Mathieu Van der Poel, el devorador de récords
En la previa de la París-Roubaix Mathieu Van der Poel se mostró crítico con la nueva chicane que diseñó la organización justo antes de entrar al bosque de Arenberg. Y fue precisamente en este tramo adoquinado en el que el corredor neerlandés lanzó el primero de sus ataques antes de que a 60 kilómetros de meta diera la estocada final previa a marcarse una auténtica contrarreloj individual de 60.000 metros hasta llegar al Velódromo André-Pétrieux.