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Апрель
2024

Cinco playas escondidas en la costa de Granada donde disfrutar del paraíso en la tierra

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Abc.es 
Para empezar, algo fundamental: los conceptos temporada alta de verano y playa solitaria son, a estas alturas, incompatibles . Vaya uno donde vaya, si es agosto, se va a encontrar gente. En julio también, aunque en ese mes se puede aspirar a más metros cuadrados de espacio. Hecha esa salvedad, es obvio que hay playas que, por diversas circunstancias, están menos frecuentadas. Esos motivos son, sobre todo, que están apartadas del mundanal ruido , que en consecuencia no tienen edificios en lo alto, que generalmente carecen de restaurantes, chiringuitos y esos servicios que tanto se demandan en el litoral, o que tienen un acceso más complicado. Las que se detallan a continuación son cinco playas de Granada que reúnen algunas de esas características o todas ellas. Resultan especialmente recomendables por la mañana, antes de que lleguen esas hordas de visitantes cargados de neveras, sillas, tumbonas y todo tipo de enseres –incluyendo música- con el firme propósito de romper el encanto. Aunque tienen cientos de playas a su disposición, hasta a estas llegan. Pero menos que a las otras, eso también es verdad. El recorrido empieza en la frontera con la provincia de Málaga, en pleno parque natural de Maro-Cerro Gordo y dentro del término municipal de Almuñécar . Se llama Cantarriján y es la más conocida de cuantas van a ser nombradas, porque a estas alturas su existencia ya no es ningún secreto y las frecuentan centenares de personas tanto de Granada como de Málaga. Es lo que tiene estar a medio camino de los dos sitios. Existe una asociación que vela por mantener la tradición naturista de Cantarriján y hasta ha organizado bodas naturistas a.A.P.N.C. Tiene una cala central con dos chiringuitos bien equipados y con buen pescado y paellas y también dispone de tumbonas y el resto de los servicios de las playas convencionales, por llamarlas de alguna manera. Su ventaja sobre la mayoría de éstas es que el agua es cristalina . Hay muchos visitantes que aprovechan para bucear porque los fondos son riquísimos. Incluso a pocos metros de la orilla se ven peces alrededor. Separada por una roca hay una segunda cala que no dispone de servicios de ningún tipo, es mucho más salvaje y es la preferida por los nudistas. En realidad toda la playa es de uso tradicionalmente nudista y de hecho Cantarriján fue probablemente la primera de Andalucía en obtener esa denominación, así que el que lo desee puede estar desnudo en toda su extensión. Lo que ocurre es que, con el paso de los años y la masificación, en la cala principal han ido proliferando los bañadores, hasta el punto de que en temporada alta son mayoría. No obstante, hay una coexistencia pacífica entre naturistas y textiles y no parece que el uso nudista de toda la vida se vaya a perder. Ya se encarga de eso una muy activa organización, la Asociación de Amigos de la Playa Naturista de Cantarriján , que hasta ha organizado bodas nudistas allí. No es fácil aparcar allí, ni tampoco recomendable porque se trata de un espacio natural que no conviene alterar. En julio y agosto sólo se puede bajar en autobuses-lanzadera desde lo alto del acantilado, a unos dos kilómetros de distancia, así que la única alternativa es dejar el coche en el aparcamiento dispuesto en todo lo alto . El resto del año se puede utilizar el parking de uno de los restaurantes si se ha reservado para comer allí. La playa de El Muerto, también en Almuñécar, a vista de pájaro abc También en Almuñécar está la playa de El Muerto , que pese a su tétrico nombre es de lo más agradable. Se sitúa entre el puerto deportivo y la playa de Cotobro y se accede desde este último punto por un camino bien señalizado y que tiene como aliciente ver el mar batiendo justo al lado. Hay una primera cala, pequeña y rocosa, donde cabe muy poca gente. Lo suyo es seguir andando y acceder a la segunda, más grande y espaciosa . Apenas hay arena, el suelo es de guijarros, como en la mayoría de las ensenadas granadinas. De vez en cuando funciona un pequeño chiringuito, más bien un quiosco con bebidas y cosas muy básicas. Tiene también unos fondos marinos impresionantes. De hecho, allí está proyectado el Parque Azul de Vida Submarina , que recrea bajo el mar la antigua ciudad romana que fue Almuñécar y que entonces se llamaba Sexi . Los buceadores están de enhorabuena en un sitio así. Y los naturistas también porque ésta sí que es una playa de uso nudista casi al cien por cien. En julio y agosto surgen aquí y allá algunos bañadores, pero como ya se ha dicho eso es inevitable. Se respira un aire de tranquilidad total , apenas hay ruidos salvo el relajante sonido del mar. En esas circunstancias, lo único que queda por hacer es desconectar. Eso sí, conviene llevar sombrilla porque allí el sol cae a plomo y no hay donde resguardarse. La playa de La Joya, en Motril, y en primer término los escalones que hay que bajar para acceder g. ortega La Joya está en Motril y hay que dejar muy clara una cosa a quienes quieran ir: para llegar hay que bajar unos 200 escalones… y luego subirlos. No hay otra manera. Avisados quedan. Si se les olvida algo en el coche y se dan cuenta cuando están poniendo la sombrilla, tendrán que plantearse si merece realmente la pena ir a por ello. Muy probablemente por eso, por esos 200 escalones, no hay ni chiringuitos ni nada que se le parezca. Es una playa virgen y salvaje donde apenas hay más ruidos que el rumor de las olas. No es grande, apenas 300 metros de largo, así que en los meses de verano no conviene llegar tarde porque entonces no habrá espacio. Es otra de las elegidas por los amantes del naturismo, aunque lo cierto es que responde más bien a lo que se conoce como playa mixta , donde cada cual va como le parece más oportuno. Sus aguas son muy limpias pero eso no le importa nada a las medusas, que de vez en cuando, atraídas por las corrientes, se encajan en la cala. Conviene enterarse de antemano de si hay o no, por aquello de ahorrarse los escalones de marras. Playa de Rijana, en el término de Gualchos-Castell de Ferro javier martín Aproximadamente lo mismo, 300 metros, mide de largo la playa de Rijana , en Gualchos-Castell de Ferro , próxima ya a la frontera con la provincia de Almería. Su principal particularidad es que para llegar a ella hay que dejar el coche en las inmediaciones de la carretera N340 y atravesar un túnel subterráneo que conduce hasta la orilla. Es pequeña y también estrecha, sólo unos veinte metros de anchura, y como además hay varias rocas diseminadas aquí y allá, la recomendación de no demorar mucho la llegada se antoja todavía más necesaria. El paisaje es precioso, el mar suele estar en calma y los fondos también son dignos de admirar. Si se busca paz y sosiego es altamente recomendable… hasta junio y a partir de septiembre. Normalmente en verano ofrece la posibilidad de alquilar kayaks para dar un rodeo por las calas próximas, algo que resulta muy interesante. Playa de El Ruso, cerca ya de la frontera con Almería, aislada y de difícil acceso ideal El trayecto termina en la playa de El Ruso , en el término de Albuñol. Es una cala estrecha y no muy larga que los no avezados suelen pasar de largo porque para acceder hay que tomar un desvío de la N340 que no todo el mundo ve a la primera. El Ruso, que se componen de dos pequeñas calas unidas entre sí, tampoco tiene servicios de ningún tipo y aunque no es oficialmente nudista, allí sí que es habitual ver a gente sin traje de baño. Las aguas turquesas invitan al baño y no hay ruidos que perturben un día de descanso. Completa la ficha un dato histórico: se llama El Ruso en honor a Basilio Likianov , un teniente ruso huido de la extinta Unión Soviética que se instaló por los alrededores allá por 1921.