El nacionalismo vasco ocupará más espacio que nunca en su historia
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Las elecciones autonómicas en el País Vasco tienen numerosas incertidumbres y una única certeza: el nacionalismo vasco va a arrasar como nunca lo había hecho. La suma de los votos al Partido Nacionalista Vasco y EH Bildu se acercará al 70%, según coinciden todas las encuestas , el mayor porcentaje de la historia. Antiguos feudos del voto constitucionalista, como Vitoria, están viviendo su máximo de voto nacionalista, y la previsión es que el 21 de abril irá a más. Que el candidato del PNV a lendakari, Imanol Pradales Gil , presuma de sus ocho apellidos castellanos da una idea de la dimensión de la penetración del nacionalismo vasco. El siguiente mapa interactivo muestra, calle a calle, la media del voto nacionalista y no nacionalista en todas las elecciones autonómicas vascas celebradas desde 1980 a 2020. Además, se puede consultar, también por sección censal, la evolución del voto nacionalista en los doce comicios celebrados hasta ahora. Código Desktop Imagen para móvil, amp y app Código móvil Código AMP 800 Código APP En este resultado histórico para el nacionalismo el responsable del crecimiento es Bildu, puesto que el PNV vive estancado por el desgaste de cuatro décadas en el Gobierno, sólo interrumplidas por la breve excepción socialista hace ya más de una década. El blanqueamiento de los herederos de Herri Batasuna , como muleta de Pedro Sánchez en sus pactos de Gobierno, ha permitido a la formación presentarse como partido de izquierda radical posibilista sin necesidad de renunciar a su pasado como brazo político de ETA. Bildu, bajo el paraguas del 'bloque progresista' sujetado por Sánchez, ha aparcado estratégicamente en la campaña sus reivindicaciones independentistas y ha puesto el foco en cuestiones sociales, principales inquietudes hoy para los vascos. Nacionalismo como problema Esta estrategia tiene en cuenta que el nacionalismo como problema para la sociedad vasca ocupa el puesto 18 en la lista de preocupaciones, según la encuesta preelectoral del CIS, publicada a principios de abril. Y el terrorismo y ETA apenas entra cerrando el listado, en el puesto 38. El PNV, no obstante, insiste en su programa en un nuevo estatus de autogobierno y en el derecho a decidir. Acuciado por unas encuestas que le dan una victoria mínima, casi un empate, por el empuje de Bildu, el PNV no duda en hablar de «agenda oculta» de la izquierda 'abertzale' y acusarla de su falta de experiencia de gestión para movilizar así a su electorado, y decantar a su favor el liderazgo nacionalista. Bildu, en cualquier caso, no oculta que el objetivo último es la independencia . Código Desktop Imagen para móvil, amp y app Código móvil Código AMP 400 Código APP La mayoría de los vascos se siente tan español como vasco (40,1%) o más español o únicamente español (9,3%) frente al 46,7% que se siente más vasco que español o sólamente vasco, según el CIS preelectoral. Sin embargo, una abrumadora mayoría (76%) coincide en que los partidos que mejor defienden los intereses del País Vasco son PNV y Bildu, y que a su vez son los más capacitados para gobernar. Por tanto, en el aluvión de voto nacionalista previsto hay un componente identitario, pero sobre todo multiplicado por el deseo soberanista de mayor autogobierno, siempre insuficiente a sus ojos. Esta situación, la defensa de los intereses autonómicos, explica la paradoja de que el PSOE fuera capaz de ser el partido más votado en el País Vasco en las pasadas elecciones generales, y, sin embargo, el nacionalismo no dé opción alguna a partidos constitucionalistas en las autonómicas. No, al menos, actualmente; pero no siempre fue así. Constitucionalismo venido a menos La suma de votos de los partidos no nacionalistas superaró por primera y única vez a los nacionalistas en las elecciones autonómicas de 2009. El apoyo del PP permitió al socialista Patxi López convertirse en el primer y único lendakari no nacionalista, en unas elecciones donde el PNV, como siempre, obtuvo más votos que ninguno, y la izquierda 'abertzale' se presentó con unas siglas de circunstancias, todavía sin recomponerse tras la ilegalización del brazo político de ETA. Hoy una opción alternativa al nacionalismo es una quimera. Desde entonces, la suma nacionalista de conservadores y de izquierda 'abertzle' se ha disparado. Los bastiones nacionalistas se refuerzan, y el nacionalismo ha penetrado también en los antiguos feudos constitucionalistas. En municipios pequeños como Oreja y Orendáin (Guipúzcoa) o en barrios de ciudades pequeñas como Galdacao (Vizcaya) el voto nacionalista roza el 100% de media en todas las elecciones autonómicas vascas. O sea que en cuatro décadas sus vecinos no han metido en la urna una papeleta que no sea nacionalista. Eso no cambia. En cambio, sí se ha matizado el color de los antiguos feudos constitucionalistas. Ermua (Vizcaya), la localidad vasca con mayor porcentaje de voto no nacionalista de media en todas las elecciones autonómicas, se acercó a una mayoría de voto soberanista en las pasadas elecciones. Vitoria, la ciudad con menor media de voto nacionalista, superó por primera vez el 50% de apoyo a los soberanistas en las últimas autonómicas. En la capital de Álava, de hecho, Bildu fue el partido más votado en las pasadas elecciones municipales. En el sistema electoral vasco cada una de las tres provincias cuenta con 25 escaños, a pesar del menor peso demográfico de Álava en comparación con Vizcaya y Guipúzcoa. La partida en Vitoria, con el 76% de la población de la provincia, es fundamental para decantar la victoria. Álava ha ido poco a poco mudando de color y ha dejado de confirmar la certeza histórica de bastión constitucionalista, tal y como Vizcaya siempre ha estado dominado por el PNV y Guipúzcoa por la izquierda 'abertzale'. Nacionalismo venido a más Si en Vitoria en las pasadas elecciones autonómicas los partidos nacionalistas superaron por primera vez el 50% de los votos, en Bilbao y San Sebastián rompieron la barrera del 60%, un techo que nunca habían roto. Todo este ocurrió con un 67% de voto nacionalista, mientras que la proyección para estas elecciones es todavía superior, cerca del 70% según las encuestas. La previsión, por tanto, es que el soberanismo ocupe todavía mayor espacio político. En otras grandes ciudades vascas como Baracaldo y Portugalete (Vizcaya), o Irún (Guipúzcoa), antiguos bastiones socialistas, tradicionalmente fuerte en las localidades industriales, los nacionalistas fueron también mayoría por primera vez en las pasadas elecciones. Ciudades como Guecho , Santurce , Basauri y Lejona (Vizcaya), y Errentería y Éibar (Guipúzcoa) rompieron por primera vez el techo del 60% de voto nacionalista, según el análisis de los resultados históricos de las elecciones autonómicas vascas, 12 en total desde las primeras, celebradas 1980, hasta las últimas, en 2020. Las localidades grandes tradicionalmente nacionalistas están en máximos de apoyo a partidos soberanistas. Zarauz , Mondragón y Hernani (Guipúzcoa) y Amorebieta (Vizcaya) superaron el 75% de voto nacionalista, y Guernica y Bermeo (Vizcaya) y Tolosa (Guipúzcoa), más del 80%. Azpeitia (Guipúzcoa) es la localidad de mayor tamaño con más de un 90% de voto nacionalista. Pactos de gobierno Código Desktop Imagen para móvil, amp y app Código móvil Código AMP 400 Código APP Si bien no hay duda de que el nacionalismo vasco arrasará en las elecciones, la principal incertidumbre que se despejará el 21 de abril es si el PNV será capaz de revalidar su posición como partido más votado, como ha ocurrido desde las primeras elecciones autonómicas, o si la izquierda 'abertzale', actualmente bajo el nombre de Bildu, consuma el adelantamiento y ocupa la primera posición. Con la izquierda radical nacional dividida en Podemos y Sumar, la izquierda 'abertzale' aspira a quedarse con todos sus escaños, con una estrategia similar a la del BNG, otros socios nacionalistas de Sánchez. La incertidumbre del día después de las elecciones es, en teoría, menor: si PNV y PSOE suman mayoría absoluta (38 escaños) revalidarán gobierno, como en los últimos 12 años. Si no suman, el PP podría ser la llave para permitir, sin entrar, un nuevo gobierno PNV-PSOE. Aunque ganara Bildu, el PSOE ha negado cualquier posibilidad de pactar con la izquierda 'abertzale' para darles el Gobierno vasco, al contrario de lo que sí ha hecho en el Ayuntamiento de Pamplona . Aunque un pacto PSOE-Bildu es una opción que nadie puede descartar en unas elecciones futuras, un acuerdo ahora es complicado porque podría hacer caer el Gobierno de Pedro Sánchez por la retirada de los apoyos del PNV.