Miguel Ángel Nadal: «El Mallorca asume el papel de víctima de manera brillante»

El Real Mallorca solo ha ganado dos títulos en sus 108 años de historia: la Supercopa de España de 1998 y la Copa del Rey de 2003, la mayor gesta de su centenaria vida. Allí estaba Miguel Ángel Nadal (28 de julio de 1966, Manacor), como capitán y encargado de levantar al cielo del Martínez Valero de Elche un trofeo que es la joya de la corona del club bermellón. El líder de una brillante generación en la que aparte del defensa internacional, también estaban Eto'o, Pandiani, Ibagaza, Leo Franco o Albert Riera. Un equipazo que este sábado puede entregar el testigo al Mallorca de Javier Aguirre y compañía. -¿Qué es de su vida, Miguel Ángel? -Pues gestionando cuatro negocios que tengo y centrado en mi familia. Esa es mi vida. -¿No le pica el gusanillo de estar en el mundo del fútbol? -No, no. Una vez retirado, iniciamos una etapa en el sitio correcto, pero no con las personas apropiadas. Aquella época en el banquillo como ayudante de Laudrup, y luego durante un partido como primer entrenador, fue interesante. Llegó Caparrós y pasamos a la dirección deportiva, pero el club estaba en una situación complicada tras pasar un concurso de acreedores y no había sintonía con los dueños. Así era difícil. Y a partir de ahí abandoné el barco y me centré en otras cosas. -Es el segundo jugador con más partidos en la historia del Mallorca. 259 repartidos en dos etapas. La primera de 1986 a 1991 y la segunda de 1999 a 2005. ¿Cómo las recuerda? -La primera fue la etapa de mi inicio profesional, una fase de crecimiento en la que jugamos nuestra primera final de Copa, ante el Atlético en 1991, y que acabó con mi traspaso al Barcelona. Ocho años después, a mi vuelta, ya era la etapa de la madurez. Vamos, que ya sabía de qué iba el oficio. Y volvimos a jugar una final de Copa, que ya era la tercera del club tras la de 1998 que, precisamente, yo gané con el Barça ante el Mallorca. Esa Copa que ganamos en 2003 también vino acompañada de buenas posiciones en la Liga y de participación en competiciones europeas. Le recuerdo que en la temporada 2000-2001 acabamos terceros. Esa segunda etapa fue emocionante. -¿Cómo recuerda la final de Copa de 2003? -Pues eliminamos al Real Madrid y al Deportivo, dos de los equipos más fuertes, en cuartos y en semifinales. La final fue una sorpresa, tanto para el Recreativo como para nosotros. Lo que sí es cierto es que nosotros éramos los favoritos y Eto'o estuvo brillante con dos goles. El otro lo hizo Pandiani, de penalti. Lo recuerdo con mucha felicidad porque conseguir un título para el club de tu ciudad es muy bonito. Me acuerdo de lo feliz que iba la gente a Elche a animarnos. Era un desplazamiento atractivo y cercano, y la afición lo vivió como una fiesta. -Ganar aquella Copa estará por encima del resto de victorias, pero tampoco se le gana todos los días al Real Madrid 4-0. Y ustedes lo hicieron en el partido de vuelta de cuartos. -En el Bernabéu fue 1-1 (precisamente marcó Nadal el gol del Mallorca) y, evidentemente, a pesar de ese resultado ellos seguían siendo los favoritos, pero los eliminamos justamente. En Palma nos salió un partidazo, con Eto'o otra vez sublime. Es verdad que muy pocas veces se le gana al Madrid 4-0, pero por encima de esa victoria está la final y el título de Copa. Es la consecución de mucho trabajo y esfuerzo, y un sueño para cualquiera que haya vestido la camiseta de un club modesto. -Esta final es distinta a la de 2003. El favorito ahora no es el Mallorca. -El hecho de que el Athletic sea el favorito es normal y el Mallorca asume este rol con total normalidad. Ya le pasó en las eliminatorias de cuartos y semifinales ante el Girona y la Real Sociedad. Le diría que el Mallorca asume el papel de víctima de manera brillante y que sea así en la final le quita un peso de encima. Dicho esto, estoy convencido que el Athletic es consciente que el Mallorca no será un rival sencillo y que no va a cometer el error de confiarse. Es más, pensará que es un equipo muy peligroso, con puntos fuertes que le pueden hacer daño en ataque, con una buena defensa y el arma del juego aéreo. En mi opinión, si el Mallorca sabe leer el partido y encaja en él, se puede llevar la Copa.