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Апрель
2024

Martin Sellner, el ultra que quiere expulsar a los inmigrantes de Alemania y que Berlín no quiere ver ni en pintura

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Abc.es 
Martin Sellner puede volver a entrar en Alemania. Al menos por el momento. Las autoridades migratorias de Potsdam habían vetado en marzo al exlíder del «Movimiento Identitario» de Austria , alegando el peligro para el orden público que recoge el artículo 6 de la Ley de Libertad de Circulación. Pero Sellner recurrió y el veto ha sido suspendido hasta que los tribunales tomen una decisión definitiva. La prohibición de entrada fue una reacción mediática después de publicarse que en Potsdam, en una villa en Lehnitzsee, habían tenido lugar reuniones de diferentes grupos de extrema derecha en las que Sellner promovía la expulsión de los extranjeros de Alemania, entendidos estos en términos étnicos y sin considerar que tuviesen o no la nacionalidad alemana. Llama a su proyecto « remigración ». «Como es habitual en los procedimientos urgentes, para evitar un hecho consumado, el tribunal ha pedido que no se aplique la prohibición de entrada hasta que se haya decidido sobre solicitud urgente », ha explicado el tribunal. Lo cierto es que Sellner ha presumido de que, a modo de «prueba», había intentado entrar en Alemania por Passau y se le permitió pasar. Se jacta de entenderse muy bien con las fuerzas del orden, para las que, por cierto, es un viejo conocido. Llamó la atención de la policía cuando era adolescente y pegaba pegatinas con la esvástica en sinagogas de Viena, en 2006. En una entrevista concedida hace años a 'Zeit Campus' confesó que fue neonazi hasta 2011 y lo califica como un «pecado juvenil». Su socialización política estuvo significativamente influenciada por el negacionista del Holocausto Gottfried Küssel y más tarde por la asociación de estudiantes 'Wiener Burschenschaft Olympia'. Nacido en Viena en 1989, completó sus estudios de Filosofía, pero abandonó prematuramente los de Derecho para dedicarse de lleno al activismo, concentrado en un grupo objetivo muy joven al que accede gracias a su nueva retórica, desde la que señala «nuevos puntos relevantes»y critica el viejo neonazismo por «polvoriento». Desde 2012 ha promovido el Movimiento Identitario en Austria, basándose en la trayectoria del movimiento ecologista y vistiendo sus mensajes extremistas un toque moderno e incluso juvenil. Inspirado en el 'Bloc Identitaire' francés y en el movimiento neofascista italiano CasaPound se centra en el «espacio prepolítico», que a su juicio debe ser ocupado a través del activismo, publicaciones en redes sociales y manifestaciones en la calle, con el objetivo prioritario de hacer aceptable socialmente el extremismo de derecha y « desplazar los límites de lo que se puede decir en voz alta ». Le gustaría preservar la cultura o «raza» étnica o, a veces denominada también «europea», y defenderla de la influencia de otros grupos étnicos. Y ha confirmado a la revista 'Stern', que en la reunión de Potsdam propuso construir un «contrapúblico de extrema derecha con la ayuda de personas influyentes». Considera que, en primer lugar, se debe cambiar el «clima de opinión» para el «proyecto decenal» de la remigración. Noticia Relacionada estandar Si La Inteligencia alemana investiga a un grupo de 'influencers' islamistas que pretenden establecer un califato global Rosalía Sánchez La Oficina de Protección de la Constitución considera que el grupo Muslim Interaktiv es la tapadera de un partido prohibido desde 2003 Lo cierto es que, en pocos años, el Movimiento Identitario ha logrado ganarse a cientos de seguidores, en su mayoría jóvenes de habla alemana en Alemania, Austria y Suiza, gracias a su labor. Sellner es el modelo de la Nueva Derecha, que encarna un estilo de vida moderno pero con los «valores tradicionales». Combina el corte de pelo 'hipster' y la ropa de marca con, cuando la ocasión lo precisa, gafas de pretensión intelectual. Y ejerció de reportero improvisado durante la pandemia, acercándose a las manifestaciones contra las vacunas , para reportar después en las redes sociales y sustituir así a los medios de comunicación, a los que acusaba de trabajar para el sistema. Se ve a sí mismo como la resisencia al «Gran Reinicio» y su retórica antiextranjeros resumida en la teoría de que el barco está lleno se vio muy reforzada a partir de 2015, cuando la entrada masiva de refugiados en Alemania dio lugar a situaciones de caos y desorden que a fecha de hoy no han sido solucionadas al completo. Ese es su principal alimento político. En 2016, sus seguidores ocuparon la Puerta de Brandeburgo y desplegaron pancartas que decían «Remigración ahora» y «Europa fortaleza». En 2017, alquilaron un barco en el que pintaron «Defender Europa» y desde el que trataron de impedir que los refugiados llegaran a través del Mediterráneo, interfiriendo los barcos de las ONGs que rescataban a personas en peligro en el mar. De todo ello distribuyó después vídeos en Internet. Forma parte del grupo de expertos Instituto de Política Estatal, del editor Götz Kubitschek, que según las autoridades de Sajonia-Anhalt es «claramente de extrema derecha», y publica libros en su propia editorial, como 'El cambio de régimen desde la derecha. Un bosquejo estratégico'. Su gran potencial está, sin embargo, en su capacidad para tender puentes entre la juventud desmoralizada a la que se dirige, las estructuras de la extrema derecha en Centroeuropa y el capital de intereses espurios y dispuesto a financiar cualquier movimiento desestabilizador.