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Февраль
2024

Exgoleador nacional explica por qué el fútbol de antes es mejor que el de ahora

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En el fútbol, pasan los años y siempre se escucha la misma pregunta: ¿Es mejor el fútbol de antes o el de ahora? Algunos recurren a la respuesta salomónica y dicen que son épocas distintas. Otros tienen claro lo que piensan y explican por qué se inclinan a un lado o al otro.

Este es el caso de Gerardo Cholo Villalobos, exdelantero y goleador de raza, quien principalmente destacó con Herediano, pero jugó como profesional de 1981 a 1995.

Sobresalió por imponerse en el juego aéreo, y en su primer año en la máxima categoría, con solo 19 años, fue el mejor anotador de Herediano con 12 goles. Esto lo llevó a ser considerado el Novato del Año por el Círculo de Locutores y Periodistas Deportivos de Costa Rica. Villalobos no tiene duda de que el fútbol actual no supera al de antes.

“Me quedo con el fútbol de antes, porque el jugador era de más entrega. Ahora, con el mínimo roce, el futbolista cae al suelo, dan vueltas y se quejan”, dijo el Cholo Villalobos, en entrevista con La Nación.

Villalobos, hoy con 62 años, recordó que cuando jugó en la máxima categoría, debía ir duro al choque con defensas muy fuertes como Rodolfo la Locomotora Mills, Freddy Méndez, Carlos Luis García, Dervin Barboza o Jorge Matapín Ramírez.

“Le daban a uno durísimo, uno seguía, y la jugada terminaba en gol. Ahora no, las faltas ni se ven, faltas tan raras. Yo me quedo con lo de antes, tal vez ni con el fútbol de mis tiempos, sino más atrás”, indicó Gerardo Villalobos.

Villalobos aceptó que el balompié actual es más físico, hay más atletas en la cancha, pero opinó que a veces los jugadores corren más de la cuenta.

“Un futbolista nada hace con tener gran velocidad y al centrar, el centro es malo. Por ejemplo, cuando Marvin Obando iba por el sector izquierdo, yo sabía dónde iba a llegar la bola. Ahora se habla de delanteros y extremos, hacen el centro y no hay nadie en el área. Uno siempre andaba en el área, estaba ahí molestando, inquietando a los defensas”, aseguró Gerardo Villalobos.

El Cholo tenía facilidad para sacudir las redes y opinó que fue un don que Dios le dio.

“Tal vez no era muy buen jugador, pero era goleador. Desde la escuela, en mosquito, infantil, Segunda, en Primera, donde llegaba era el goleador”, comentó Villalobos.

Y los números lo respaldan; con Herediano registró en su carrera 31 goles en 125 partidos de 1981 a 1983 y de 1986 a 1987. En la máxima categoría hizo 63 anotaciones en 266 partidos oficiales, sumados los tantos que también marcó con Cartaginés, Uruguay de Coronado y Sagrada Familia.

Gerardo Villalobos sigue el fútbol porque le apasiona, pero ya no lo practica. Lo invitan a mejengas, pero siempre dice no. Y no es por la edad, porque luce bien, pero no quiere comprometer sus rodillas.

“Me gusta el futbol y donde me llamen ahí voy a apoyar y ayudo en lo que pueda. Donde vivo y estando joven, subía y bajaba corriendo el Monte de la Cruz, entrenaba como dos horas y al terminar la carrera en Primera División, se me presentaron lesiones en las rodillas y me las operaron (Gerardo muestra las cicatrices en ambas piernas). A mi señora y a mi familia no les gusta que juegue y mejor no lo hago. A mi edad, no vale la pena exponerme a una lesión grave”, resaltó Gerardo Villalobos.

Ahorró y vive tranquilo

Gerardo Villalobos le agradece a Dios porque le permitió disfrutar del fútbol y forjar su futuro gracias a los goles en la cancha.

Villalobos comentó que no estudió, no le gustaba el estudio y llegó a segundo año de colegio obligado por su madre Ángela Garita y sus hermanas, pero pese a no sacar una carrera universitaria, supo guiarse con orden en la vida.

“No tuve vicios, no malgasté y supe ahorrar. Jugué en Venezuela y guardé dinero. Tengo casas de alquiler, tengo lotes y mi casa donde vivo con mi familia y mis hijos”, señaló Gerardo, quien tiene tres hijos y dos nietos.

En ese entonces en el fútbol no se ganaba los millones que perciben algunos hoy día, pero como dijo Gerardo, se ganaba poco, pero todo valía menos.

“En Herediano mi salario era de ₡30.000 al mes y en Venezuela eran ₡100.000, pero de ahí hice mi casa, compré, lotes y otras casitas que había que invertirles y las arreglé”, resaltó Villalobos.

Recuerda a su ídolo

Además, Villalobos es pensionado y recordó cómo pasó del fútbol a trabajar en el Aeropuerto Juan Santamaría, de donde, al paso de los años, salió pensionado.

“Cuando estaba en Venezuela llegó a jugar allá una selección en ese entonces de la empresa Lacsa. Venían muchos exjugadores y me dice el gerente de Lacsa, qué va a hacer cuando se retire, le dije no sé. Me dio una tarjeta y me dijo cuando regrese a Costa Rica me llama. Volví a los cuatro años, lo llamé y me dio trabajo en el aeropuerto, laboré 26 años y hoy ya estoy pensionado.

Uno de los momentos que Gerardo el Cholo Villalobos no olvida en sus inicios como futbolista profesional, era cuando debía entrar a la cancha en lugar de Fernando el Macho Montero.

“Yo era admirador de Fernando Montero, un jugador técnico, goleador. Era mi ídolo y todavía recuerdo donde se escuchaba por el parlante, sale Fernando Montero y entra Cholo Villalobos. Lo que sentía yo porque ingresaba en lugar de mi ídolo”, dijo Villalobos.