No se puede vivir con tanto de menos
LA HABANA, Cuba. – Ni siquiera en medio de la miseria dejamos de reírnos. Están los que se ríen de sí mismos, como mi vecina Magali. Magali es una vecina que es la mar de ocurrente. Magali es tremendamente ingeniosa y muy vital. Magali es pura chispa. Y tan grande resulta su agudeza que no son pocos los que procuran su cercanía, sobre todo en esas largas colas que hacemos con tanta frecuencia los cubanos.
Magali siempre me sorprende, sobre todo cuando coincidimos en esas tumultuosas colas que vivimos. Y hoy no sería diferente, hoy volvimos a coincidir Magali y yo, otra vez en una cola larguísima y muy lenta para comprar los escasísimos productos que llegaron en esa “canasta básica” que da la impresión de que podría hacerse centenaria, ¿acaso eterna?
Y Magali, la misma que se empeña en organizar las colas para que fluyan con rapidez, se puso hoy a cantar para hacer más potable la cola que jamás es potable, y para hacerlo escogió una canción que conocemos en la voz de Shakira, solo que no cantó lo mismo que canta Shakira. Magali intervino la canción de Shakira, le cambió la letra. Magali acomodó la letra de una canción de Shakira a su conveniencia.
Magali no cantó, como canta Shakira, “no se puede vivir con tanto veneno”. Magali cantó: “No se puede vivir con tanto de menos” y su ocurrencia me dejó con la boca abierta. Y es que Magali parece no estar interesada en los infundios, en los chanchullos; a ella lo que le interesa es la vida, más bien la sobrevida. Lo que más le importa a Magali es poder encender el fogón y tener que cocinar.
Mi vecina dice que quiere encender su fogón y usar sus cuatro hornillas. Mi vecina Magali sueña con que se pierda esa homogeneidad en las mesas cubanas, que se refunde nuestra mesa con una enorme variedad de platos. Magali quiere abandonar las chancletas que suenan feo y que no son cómodas. Ella sueña con una variada multiplicidad en su zapatera, y no andar chancleteando el día entero.
Y quizá sea por eso que Magali intervino esa canción de Shakira; pero entre lo que canta Shakira y lo que canta Magali hay algunas diferencias. Shakira no vive en la miseria, a Shakira le molesta el veneno, el chisme, el chanchullo; Magali no tiene tiempo para eso. Lo que preocupa a Magali, lo que la angustia, es su vivir con tanto de menos. A ella le duele vivir tan mal.
Lo que angustia a Magali es mirar vacía su despensa. Ella adora las despensas muy bien surtidas. Ella sueña con una multitud de opciones. Magali no quisiera tener que intervenir la canción de Shakira, no quiere cantar lo que ahora canta. Ella no quiere cantar eso que dice que “no se puede vivir con tanto de menos”. Ella no quisiera tener que parafrasear a Shakira, pero no le queda otro remedio.
Magali, como tantos, está tan desesperada que hasta se atreve a decir que es mejor el veneno al que canta Shakira que el “de menos” con el que ella interviene la canción de la colombiana, pero por suerte todo queda en la pesadez de una sentencia. Magali quiere algo, un algo, un algo que no sea una contradicción en sí misma. Ella dice que está harta del “no”, del “no se puede”, del “no tengo”, del “hoy no y mañana tampoco”.
Magali está harta de migajas, de mirringas, de despojos, de sobras y sucedáneos. Magali es muy ingeniosa cuando interviene la canción que canta Shakira, pero está harta de tener que ser ingeniosa para burlarse de sus desgracias. Magali está harta de sumar disyunciones a su vida. No quiere tener una vida dislocada y rota. Ella quiere llenar su jaba una vez a la semana.
Ella sueña con hacer sus compras y entregarse luego a otros empeños entre los que podrían estar las diversiones. Ella dice que tiene muchas ganas de reírse, lo mismo mientras está parada frente al fogón, que cuando mira un noticiero en la televisión. Magali está cansada de tantas disyuntivas, y sobre todo de vivir con tanto de menos.
Magali dice que no quiere algo, que quiere todo. Ella no quiere algo porque el “algo” es demasiado indeterminado, porque el “algo” es siempre indefinido, porque el algo no se decide, porque el algo se recibe buenamente y sin reproches. Ella quiere mucho de todo eso que cree merecer, sin mediaciones, sin medias tintas.
Ella no quiere de menos, ella tampoco quiere de más. Ella lo que quiere es decidir. Magali quiere escoger de entre un montón de opciones. Ella no quiere tener esa certeza de que a la misma hora esté sentada a la mesa un país entero comiendo y descomiendo lo mismo, bebiendo lo mismo, sufriendo lo mismo. Ella quiere, incluso, contradicciones, objeciones a montón. Y Magali tiene toda la razón, aunque a algunos les parezca un poco anfibológica.
ARTÍCULO DE OPINIÓN Las opiniones expresadas en este artículo son de exclusiva responsabilidad de quien las emite y no necesariamente representan la opinión de CubaNet.
Sigue nuestro canal de WhatsApp. Recibe la información de CubaNet en tu celular a través de Telegram.
The post No se puede vivir con tanto de menos appeared first on Cubanet.