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Апрель
2024

La palabra del Señor toma Madrid a ritmo de 'pop'

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Abc.es 
La tarde iba trayendo el plomizo del Sáhara, también silente. El cielo bajo, y, sin embargo, ninguna gota. En las cuestiones de la fe, el Cielo suele respetar. Bajas presiones ni una gota para ver, que el cristiano, más se divierte en la pausa de las borrascas. Alguna bandera vaticana en el metro, y la historia iba siendo «pasárselo bien». En esto no hay divergencias. Manuel, paseante, decía lacónico «eso de los jóvenes» es «la palabra del Señor». Mercedes le daba un 'patadín' por si hubiera lugar a la blasfemia. La Cibeles iba manteniendo su sitio, y sólo por llevar la credencial de prensa de otros eventos, la gente preguntaba por accesos. Iba preguntando dónde y por qué. Y ese cuestionamiento la organización lo resolvía rápido. Tarde de cielos bajos en Madrid, nubes de polvo. Antonio y Juan, «jubilados, menos mal», iban por el Cuartel General del Ejército preguntando por el concierto. Madrid ha ido llevando a su modo la calina para presentar al pueblo una Resurrección tardía. En sábado. Noticia Relacionada estandar No El entorno de Cibeles cierra al tráfico por la fiesta de la Resurrección Jesús Nieto Jurado El concierto, entre las 16.30 y 23.30 horas, congregará a más de 50.000 asistentes Se han visto banderas vaticanas saliendo de los bolsos, porque el 'dramatis personae' iba siendo de órdago en los papeles: Modestia Aparte, Hakuna, Marilia, de aquel fenómeno que fue Ella baila sola. O HTB Worship entre otros. En las previas, la organización organizaba (sic), con simpatía y buenas maneras, que ya se sabe el tráfico madrileño cómo es. Metiendo a los chicos de la prensa a la vera de La Cibeles; y en eso, Ismael, preguntaba por dónde con acento murciano. Se le fue indicando y rostro de desconocimiento. La Cibeles, a su oficio. Ir regando ese remanso que era la diosa cereal. La que aguarda el tesoro patrio. Un taxista, entretanto, preguntaba por la Copa del Rey. Desafinado y con el 'gargajillo' en la garganta, fue desviado por un municipal que se le cuadró. No ha sido el asunto como las celebraciones del Madrid y del Atleti. Bien sabe el cristiano que la paciencia es virtud de fe. Y aún así, andaban desde la organización repartiendo chalecos, tratando de organizar el tráfago madrileño. Merche, «vallecana y del Atleti» y «fan» de la Virgen María. «Llevamos aquí dos horas y ahora vamos a rezar el Rosario». Ella es de «Jesús el Pobre y de la Virgen del Carmen de Vallecas». Queda «mucho por evangelizar, que la muerte no es el final». Eso decía Merche, pasaban niños corriendo entre la Cibeles y el escenario delante. Jesús Romero y María Rodríguez, de Venezuela, «todavía no sé de qué se trata». Y se trataba de eso, de la Fiesta de la Resurrección. A las 17.36, el Pulpo iba pidiendo «aplausos». El que «pone las calles a España» bajo el argumento, aplaudido, de «que los cristianos tenemos derecho a divertirnos». El Pulpo pidió saludar a la Cibeles. Un «que sí, que sí no te quiero sin complejos». Y en esto que salía el público aplaudiendo, mientras que el Pulpo solicitaba que se le escuchara en Barcelona. A cambio, iba amenazando con «poner a Álex Ubago». El Pulpo ha ido pidiendo aplausos para la gente «que no es de la Comunidad de Madrid». El Pulpo ha ido contando los 'retuits' e iban alcanzando los 6.000 en un minuto. La Cibeles, entretanto, andaba seca por no dar un calambrazo. Porque se ha estado llenando a tenazón, a última hora. Y se ha llenado. Cibeles al ritmo de un 'mensajero' de Dios. Mangas cortas. El Pulpo sacaba un apotegma necesario: «Que nadie piense que por ser católicos somos aburridos». TVE enfocaba y el Pulpo pedía más manos arriba. Sonaba reguetón, Jaime Vives iba con su barba nazarena abrazando a los suyos y al extraño. Un globo y una bandera de España han ido despertando los aplausos. El Pulpo desgranaba los agradecimientos al respetable, un 'urbi et orbi' desde Cibeles. Básicamente el cristianismo sin complejos. Y en el reiterativo de El Pulpo un mensaje: «Gracias por venir a celebrar la resurrección». Estaba pidiendo una conga que se ha seguido. A los cuatro puntos cardinales de Madrid donde todos se han subido «a caballito» a órdenes del comunicador. Quien iba felicitando a los «jubilados» porque ellos «han hecho España».