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Март
2024

Los albañiles que acabaron como esclavos cultivando marihuana

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Abc.es 
Todo comenzó con la investigación de un caso de prostitución. El Grupo VII de la Brigada de Extranjería y Fronteras de Madrid, especializado en trata de mujeres con fines sexuales, descubrió en mayo del año pasado a raíz de ese asunto que tenían entre manos una modalidad de tráfico de personas, pero vinculado a otros fines delictivos. Se trata de una mafia que ha sido desarticulada y se dedicaba a esclavizar a personas extranjeras en dos plantaciones de marihuana. Han sido liberadas tres víctimas y otros tres encartados han resultado arrestados. Los cabecillas de esta organización criminal eran un matrimonio conformado por un colombiano de 47 años y una paraguaya de 42, ambos con antecedentes por delitos contra la salud pública. Residían en una vivienda de lujo unifamiliar de Chiloeches. Pero allí, en la finca, escondían una instalación para cultivar marihuana. Tenían, en Colmenar de Oreja, otro espacio similar, y era en ambos donde tenían mano de obra regalada. El tercer sospechoso es otro colombiano, este de 48 años y sin antecedentes, que fue arrestado a primeros de este mes en la Costa del Sol, lo que puso el colofón a esta fase de la investigación. Fuentes del caso explican a ABC que las tres personas liberadas son también dos colombianos y una mujer de Paraguay. En los casos de ellos, los captaron en su país de origen con el falso ofrecimiento de una vida mejor en España trabajando como obreros de la construcción. Noticia Relacionada estandar No Destapan una cocina ilegal con sin papeles explotados y una red de 'bares virtuales' Carlos Hidalgo Los dos detenidos, en Vallecas, sometían a compatriotas 13 horas al día, sin libranzas, friendo y como 'riders' Pero todo era un espejismo. Donde acabaron fue en las dos plantaciones, entre las que los iban moviendo, trabajando a destaco en el cultivo de marihuana. Los explotadores se aprovechaban de la vulnerabilidad de estas personas, a las que habían arrebatado sus pasaportes y toda documentación que portaran. Antes, los delincuentes les habían pagado los vuelos a Madrid e incluso la cantidad del viático para justificar su estancia inicial aquí, de unos 1.000 euros. Llegaban como lo hacen tantos suramericanos, con la excusa de unas vacaciones en España pero que aprovechaban para extenderse y quedarse más allá de los 90 días legales. Después del aeropuerto de Barajas, su destino eran las fincas de Chiloeches y Colmenar de Oreja. Desde ese momento, adquirieron una deuda, que en caso más grave alcanzó los 15.000 euros. Estos 'pufos', que incluían el precio del vuelo y del adelanto antes mencionado, subían en función de la productividad en las instalaciones 'indoor'. La droga que se iba generando acababa en territorio español, según los datos que han sido conocidos en las pesquisas. Estos cultivadores vivían esclavizados, sin salir de esos dos lugares y vigilados las 24 horas del día con cámaras que sus cancerberos controlaban desde el teléfono móvil. Si se resistían lo más mínimo, los amenazaban con hacer daño a sus familiares en sus países de origen; pero también eran coaccionados de la siguiente manera: «Os vamos a denunciar a la Policía, haremos que os deporten». Los agentes consiguieron la identificación y declaración de una de las víctimas, y luego lograron la liberación de las otras dos. En el operativo han colaborado también el grupo de Policía Judicial de la comisaría de Aranjuez y el de Extranjería de la de Guadalajara. Fuentes del caso destacan que este modus operandi «es muy novedoso, porque normalmente se encuentra en las tramas de explotación sexual, y no en el tráfico y cultivo de este tipo de drogas». Las condiciones económicas eran también lamentables. De hecho, los ahora liberados no veían un euro hasta que no acababan la producción, lo que suele tardar unos tres meses. En este año de investigación han podido ser cuatro las cosechas conseguidas. Quizá uno de los aspectos más ominosos sea que, vivir y trabajar en esos mismos lugares, las víctimas estaban expuestas a todas horas a los efectos tóxicos que emanaban de los productos utilizados para estas plantaciones. Las dos primeras detenciones se practicaron a finales de 2023, correspondientes a la pareja sentimental. El tercer sujeto cayó el 5 de marzo en Torremolinos, después de varios meses de trabajos para localizarlo. Se les considera presuntos autores de los delitos de trata de seres humanos, pertenencia a organización criminal, contra la salud pública, defraudación de fluido eléctrico y contra los derechos de los ciudadanos extranjeros. Los funcionarios han intervenido 2.500 plantas y más de 4.200 cogollos de esta sustancia estupefaciente, que podrían traducirse en más de 270.000 euros en el mercado ilícito. Teléfono contra la trata: 900105090.