José Luis Martínez-Almeida y Teresa Urquijo: políticos y aristócratas se dan cita en la boda del año
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Hace diez meses, la Plaza de Toros de las Ventas era el escenario en el que José Luis Martínez-Almeida presentaba en sociedad a Teresa Urquijo , la analista inmobiliaria con la que había empezado una incipiente historia de amor que culminó este sábado entre vítores y aplausos. La iglesia de San Francisco de Borja , ubicada en el céntrico barrio de Salamanca, se convirtió en el templo que los unió en matrimonio pasadas las doce del mediodía. Hasta allí se desplazaron cientos de invitados . Pero también multitud de madrileños que no quisieron perderse este histórico día en la vida del alcalde de su ciudad. «Fui a Génova cuando ganó las elecciones municipales y lo hago hoy para darle mi apoyo. Se lo merece», nos contó María Jesús , una veterinaria de 56 años que llevaba merodeando la zona desde las nueve de la mañana. Un sentir general en gran parte de los madrileños, que están orgullosos del papel que emplea el político en el consistorio. Prueba de ello es que los laterales de la parroquia estaban abarrotados por personas que querían presenciar, de algún modo, el 'sí, quiero'. Noticias Relacionadas El banquete Cátering de Lhardy y productos de Pescaderías Coruñesas Adrián Delgado El cariñoso detalle de Almeida con Don Juan Carlos Óscar Rus El primer momento memorable llegó diez minutos antes de las once de la mañana, cuando muy sonriente y cómplice con los asistentes, apareció Esperanza Aguirre junto a su marido Fernando Ramírez de Haro y Valdés . «Les deseo mucha felicidad. El alcalde no necesita consejo, lo hace todo muy bien», deslizó. Comenzó así un desfile de aristócratas, políticos y miembros de la realeza que no cesó hasta pocos minutos antes de comenzar la ceremonia religiosa que convirtió a Almeida y Urquijo en marido y mujer. José María Aznar y su esposa, Ana Botella , Alberto Núñez Feijoó -que llegó mientras jaleaban su nombre acompañado de un «presidente, presidente»-, Isabel Díaz Ayuso , que acudió sin su pareja Alberto González Amador, Alberto Ruiz-Gallardón y Fernando López Miras fueron algunos de los políticos del Partido Popular que presenciaron, bajo la cúpula de los Jesuitas, los votos matrimoniales. Por su parte, la princesa Ana de Francia, los duques de Huéscar, los duques de Calabria y los príncipes de Panagyurishte representaron a parte de la nobleza. Tampoco faltaron Don Juan Carlos, las Infantas Doña Elena y Doña Cristina, Victoria Federica de Marichalar y Borbón, Felipe Juan Froilán de Marichalar y Borbón y Juan Valentín Urdangarin y Borbón . Ni Teresa de Borbón-Dos Sicilias , abuela de la novia, que acudió acompañada de su marido Íñigo Moreno de Arteaga . Doña Sofía fue directamente a la finca 'El Canto de la Cruz' , donde tuvo lugar el posterior convite. Sonriente y agradecido El alcalde de Madrid llegó puntual, a las once y media de la mañana. Lo hizo con una amplia sonrisa, y entre aplausos, que evidenciaba la felicidad que sentía de sellar su amor con Teresa Urquijo después un año de noviazgo. Almeida acudió en un Volvo familiar y, tras bajar por su propio pie, se dirigió a los allí presentes dedicándoles unas palabras de afecto. Así, lució un traje de la madrileña sastrería Fernández Prats . Además, la unión que tiene con sus hermanos se tradujo en un emotivo posado frente a la prensa. Señalar que su hermana Casilda Martínez-Almeida ejerció de madrina. Pocos minutos después de las doce del mediodía, cuando estaba previsto que comenzase la ceremonia religiosa, llegó la novia. La joven salió del vehículo, ayudada por su padre y padrino de la boda, Lucas Urquijo Fernández de Araoz . Su hermano Juan Urquijo y su madre Beatriz Moreno y de Borbón derrocharon felicidad. Y en ese momento se desveló el secreto mejor guardado, su vestido . La analista inmobiliaria brilló con un diseño de la firma Navascués que se realizó con la tela del vestido original que en su día lució su abuela Teresa de Borbón-Dos Sicilias en 1961. Llamó la atención la larga cola que del mismo. A su llegada, se mostró sonriente y visiblemente nerviosa.