Alcaraz, ahora a cuidar la mente
La temporada para Alcaraz por ahora no está siendo sencilla. Ha jugado once partidos y el balance es de 8 victorias y tres derrotas: cuartos de final en el Open de Australia, semifinal en Buenos Aires, una lesión en primera ronda de Río de Janeiro y ya está en los octavos de Indian Wells. Ante Auger-Aliassime en tercera ronda volvió a verse al Carlitos arrebatador del primer tramo de 2023. «He jugado a un nivel altísimo», afirmó tras liquidar al canadiense en 77 minutos y cediendo sólo cinco juegos (6-2 y 6-3).
Las charlas diarias con Juan Carlos Ferrero, con el resto del equipo equipo y con su psicóloga, Isabel Balaguer, han sido tan o más importantes que el tratamiento en su tobillo derecho después del susto que sufrió en el segundo capítulo de la gira suramericana por arcilla roja. «Ha sido un poco difícil ser yo mismo en los últimos meses o en los últimos torneos. En la gira suramericana mi confianza bajo un poco. He sufrido en los entrenamientos casi cada día tratando de mantener la confianza lo más alto posible. Han sido meses complicados para mí. Después de Buenos Aires no he jugado bien al tenis», confesó tras colarse en octavos en el desierto californiano.
No se trataban de problemas físicos, se trataba de sensaciones. Y si hay alguien en el circuito que se mueve según ese factor es Alcaraz. Se despidió del Open de Australia en cuartos cuando antes de toparse con Zverev había ofrecido un nivel sobresaliente. Se desconectó ante el alemán y en la gira sobre tierra –Buenos Aires y Río– siguió la dispersión. «Soy un chico que a veces miro demasiado el móvil y me afectan mucho las cosas de fuera», confiesa. Ese episodio parece superado por ahora. «Se trata de ver cómo me siento en cada partido, de cómo siento la bola, de cómo me muevo y me he encontrado muy bien», aseguró.
Auger-Aliassime atraviesa desde hace tiempo un bache bastante más prolongado que el de Alcaraz. Tiene 23 años y les dudas que le asaltan pueden ser intrascendentes ante otros jugadores, pero ante Alcaraz es imposible sobrevivir. Carlitos ganó y lo hizo gustándose. Es la mejor señal de su recuperación. Carlos sacó bien, restó de maravilla y convirtió el partido en una tortura para Aliassime.
Avanza Alcaraz en el primer Masters 1.000 del año, donde defiende título y donde ahora se encontrará con un oponente que ya le ha sorprendido en una ocasión: el húngaro Marozsan. En Roma 2023, el magiar venció al español por 6-3 y 7-6 (7/4) cuando era el 135 del mundo y un semidesconocido en el circuito. Es verdad que Carlos llegaba cansado después de los títulos en Barcelona y Madrid y a la capital italiana fue «sólo» con la intención de asegurar el número uno del mundo, para lo que necesitaba un triunfo que consiguió ante Albert Ramos. Eso pudo relajarle, pero contra Marozsan hubo un momento en el que quiso meterse en el partido, fue con todo y no lo consiguió, porque su rival, con mucho riesgo, jugó de forma fantástica y le salían los ganadores por todos lados. Es un aviso para lo que puede encontrarse en esta pista de Indian Wells que aunque es dura, es de las más lentas. Ahora, Marozsan es el 58 del ranking.
Lo importante para Alcaraz es que se adentra en la segunda semana del torneo con buenas sensaciones. Llegaba a California con dudas a nivel mental y físico. Lo del tobillo está olvidado, aunque siguen los cuidados, y de cabeza se trata de que no sufra un bajón como le sucedió en Melbourne.