Rosa María Payá, disidente cubana: «Para salir de la crisis hay que salir de la dictadura»
Decenas de personas salieron a las calles de Santiago de Cuba en la tarde del domingo 17 de marzo para protestar por la severa escasez de alimentos y los insistentes cortes de electricidad que sufre esta provincia del extremo oriental de la isla. «¡Corriente y comida!», gritaban. Son dos de los problemas estructurales del castrismo que han arreciado desde principios de año. Las muestras públicas de hartazgo fueron replicadas en otros puntos del país ante el nerviosismo de un régimen que optó por cortar el servicio de Internet para evitar verse envuelto de nuevo en un estallido social de similares características a los vividos los días 11 y 12 de julio de 2021. La activista Rosa María Payá (La Habana, 1989), fundadora de la plataforma disidente Cuba Decide e hija del difunto líder opositor [[LINK:TAG|||tag|||633617a0ecd56e3616932315|||Oswaldo Payá]], traslada su postura en conversación con LA RAZÓN.
Cuba vivió el domingo las protestas más significativas desde el estallido social de 11 de julio de 2021. ¿Qué ha sucedido en estos últimos tres años para que no se hayan vuelto a replicar protestas a esa escala?
El pueblo cubano lleva tres años saliendo a las calles. En 2022, se registraron 3.923 protestas; y en 2023, 5.749. Y esas son solo las que se han podido documentar. A pesar del hambre y la represión impuestas, cientos de miles de cubanos salen pacíficamente exigiendo el cambio de sistema a la democracia. Por supuesto, la violencia del régimen, los cortes de Internet y la militarización de las ciudades y pueblos hace casi imposible que se repliquen al mismo tiempo en todo el país, pero el pueblo tiene muy claro que para salir de la crisis hay que salir de la dictadura.
¿Se ha acentuado la represión por parte del régimen en los últimos meses?
La represión continúa. El régimen mantiene a los lideres cívicos y opositores en prisión política. Hay más de 1000 prisioneros políticos en este momento en Cuba, muchos de ellos en condiciones de tortura. Algunos de ellos en riesgo de muerte, como José Daniel Ferrer y Javier Delgado, ambos promotores de Cuba Decide. Otros manifestantes pacíficos han sido llevados a la muerte en prisión, como el Joven Luis Barrios, asesinado por falta de atención medica el año pasado.
¿Por qué motivos han salido de nuevo a las calles los cubanos en varios puntos del país? ¿Cuál ha sido el detonante?
La gente tiene hambre. El régimen ha sumido al pueblo cubano en una profunda crisis humanitaria, y es incapaz de garantizar servicios básicos como la salud o el suministro de agua. La ineptitud y negligencia del Estado, la represión política y la violencia es absoluta. El pueblo sabe que urge el cambio democrático.
¿Las medidas tímidamente aperturistas tras el estallido social de julio de 2021, como la aprobación de leyes que permiten crear pequeñas empresas de hasta 100 empleados, han tenido alguna repercusión?
Cada medida que implementan se convierte en un mecanismo de control ciudadano donde el régimen entrega permisos a cambio de sumisión. O directamente en un mecanismo de corrupción más, donde solo se enriquecen los testaferros del régimen.
Parece haber tensiones en el Gobierno tras la reciente destitución del ministro de Economía, Alejandro Gil Fernández, por cometer «graves errores». ¿Ven ustedes grietas en el régimen?
Por supuesto que hay fricciones en la cúpula, pero no son las que nos están mostrando. Lo que el régimen publica es la imagen que quieren dar; la realidad es que los generales en el poder no tienen solución no tienen nada que ofrecer al pueblo y se resisten a someterse a la voluntad de la ciudadanía.
¿En qué estado se encuentra la oposición?
La oposición y las organizaciones cívicas cubanas estamos listas para llevar a cabo la transición con la participación de la ciudadanía y el apoyo necesario de la comunidad internacional, es la comunidad internacional quien no está respondiendo. Es hora de que presionen a la dictadura en la misma dirección que hacemos los cubanos, la de la transición democrática. A pesar de que tenemos varios líderes opositores en prisión, nuestras organizaciones se han unido para trabajar coordinados y continuar avanzando un proyecto de transición acorde a los principios unos principios comunes recogidos en el Acuerdo por la Democracia para el progreso de nuestra nación.