Sensores ópticos, sala de vigilancia...: los entresijos del techo que harán del Bernabéu una caldera ante el City
Una olla a presión digna del mejor partido más esperado de la Champions League. Real Madrid y Manchester City disputarán el partido de ida de los cuartos de final de la Champions League con el Santiago Bernabéu cerrado, tal y como sucedió en el choque de octavos de final ante el RB Leipzig. El Real Madrid puede decidir por su cuenta cuándo jugar -como ocurrió por ejemplo ante el Villarreal o en el derbi- y cuándo no con techo en los partidos de liga. Eso sí, en Champions, debe ser un delegado UEFA el que tome la decisión.
Con la luz verde del organismo rector del fútbol europeo, todo está listo para recibir al equipo de Guardiola que ayer se mostró impaciente por conocer la cubierta. ''Estoy curioso por verlo. No he estado nunca en un estadio con techo. Igual en pretemporada en Estados Unidos, pero no en un partido oficial y tengo ganas de verlo. El año pasado ya estaba casi acabado. ¿Ahora ya está?'', preguntaba. Al saber que se jugará con el techo puesto y que sonará el estadio de manera especial por el ruido, respondió con un: ''ah ah, muy bien. ¿Ah sí? (en alusión al ruido), bien, está bien, vamos a verlo", afirmó el de Santpedor dando a entender que desconocía totalmente una de las joyas de coliseo blanco.
Su reflexión se volvió viral y muchos aficionados aplaudieron lo que consideraron una vacilada de un técnico al que no le escapa el más mínimo detalle. Pero, por si alguien aún desconoce una de la mayores innovaciones tecnológicas del estadio merengue, repasamos sus secretos y su funcionamiento.
UNA ACÚSTICA EXCEPCIONAL
La cubierta del Bernabéu no solo permite al club engrosar sus arcas con todo tipo de eventos independientemente de las codiciones climáticas sino que es un potente arma frente a sus rivales como ya se pudo comprobar en el derbi. Cuando está cerrada, el coliseo blanco es una auténtica caldera y aún lo es mucho más con la nueva instalación que se se ha llevado en las últimas semanas.
Tal y como adelantó la web de seguimiento de obras del estadio Nuevo Bernabéu, mediante trabajos en vertical, quedaron instaladas de membranas acústicas en la cubierta del nuevo Bernabéu. Están diseñadas para reducir la contaminación acústica hacia el exterior y mejorar exponencialmente la acústica interior en los eventos además de la impermeabilización de la cubierta.
Se trata sin duda de una de la joyas de este nuevo coliseo blanco y permitirá la explotación comercial del estadio los 365 días del año. Es retráctil y está conformada por doce cerchas de 72 metros de longitud y 72 toneladas de peso ubicadas a diferentes alturas para resguardar a los jugadores y aficionados del conjunto blanco de cualquier tipo de incidencia que pueda provocar la meteorología. La estructura de cubierta funciona por sí sola apoyando en los cuatro elementos elementales de la misma, las dos nuevas torres del Paseo de la Castellana y los 2 nuevos pilares de Padre Damián.
Cuatro puntos de apoyo para más de 35.000 toneladas de peso. Todo un reto de la ingeniaría puesta a disposición del mejor estadio del mundo
¿CÓMO FUNCIONA?
La nueva cubierta retráctil es capaz de cerrarse y abrirse en una operación que será́ totalmente automática y durará aproximadamente 15 minutos para el guiado y 20 minutos para el inflado completo. Se ha basado en el concepto de celdas infladas de membrana asociadas a una tecnología de guiado que permita la apertura y cierre de la misma la cual se replegará desde la mitad en ambos sentidos en dirección norte-sur, deslizándose a través de unos rieles previstos bajo la parte longitudinal de la cubierta fija.
La cubierta retráctil con cojines neumáticos constituye sin duda uno de los elementos más singulares de la cubierta del estadio. Este aspecto innovador se ha reforzado con un diseño híbrido acero-composite de las propias cerchas de la cubierta. Estos materiales avanzados se emplean desde hace tiempo en la industria aeroespacial, industria naval o en la industria eólica y su uso en la construcción se encuentra en expansión.
Cada celosía de la cubierta retráctil se soporta sobre unos carros sobre raíles. Cuando la cubierta interior se repliega, cada carrito de las vigas se guía independiente por un mecanismo de cremallera y piñones. Una vez todas las celosías han alcanzado su posición final, las primeras vigas de la parte norte y sur se encuentran en el centro, por encima del terreno de juego. Cuando se ha estabilizado el sistema de vigas en su sitio el proceso de inflado de las celdas comenzará automáticamente.
El proceso de apertura ocurre en sentido inverso al proceso de cerrado. Primero las celdas de membrana serán desinfladas. Las celosías intermedias serán desbloqueadas y el sistema de estabilización horizontal será separado. Después las vigas serán guiadas hacia la posición plegada debajo de los voladizos de la cubierta principal.
OPERATIVA DE LA CUBIERTA
Para poder operar la cubierta retráctil lo primero a considerar son las condiciones medioambientales. En este sentido hay una serie de limitaciones a tener en cuenta y que pasan por el exceso de viento en altura, precipitaciones en forma de nieve o cuando la temperatura exceda de 40 grados o baje de 0. En esas condiciones la cubierta retráctil no se podrá abrir o cerrar, es decir, que si la cubierta se encuentra abierta y el viento es muy elevado, la temperatura elevada o hay previsión de nieve no se accionará su funcionamiento por seguridad. El control de todos esos parámetros se realizará desde una sala de control dispuesto para el accionado y supervisión de la cubierta retráctil, operada por expertos, y que bajo la total seguridad, supervisarán la impresionante cubierta retráctil. El imponente techo está repleto además de sensores climatológicos (4 sensores ópticos de lluvia, anemómetros, sensores de nieve, termómetros…).
Toda una joya tecnológica que alimenta el tantas veces repetido "miedo escénico" al Bernabéu.