Un tirano en modo Esprint
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Si no contrae una pulmonía por la ventisca de su propio despotismo, Vladimir Putin gobernará Rusia durante más tiempo que Stalin. Se convertirá en el carnicero más longevo en el ejercicio continuo del poder. Si antaño se tomaba la molestia de una coreografía democrática con títere interpuesto, ahora Putin manda con las herramientas más eficaces. La justificación de una amenaza externa con el atentado de la sala de conciertos, en Moscú, es la muestra. Le permitirá sacar el puño de plomo, otra vez. Si en octubre de 2002 los separatistas chechenos hicieron rehenes a 850 personas en el Teatro Dubrovka exigiendo la retirada de las tropas de Chechenia –entonces murieron asfixiadas más de un centenar de personas–, este nuevo atentado... Ver Más