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Февраль
2024

El Museo Patio Herreriano 'viaja' por la trayectoria de Delhy Tejero, «una mujer adelantada a su época»

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Abc.es 

Decía el Premio Cervantes José Jiménez Lozano que «no se puede pasar por la belleza sin celebrarla». Un pensamiento que, en opinión de María Dolores Vila Tejero, maestra, pedagoga y sobrina de la gran artista toresana Delhy Tejero, marcó la trayectoria artística y vital de su tía, quien tuvo «una conciencia ética y estética» de la belleza. Es la reflexión con la que ha concluido su intervención en la inauguración de la exposición 'Delhy Tejero. Geometría y Misterio', con la que el Museo Patio Herreriano hace un viaje por la trayectoria vital y artística de la pintora, ilustradora y muralista, «una mujer adelantada a su tiempo» y que, además, constituyó «un referente» en la vanguardia y surrealismo del siglo XX , ha subrayado la concejala de Educación y Cultura, Irene Carvajal, que en su breve alocución ha enmarcado la apertura de esta muestra en los actos con motivo del Día Internacional de la Mujer que se celebra el 8 de marzo. De «figura fundamental» la ha calificado el director del centro museístico, para quien la exposición dedicada a la artista zamorana se trata de uno de los proyectos más «ambiciosos y fuertes» que va a tener el museo en el año 2024 y en el que ha habido «mucha arqueología que hacer». Gracias al legado familiar, la exhibición recoge dibujos, pinturas y trabajos preparatorios de muchas de las trabajos que realizó en toda su trayectoria artística. De esta labor «arqueológica» se han encargado mano a mano la citada María Dolores Vila Tejero y la conservadora del Museo Reina Sofía Patricia Molins, comisaria de la exhibición. «El legado de Delhy nos viene a través de mi madre y a la vez que una enorme suerte es una gran responsabilidad», ha explicado la sobrina de la artista, para quien el significado de «mujer moderna» hoy no tiene nada que ver con la época en la que le tocó vivir a la artista, en la que suponía tener la posibilidad de «prepararse, profesionalizarse, tener una autonomía y poder vivir de su vocación». « Delhy tuvo la gran suerte, a costa de muchas renuncias, de ser un gran mujer moderna en todo el sentido de la palabra», ha explicado sobre una creadora con «una vocación definida desde niña» y que «dedicó todos sus esfuerzos para hacerlo». I. TOMÉ Nacida en 1904 en Toro, una pequeña ciudad venida a menos ya en aquella época, su firme voluntad de dedicarse al arte y el apoyo -poco común- de su padre permitieron a Delhy Tejero viajar a Madrid en 1925, donde estudió en la Escuela de Artes y Oficios y en la Academia de Bellas Artes de San Fernando, antes de comenzar a trabajar como ilustradora de prensa, su primera incursión en el mundo artístico. Así queda reflejado en la primera parte de la exposición, en la sala 1, dedicado a su trabajo antes de la irrupción de la Guerra Civil. «Delhy fue una extraordinaria dibujante, tenía una mirada especial y conseguía ver las cosas de una manera distinta. En los retratos es capaz de reflejar la intimidad y psicología de las personas muy sobresaliente con unos mínimos elementos expresivos», ha señalado la comisaria. Se pueden ver en este espacio, entre obras, algunas de las ilustración que la artista realizó para la serie 'Tipos populares' reproducida en la revista Blanco y Negro. Patricia Molins ha detallado que con el título de la muestra se ha querido hacer referencia a «dos cosas fundamentales de su trabajo»: la geometría como base de sus composiciones y el misterio en el sentido mitológico. En ese primer espacio se pueden ver también cuadros que siguieron la tónica de sus primeras ilustraciones como Mercado zamorano, donde además se pueden observar dos temas recurrentes en su obra: la maternidad y la mujer como figura telúrica. Ese interés por lo telúrico se plasma tambiñen en sus dibujos de las brujas, una serie que presentó en una exposición del Círculo de Bellas Artes de Madrid, en 1933, con representación también en el Patio Herreriano. Sus viajes a Marruecos, Italia y Francia al estallar la contienda en España también quedan reflejados en esta primera sala en unos trabajos que, según ha opinado la comisaria, «nada tienen que ver con el exotismo que habitual que plasmaban los viajeros de aquella época». «No hay nada más que coger sus blocs para darse cuenta de como aprovechaba estos viajes», ha señalado al respecto su sobrina. El muralismo, principal ocupación profesional de la artista ya durante la posguerra, ocupa parte de la Sala 2, donde también se plasma su interés por la abstracción a partir de los años 30. «Fue uno de los grandes soportes de la época», ha recordado Patricia Molins respecto al mural. Delhy Tejero se inició en el género en 1937 con la realización de pinturas de tema regional para el Hotel Condestable de Burgos . Una obra que se expone por primera vez al público en esta exposición, ha detallado la comisaria, destacando también otras dos con las que ocurre lo mismo: un armario que hizo para una casa privada y sus caballos de Corbelios o Bríos, con los que participó en la Bienal Hispanoamericana de Barcelona de 1955. Son estos últimos ejemplo de su producción final, en la que también estuvo muy presente la pintura infantil. «Veía en los niños una potencia en su inocencia», ha puntualizado Molins, que ve en esta obras «un esfuerzo en depuración, en la sintetización para ser más pura en lo estilístico, en lo esencial del tema». La trayectoria de la artista de Toro será revisada también en un extenso catálogo que editará el Museo Patio Herreriano con el apoyo de la Dirección General de Políticas Culturales y que se enmarca en esa máxima que tienen mucha de las instituciones artísticas del momento de «revisar la obra, especialmente de mujeres, que no tuvieron el reconocimiento que debieron tener», ha significado Javier Hontoria.