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Апрель
2024

Y Rubiales salió en silencio: cuatro horas de espera por el hombre más esperado

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Abc.es 
Se esperaba a Luis Rubiales el día 6 de abril en España, pero adelanta los planes y se revoluciona el personal informativo, cada vez más numeroso congregándose en el hall 1 de la Terminal 1 del aeropuerto de Madrid. Hay dudas sobre si legará desde Punta Cana, con retraso según indica la pantalla, o desde Santo Domingo, que aterriza a las once. Las informaciones se cruzan, pero no los periodistas, que toman sitio en las puertas de llegada aunque, en un acuerdo tácito, con varios metros de distancia sobre las vallas. También el personal de seguridad parece tener una mañana ajetreada, con varios miembros de la Policía Nacional observando las pantallas y señalando al vuelo más famoso del día. «Va a tocar esperar un buen rato», se decían. Sobre las diez y media, el hall no tiene casi espacio para los viajeros que, sorprendidos, se encuentran con más de un centenar de periodistas, cámaras en ristre, enfocándolos en cuanto se abren las puertas. Hay murmullos cada vez que sale alguien que remotamente se parece a Rubiales. Hay cada vez más presencia policial. Hay cada vez más revuelo porque se empiezan a disparar los rumores: ha aterrizado ya, todavía no, lo han llevado esposado, va a salir por aquí él solo... Cada vez hay más presencia policial, entre los que están dentro, en la zona de pasajeros, como los que aparecen desde los dos lados de la terminal para controlar lo que pueda ocurrir. Es un grupo de cinco primero, después son otros cuatro, y otros tantos sin uniforme, pero preparados igual para cualquier eventualidad. Por lo pronto, acordonan una de las salidas de pasajeros y hacen pasillo humano en el otro lado, pidiendo por favor a los periodistas que se echen para atrás un metro para dejar pasar a la gente. Noticias Relacionadas estandar No La UCO dice que Rubiales asignó obras de la RFEF a cambio de pagos a una sociedad propiedad de su amigo personal Nene E. P. opinion Si Juego de despachos Vacío de poder en Las Rozas PEDRO CIFUENTES Alrededor de las once, La Sexta publica unas imágenes del expresidente de la RFEF en el avión. Un pasajero confirma a los medios allí apostados que viajaba con él. «Estaba tranquilo, normal. Luego han subido dos policías de paisano y se han quedado a hablar con él», relata el hombre mientras sus familiares lo graban desde atrás, para inmortalizar que ha hablado para una veintena de cámaras y otros tantos micrófonos. No solo viaja Rubiales hoy, claro, y muchos han venido a recibir a sus familiares aunque apenas tienen sitio para abrazar a los suyos. «Y aparte de Rubiales, ¿qué famoso viene?», pregunta algún interesado. La tensión va creciendo mientras se apuesta si al final saldrá por la puerta principal o lo llevarán a algún otro sitio. Hay momentos para relajar la expectación, con ese trabajador del aeropuerto que, con cierto parecido a Rubiales y teléfono en mano, niega tajantemente con el dedo para disipar cualquier duda. «¡Uy!», bromea el personal. Pero el expresidente sigue sin aparecer. Medios de comunicación a la espera de Rubiales en Barajas De Sanbernardo A las doce, la paciencia comienza a agotarse y salen imágenes de un furgón en el que parece entrar alguien parecido a Rubiales. Circulan informaciones contradictorias de si se lo han llevado detenido hacia Majadahonda, donde la jueza que instruye su caso, o a Tres Cantos. Algunos periodistas empiezan a recoger sus enseres. Otros siguen de guardia. Nadie quiere perderse la instantánea del día. Visto que todos los pasajeros que iban en el avión de Rubiales han salido ya, incluida Ana Pastor, quien viene con su equipo tras grabar la entrevista con el exdirigente en su casa de República Dominicana, empiezan las carreras por el aeropuerto. Hay quien decide marcharse ya, hay a quien se le ocurre que quizá lo hayan llevado a la comandancia que la Guardia Civil tiene en la T3. Allí, aparcada una furgoneta parecida a la que supuestamente ha entrado Rubiales tras bajar del avión, el guardia de la garita de seguridad nos indica que, en lo que lleva de mañana, no ha visto ahí al señor Rubiales y no tiene constancia de que lo trasladen a ese edificio. Así que empiezan otra vez las carreras, en la otra dirección. Que en la T4, ¿seguro? Bueno. Probamos. Taxi desde la T3 a la T4, 20 euros a toda velocidad para llegar... tarde. Era allí, en la sala 10 de la T4, pero Luis Rubiales ya se ha marchado, hará una media hora. Un testigo lo relata: «No había nadie. En el hall habría unas seis personas. Él llevaba una sudadera gris, iba con su abogada, creo, y con otra persona que parecía ser su chófer. Ha salido de esa salita (un cuartito con el símbolo de la Guardia Civil) y se ha marchado 'a paso de vencedores'». Rubiales.