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Март
2024

“Tuve hambre”, el proyecto católico que alimenta a habitantes de calle en Santa Clara

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SANTA CLARA, Cuba. – Mientras la ciudad descansa, en las noches más frías de este principio de año, más de una decena de jóvenes católicos peinan las arterias del centro de Santa Clara para entregar alimentos a las personas que viven en las calles o a otros cualesquiera que se tropiecen en su camino y necesiten comida.

En los últimos tiempos se ha incrementado el número de ancianos que se refugian en portales y parques en horario nocturno: suelen dormir en el piso junto a sus escasas pertenencias, se cubren con cartones y mantas desgastadas, que apenas los abrigan, y muchas veces ni siquiera han probado un bocado de comida desde la mañana.

El proyecto “Tuve hambre” surgió hace alrededor de un año por iniciativa de un grupo de pastores, catequistas, animadores y cooperadores salesianos de la parroquia Nuestra Señora del Carmen. Inicialmente agrupó a una veintena de jóvenes; ahora suman más de 30 los voluntarios de otros municipios y provincias dispuestos a colaborar en la elaboración, embalaje y entrega de alimentos.

El diácono Maykel Gómez Hernández, guía de esta experiencia caritativa, explica que la idea se gestó en Navidad cuando los propios jóvenes tuvieron la inquietud de salir a las calles para ceder parte de su cena a pobres y desamparados. Al principio debieron agenciárselas por su cuenta para sufragar los gastos que implicaba la elaboración de las comidas, hasta que recibieron apoyo monetario para montar una cocina en la misma parroquia.

“Se han sumado jóvenes de Manacas, de La Habana, de Santiago de Cuba… Piden vivir esta experiencia”, cuenta el diácono. “Hay que ver la alegría con la que limpian el arroz o pelan plátanos. Ellos también se alimentan de esa misma comida que entregan, porque el sentido es ese: compartir lo que tienen. Cuando no hemos podido conseguir el arroz, por ejemplo, lo han traído de sus casas”.

“Tuve hambre” prepara más de 60 platos de comida en cada entrega, un número que se ha triplicado desde que comenzaron su labor caritativa. No solo la ceden a las personas que pernoctan en las calles, sino también a otros vulnerables de la ciudad o a viajeros que aguardan en el ferrocarril, muy próximo a la iglesia. “Hace un tiempo se me acercó una señora bien vestida, llorando, que le daba vergüenza pero que no había comido nada en todo el día. También hemos entregado leche a madres con niños”, cuenta Gómez Hernández. 

Villa Clara está considerada como la provincia más envejecida del país con más de 180.000 personas que superan los 60 años de edad, el 25,3% de su población. Datos oficiales dan cuenta de que más de 45.000 ancianos viven solos, sin ningún apoyo familiar, y que buena parte de ellos depende solamente de su propia jubilación. 

Aunque la prensa oficial los acuña como “deambulantes”, la Sociología prefiere identificar con el término “habitantes de calle” a quienes hacen del espacio público su hogar, ya sea de forma permanente o transitoria. Entre los tantos factores que propician este fenómeno mayormente urbano se halla la pérdida de la vivienda, el abandono de la familia, el desempleo, los trastornos mentales o la discapacidad. En el caso de Cuba se suma la grave crisis económica del país. 

“Cada día son más”, continúa el entrevistado. “Muchas de estas personas han perdido la razón; otras han vendido sus casas para que sus hijos emigraran, han sacrificado lo que tenían para el bienestar de los suyos y se han quedado sin nada. Me ha llamado la atención que se agrupan por pequeñas comunidades para cuidarse entre ellos mismos, para que no les roben lo poco que tienen”. 

La mayoría de quienes pernoctan en las calles de Santa Clara acostumbran a pedir alguna ayuda monetaria a los transeúntes o sobras de comida a quienes concurren a restaurantes cercanos. Otros son más esquivos y se les ve hurgando en la basura en busca de latas para venderlas a la Empresa de Recuperación de Materias Primas o cualquier artículo que puedan usar como ropa o zapatos. 

Un reportaje publicado a finales de febrero en Cubadebate indica que desde 2014 hasta septiembre de 2023 existían “solamente” 143 casos de “personas con conducta deambulante” en Villa Clara y que la mayoría se ha reinsertado a centros de atención. Sin embargo, en las zonas aledañas a los parques más céntricos, en los portales de las iglesias o en las terminales de ómnibus se nota el incremento de habitantes de calle que ciertamente no están siendo registrados por las estadísticas. 

En tanto, la Iglesia Católica en Santa Clara mantiene varios proyectos similares para atender a los más vulnerables, entre los que también figuran “Cáritas” y “Corazón Solidario”. De su última entrega de alimentos junto a los jóvenes de “Tuve hambre”, el diácono entrevistado describe una experiencia conmovedora en particular: “Una de estas personas que duerme en los portales del Boulevard se despojó de su única sábana y la cedió para cubrir del frío al más anciano del grupo. Es muy fuerte, cada vez que hacemos las entregas los muchachos terminan llorando”.

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