La Escuela de Verano de Denaes que 'nunca existió' o cómo la prehistoria de Vox se cocinó en Santander a la sombra de las instituciones
A diferencia de las meigas, que haberlas, haylas aunque no se dejen ver, la Escuela de Verano de la Fundación Denaes (Defensa de la Nación Española) fue vista de continuo entre 2007 y 2016 en Santander, aunque ninguna de las instituciones que hizo posible su presencia anual en los salones del Palacio de La Magdalena, coincidiendo con los cursos de la UIMP, haya confirmado su apoyo ni tenga registrado su paso por las aulas.
La protohistoria de Vox, la formación de extrema derecha que Santiago Abascal creó en 2013, hay que buscarla en dos localidades de Cantabria: Los Corrales de Buelna, en donde estaba domiciliada la Fundación Denaes, de la mano de un empresario del lugar, Ricardo Garrudo; y en Santander, en donde esta impartió doctrina y se rodeó del think tank ultra del momento con pretensiones futuras de disponer de su propio lugar bajo el sol de la política.
Por los pasillos del Palacio de La Magdalena deambulaban los entonces desconocidos Santiago Abascal, presidente de Denaes en sus inicios; Iván Espinosa de los Monteros, director de la Fundación; Javier Ortega Smith, Vidal-Qadras, Gustavo Bueno, Ricardo Garrudo, impulsor y financiador de Denaes, y los políticos locales, todos del PP de la legislatura 'dorada' de la mayoría absoluta 2011-2015, desde el exalcalde Íñigo de la Serna, luego ministro de Mariano Rajoy, hasta el expresidente de Cantabria Ignacio Diego. Tampoco faltaron invitados e intervinientes como el magistrado Enrique López; el presidente de Ciutadans de Catalunya, Albert Rivera; y el entonces diputado de Unión, Progreso y Democracia, Toni Cantó, por poner unos ejemplos.
Pero de su paso quedan fotos, algún rastro en webs institucionales y de la propia Denaes, pero ninguna constatación oficial, sobre todo de la UIMP, que es la institución que ocupa el palacio los veranos santanderinos y decide lo que allí se hace.
Nunca se supo fehacientemente en qué condiciones Denaes ocupó el lugar cada mes de julio. Una investigación periodística realizada en 2018 no pudo encontrar documento alguno en el que se diera cuenta de la organización de los eventos ni sus circunstancias: ni en el Ayuntamiento de Santander, propietario del palacio desde que se lo comprara a la Casa Real en los años 70, ni en la UIMP, por más que se publicitara la actividad y se dieran cita en cada seminario un centenar de personas, aproximadamente. Sin registro oficial, año tras año, el palacio era 'okupado' sin oposición del propietario ni de su inquilino oficial.
La participación en la Escuela de Verano no era gratuita. Las inscripciones costaban 100 euros en la IX edición, en el año 2015. Para los socios de Amigos de la Nación, 60 euros; estudiantes, 40; y parados, gratis. También se organizaba una cena de 'confraternización' que costaba 50 euros el cubierto. Un año después, en su décima y última edición, los precios habían bajado: 60 euros la matrícula, gratuita para socios y desempleados; 30 euros, los estudiantes; y 40, la cena.
Ricardo Garrudo es un empresario cántabro con estrechos lazos comerciales con China, primero importando componentes electrónicos con los que montaba y comercializaba dispositivos como tablets o smartphones, y actualmente mediante el comercio textil. Su actividad empresarial cuando su empresa Wolder, o grupo empresarial creado en 1996 (General Wolder, Wolder Electronics, Wolder Consulting y Wolder Brico), tocó fondo en 2017 al declararse en quiebra y despedir a 150 empleados, poco después de recibir cientos de miles de euros del Gobierno de Cantabria para apoyar la innovación. El consejero de Industria en aquella época era el mismo que en la actualidad, Eduardo Arasti, tras su vuelta a la política este verano desde la jubilación laboral.
Mientras, Garrudo había puesto los cimientos de los que sería Denaes, ya acompañado de Abascal: la Plataforma para la Unidad y la Libertad; y comenzaba a perfilarse su papel político en Cantabria y fuera de ella a partir de 2013. Auge y caída, porque primero fue apartado de la candidatura de 2019 como cabeza de lista de Vox al Congreso (un mes antes de que se celebraran los comicios, el partido anunció que sería sustituido por Emilio del Valle) y después de la propia dirección de la formación en Cantabria (también sustituido por el propio Emilio del Valle, que también es concejal en Santander).
En 2006, cuando Abascal aún era diputado del PP en el Parlamento vasco, Denaes hizo acto de aparición como foro de debate que se convertiría en vivero de un nuevo partido y trampolín para alcanzar el poder tanto en Cantabria como fuera de ella. Además de Abascal y Garrudo, hace 18 años integraba el patronato el periodista Ricardo Rodríguez Maeso. En 2014, la Fundación ya estaba consolidada con abundantes donaciones particulares: 57.000 euros sobre unos ingresos totales de 59.000. Ese fue el año en que Abascal y Espinosa de los Monteros cedían el control de la fundación al filósofo Gustavo Bueno, quien la presidiría.
El salto de Abascal desde la política vasca, en donde el PP pasaba sin pena ni gloria, a la política nacional como creador y máximo dirigente de Vox se fraguó en esa década en Denaes, y bajo el paraguas, entre otros, del Ayuntamiento de Santander y la UIMP. Ya en 2018 hubo preguntas sobre la fórmula mediante la cual el caladero político de Vox dio sus primeros pasos en el Palacio de La Magdalena, pero ambas administraciones negaron que existiera un documento que avalara permisos o circunstancias de cómo se había la Escuela de Verano en el lugar.
El equipo municipal de Santander (PP) afirmaba en aquel momento que “no tiene nada que ver” con las actividades de la Escuela de Verano de Denaes. También la institución académica dependiente del Gobierno de España confirmaba que los cursos impartidos en 2014 y 2015 "no aparecen en la programación oficial o en los registros y memorias de la UIMP". Vueltos a ser cuestionados por elDiario.es, ni el Ayuntamiento de Santander ni la UIMP han contestado cómo llegó Denaes a estar en La Magdalena con toda normalidad bajo los mandatos de los rectores Salvador Ordóñez, Emilio Lora-Tamayo y César Nombela.