Salvador Simó, padre de dragones, inaugura el Festival de Málaga
Estamos en la China imperial, polvorienta y jerárquica, esa que se vive en castas y se organiza a latigazos verticales. Esta China está animada con el buen gusto del director Salvador Simó (responsable de la excelsa «Buñuel en el laberinto de las tortugas», nominada al Goya y ganadora en Annecy). Y en esta China, un trasatlántico en forma de co-producción multimillonaria con el gigante asiático, la historia nos la va a contar la pequeña Ping, una niña huérfana que nace con la responsabilidad de proteger el último huevo de dragón del imperio. Así, a puro folclore y músculo sinoespañol se ha gestado «Dragonkeeper: guardiana de dragones», primera película de animación que inaugura el Festival de Málaga en sus 27 años de historia y el tercer hito seguido para el medio patrio, tras la presencia de «El sueño de la sultana» en la Sección Oficial del Festival de San Sebastián y la nominación al Oscar de «Robot Dreams», de la que estaremos pendientes el próximo 10 de marzo.
«Me subí a la película en verano del 2019, cuando me llamó Manuel Cristóbal para el diseño de personajes. Se decidió cambiar de director y ahí asumí toda la responsabilidad. El guion ya estaba más o menos cerrado, pero rehice el ‘‘storyboard’’ y parte de la historia, para apostar por algo mucho más comercial», explica didáctico Simó a LA RAZÓN, consciente de la responsabilidad de trabajar directamente con la distribuidora oficial del partido único en China y con sus referentes siempre claros.
El desafío de la Inteligencia Artificial
«Tienes que negociar y hay momentos en los que hay que tirar de galones, decir las cosas como son. Tú intentas que lo entiendan pero, por cuestiones culturales, cuesta. Esta película tenía que funcionar en todo el mundo», añade, sobre un filme que, para su director, quiere mirarse en los valores familiares de «Los Goonies» o «Indiana Jones»: «Eran películas de las que salías creyendo que habías vivido una aventura increíble, aunque no sé si algo como "Gremlins" podría hacerse hoy», se pregunta contemporáneo el director.
[[QUOTE:PULL|||"No sé si una película como "Gremlins" podría hacerse hoy"|||Salvador Simó, director]]
«Dragonkeeper: guardiana de dragones», que se ha desarrollado a pesar de nacer como película justo antes de la pandemia que golpeó tan fuerte a ambos países, se puede interpretar como un «coming-of-age» mucho más maduro de lo que podrían anticipar sus trazos y, quizá por eso, también más oscuro y adulto, un poco más alambicado de lo que favorecen las apuestas en un medio tan complicado como el de la animación: «Esta película es tan realista y tan minimalista como la de Buñuel. Nunca llegamos al “cartoon” y mostramos personajes que actúan de verdad, que sienten», apunta el director sobre una historia de divertidos enredos y acción que también se atreve a hablar de opresión e injusticia y que, de la mano del Gobierno chino, se estrenará allí de manera masiva unos días después de hacerlo en nuestro país, donde está programada en cines desde el próximo 19 de abril.
[[QUOTE:PULL|||"Cuando he trabajado con IA, sé que donde esté la mano de un buen artista, déjate de IA e historias"|||Salvador Simó, director]]
Al desarrollarse como maestro de la animación, uno de los sectores más afectados por la llegada de la Inteligencia Artificial (IA), es menestar preguntarle al director por la implementación de estas tecnologías: «La IA está ya ahí, es una realidad y puede ser una herramienta muy útil. Yo, cuando he trabajado con IA, sé que donde esté la mano de un buen artista, déjate de IA e historias. Cuando quieres hacer algo original, algo que tenga alma, llama a un buen profesional, que va a hacer un trabajo espectacular y hasta en menos tiempo de lo que tardará una IA. Contar una historia no es juntar cuatro planos generados con lo que sea», opina el realizador, al que también le da tiempo a repasar el fenómeno de las «celebrities» en doblajes animados, que su película ha preferido obviar en español: «No me gusta cuando entran famosos. Yo veo las películas en versión original y entiendo que se doblen, pero para eso están los actores de doblaje. Dejémosles hacer su trabajo. Cuando llega un famoso y pone sus gags y sus manierismos, estás viendo al famoso, no al personaje que un montón de personas se han esforzado en levantar durante años».