito de acción que es muy importante. «Ahora estamos vigilando el brote de gripe aviar. Está controlado pero hay que seguirlo» -¿En qué caso concreto se está trabajando ahora bajo bajo este nuevo 'modus operandi'? -En la práctica el concepto ya lo aplicamos. Por ejemplo, ahora con el brote de gripe aviar que ha llegado hasta la Antártida. Trabajamos conjuntamente con los los jefes médicos y los veterinarios de todos los Estados miembros. Ya no es una reunión como las que hacíamos durante la pandemia, solo con los responsables del área epidemiológica (Fernando Simón, en el caso español). Ahora se vigila la evolución desde todos los ámbitos. Ya se han dado varios casos en mamíferos y en algunos se ha constatado que se contagia al ser humano. En estos es donde debemos estar vigilantes para que esto no se transforme en una epidemia. -¿Qué riesgo hay de que esto suceda? -De momento está controlado, pero se está propagando. Lo cierto es que cuando ha habido una infección en humanos han sido en personas que trabajaban en granjas con aves. Pero hay que controlarlo y seguirlo. Con el covid, al principio no sabíamos nada y en unos meses devastó medio mundo. En estos momentos no hay nada que nos preocupe como el covid ni muchísimo menos, pero sí se está haciendo un seguimiento epidemiológico de todas las enfermedades infecciosas, bien sean de origen zoonótico, contagiadas por vectores (insectos), etc. a través del Centro Europeo para Enfermedades Infecciosas, que justamente está siguiendo la la situación y está en contacto con el resto de agencias: la de Medioambiente, la de Seguridad Alimentaria, la de Medicina... Todas trabajan conjuntamente, con análisis y asesoramiento científico. -¿Qué papel juega el estado del medioambiente? -Desgraciadamente estas enfermedades han crecido exponencialmente y el estado del medioambiente está muy ligado. La intensificación de muchas actividades humanas, que van desde la agricultura, la ganadería o el comercio de animales hasta la urbanización, han propiciado la aparición y la propagación de de todo este tipo de de enfermedades. Entonces el enfoque correcto es el de identificar los factores en el medio que desencadenan las enfermedades animales. -¿Y qué papel tiene el cambio climático? -Nos hemos dado cuenta de que el clima en general, y todo lo que comporta el cambio climático, tiene por supuesto unos efectos directos en la salud global. En 2022, murieron 70.000 personas en Europa después de las olas de calor y la contaminación medioambiental es la causa del 10% de las muertes prematuras. Sobre los efectos acumulativos del cambio climático, se calculó en un estudio reciente que asciende a 65 millones de años de vida por discapacidad de aquí al 2050. O sea, que estamos hablando de cifras enormes, y sin entrar en el impacto económico. Por tanto, de lo que se trata es de que se incluye en el enfoque interdisciplinar para al final a lograr una la salud óptima de las personas, de los animales y el medio ambiente. Esto no hace más que profundizar en nuestro medio como factor determinante para nuestra propia salud. «El medioambiente es un factor determinante para el estado de la salud humana» -¿Puede identificar el reto actual que necesita un enfoque 'One Health' de forma más urgente? -La resistencia microbiana a los antibióticos. Es el ejemplo por excelencia de la relación entre la salud humana y la animal, pero también en relación con el medio. Si has promovido durante años políticas que permiten el uso de antibióticos para el engorde animal (esto está prohibido hoy en la UE), esos antibióticos pasan del animal al humano y del humano al medio, a través de los acuíferos y las aguas residuales. Se trata de limitar al máximo el consumo excesivo y no justificado, tanto en humanos como en animales. Tenemos toda una batería de de acciones legislativas y no legislativas que tienen el objetivo justamente de controlar esta resistencia a los antibióticos que han desarrollados las principales bacterias. Esto está siendo la causa de muerte de más de 35.000 personas al año en Europa. Si no lo controlamos nos podemos encontrar que en el año 2035 será mejor que te cures en casa que ir al hospital, porque si vas al hospital puedes coger una infección de la que ya no te puedas proteger. Realmente este tema es muy serio. -Sí, pero no parece estar muy en primera línea de la opinión pública, como un brote de ébola, por citar algún ejemplo. -Es cierto, no es muy mediático. Pero solo será así hasta que la gente empiece a sentir las consecuencias y vea morir a un familiar porque no haya ningún antibiótico que funcione contra una infección. La OMS lo considera como una de las grandes amenazas en salud pública que existen en la actualidad. -¿Existe alguna otra enfermedad que preocupe especialmente en Europa desde el punto de vista de la salud global? -Las que siempre están bajo vigilancia son las transmitidas por vectores (insectos como los mosquitos, por ejemplo). Miramos muy de cerca el dengue, que siempre está ahí pero de vez en cuando hay brotes y obliga a estar siempre vigilante. Hay otras enfermedades somáticas, sobre todo de tipo respiratorio como el SAR (el síndrome respiratorio agudo), los tipos de gripe, también el ébola... De lo que se trata es justamente de que se controle lo poco que se pueda prever. Esto supone un cambio de mentalidad: el enfoque 'One Health' también es eminentemente preventivo y no curativo. Cada vez más los gobiernos están viendo que la prevención es una inversión. En Europa, todavía la salud pública dedica a esto último un 3% del presupuesto. Pero hay que saber que el coste de la gestión y la respuesta a las pandemias está cien mil veces por encima del de la prevención. Noticia relacionada estandar No ¿Y si los antibióticos dejaran de curar? Rocío Mendoza En el mundo microscópico se libra una batalla invisible: la bacterias han desarrollado 'poderes' frente a los fármacos que las mataban debido a su uso masivo; tanto que amenazan con la próxima pantemia -¿Tan pronto hemos olvidado la pandemia? -Efectivamente, da miedo ver cómo el covid ha pasado y haya mucha gente que lo da por atajado. El riesgo de esto es que no haya un cambio lo suficientemente rápido para prevenir bien la próxima pandemia. Porque la cuestión no es si habrá otra pandemia sino cuándo la habrá. Por eso, eventos como el congreso que acoge la Universidad Complutense son importantes, porque llaman la atención sobre un tema tan importante. -¿Hace falta realmente esto último en un ámbito como el europeo? -En el último mandato hemos intentado impulsar una agenda verde muy clara sobre la sostenibilidad en Europa. Pero llega la guerra y cambian las prioridades. Además, ahora estamos en un periodo transitorio porque en julio habrá elecciones y veremos cuáles serán las prioridades políticas de la nueva Comisión Europea. En función de esto veremos si podemos seguir y mejorar nuestro trabajo con el enfoque 'One Health'.