Condenado a 38 años de cárcel por apuñalar a su exsuegra y matar a su hermano para robarles
ALMERÍA, 2 (EUROPA PRESS)
La Audiencia Provincial de Almería ha condenado a 38 años de prisión a J.A.J.P., el hombre al que un tribunal de jurado declaró culpable de haber intentado acabar con la vida de su exsuegra y haber matado al hermano de esta en la vivienda de ambos en Roquetas de Mar (Almería). El hombre acudió al citado domicilio armado con un cuchillo de cocina oculto entre sus ropajes con el objetivo de robarles una caja de caudales en la que guardaban joyas y el dinero que ahorraban de su pensión, que fue recuperado casi por completo.
En su sentencia, consultada por Europa Press, la magistrada-presidenta Soledad Jiménez de Cisneros Cid concreta para el acusado 23 años de cárcel por un delito de asesinato consumado en concurso con robo con violencia en casa habitada y uso de armas así como otros 15 años de cárcel por un delito de asesinato en tentativa con la agravante de parentesco.
En este sentido, la magistrada tiene en cuenta la alevosía empleada en los ataques del acusado debido al modo "súbito" e "inopinado" con el que se realizaron y que impidieron a las víctimas poder defenderse de algún modo, lo que atestigua no solo la declaración que prestó la exsuegra del acusado sino también el informe de los forenses, del que se desprende que el fallecido apenas pudo siquiera levantarse del sillón en el que fue apuñalado.
Del mismo modo, señala que dichos ataques se produjeron como medio para poder llevar a cabo el delito de robo y garantizar tanto su huida de la casa como la sustracción de la caja de caudales con la que fue posteriormente encontrado en el club de alterne en el que se refugió y en el que fue localizado gracias a una pulsera GPS que portaba ante la orden de alejamiento que tenía de su expareja.
La juez aplica además la agravante de parentesco a la hora de fijar la pena ya que el acusado se aprovechó de la buena relación que tenía con su exsuegra, representada por la letrada Ángeles Ruiz Olmo durante el juicio, para acceder a su domicilio. De ahí que la mujer le permitiera la entrada en su casa "con esa confianza de un pariente, sin sospecha que pudiera ponerle alerta".
El jurado consideró probado por unanimidad que el hombre acudió a la vivienda de su exsuegra, quien residía junto a su hermano y una hija con discapacidad en el mismo edificio que el acusado, durante la tarde del 3 de enero de 2021 armado con un cuchillo con el propósito de obtener dinero y joyas bajo la excusa de coger unas zapatillas.
Así, una vez que accedió al interior del piso tras llamar al timbre, el condenado se desplazó en un momento dado hasta el dormitorio de su exsuegra con la intención de apoderarse de una caja de caudales guardada en el armario con unos mil euros en efectivo y joyas valoradas en 3.945,26 euros, si bien fue sorprendido por la mujer.
Al recriminarle tal acción y oponerse al apoderamiento, el acusado sacó el cuchillo que llevaba oculto entre las ropas y se lo clavó a su exsuegra en el costado derecho "con ánimo de causarle la muerte", de modo que la mujer quedó herida en el suelo a causa de un acuchillamiento que se produjo "de manera sorpresiva" sin que la víctima tuviera tiempo de reaccionar o defenderse.
Tras acuchillar a la mujer, el acusado se dirigió al salón donde estaba sentado en un sillón el hermano de esta, al cual clavó el cuchillo hasta en seis ocasiones "de manera inesperada" y "súbita" a fin de asegurarse su huida con las joyas y el dinero, provocándole heridas en el corazón que le causaron la muerte.
Parte de la escena quedó registrada a nivel sonoro, ya que la mujer pudo pulsar su botón de teleasistencia, lo que motivó la llamada de una operadora, que quedó grabada, ante la que el acusado se llegó a identificar antes de colgar para asegurar que no pasaba nada en la vivienda.
El hombre abandonó el domicilio con el botín y dejando a la mujer malherida en el suelo de la casa, con lesiones de riesgo vital en el tórax y el abdomen, por las que requirió intervención quirúrgica y un periodo de recuperación de 234 días, quedándole secuelas a causa del ataque.
No obstante, su marcha quedó registrada por varias cámaras de seguridad, en las cocheras del edificio y en el acceso al club de alterne, con imágenes en las que se le veía en posesión de la caja de caudales y de una riñonera con dinero.
Asimismo, en el momento de su arresto, las zapatillas y el pantalón del acusado mostraban restos de sangre, cuyo análisis de ADN mostró compatibilidad con el de la víctima mortal. A su vez, el arma homicida, localizada unos diez días después de los hechos por la hija de la víctima en el fregadero de la vivienda, también reveló restos de ADN del acusado y el fallecido.
Además de las penas privativas de libertad, la sentencia también condena al acusado a 43 años de incomunicación y un kilómetro de alejamiento de su exsuegra, su exmujer y su excuñada, así como al pago de 210.200 euros en indemnizaciones. Contra la sentencia cabe recurso de apelación.