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Февраль
2024

«Muchas mujeres no disfrutan del sexo por sus complejos. Se centran en su mente y no dejan fluir su cuerpo»

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Abc.es 
Mery Viñas, psicóloga especializada en la relación con la comida y la autoestima corporal. Lleva más de 10 años acompañando a miles de mujeres en aceptar su cuerpo sin tener que cambiarlo y vivir en paz sin dietas, sin restricciones, sin culpa ni vergüenza, Según sus datos, el 87% de las mujeres no se siente cómoda delante del espejo y solo el 13% está completamente a gusto con su cuerpo según algunos estudios. ¿Es un problema físico o mental? El cuerpo nunca es el problema, la mente sí lo es. Lo que pensamos acerca de él, lo que le decimos constantemente es lo que hace que sienta ese rechazo. Al cuerpo, lo apreciamos muy poco y le exigimos mucho. Le exigimos que respire, que rinda, que sea fuerte, que funcione bien, etc. En cambio, nosotros lo tratamos bastante mal: le hablamos mal, le insultamos, le hacemos pasar hambre, no le escuchamos… De esta forma, ¿cómo vamos a tener una relación sana con nuestro cuerpo? Es una relación muy desequilibrada. Si no hubiéramos interiorizado que nuestro cuerpo está mal, que lo debemos modificar, que nunca es suficiente, entonces al vernos en el espejo podríamos sentirnos cómodas. Si le agradeciéramos más y no pusiéramos la lupa en lo que quiero modificar, tendríamos otra percepción y nuestro bienestar aumentaría sin duda. Noticias Relacionadas estandar No Una experta advierte sobre cómo afectan a los hijos los comentarios que haces sobre las dietas y lo que engorda o no Laura Peraita estandar Si 'Skincare' y menores: claves para evitar que tu hija menor se enganche a una rutina cosmética Ana I. Martínez ¿Por qué hay mujeres que no disfrutan de sus relaciones sexuales, e incluso las evitan, por tener complejos físicos y sentirse lejos de tener un cuerpo perfecto? Me encuentro con muchas mujeres que no disfrutan de la intimidad porque están centradas en sus complejos, porque están en la mente y no están sintiendo el cuerpo ni fluyendo en el momento. Están pensando en si su compañero le toca la barriga o cualquier otra parte que ella no acepta. Esto genera desconexión y un malestar que es muy común en mujeres que no aceptan su cuerpo y lo rechazan. ¿Qué pueden hacer para cambiar este tipo de pensamientos que les afectan de forma tan intensa a su vida de pareja? Hay que hacer un trabajo de fondo para aproximarnos a la aceptación, quizá no al 100%, pero sí entender que aquello que no acepto no puede ser un obstáculo para vivir la vida que merezco. Para empezar, debería darme cuenta de todo lo que este tipo de pensamientos me ha quitado a lo largo de la vida: experiencias, vacaciones, momentos de disfrute… No para generarnos más culpa, sino para querer cambiar algo de todo esto. También hay que practicar mucho la autocompasión, el acompañarte con amabilidad en este proceso. No hemos elegido odiar nuestro cuerpo, nos enseñaron a hacerlo y lo hemos arrastrado durante muchos años. Ahora es un proceso volver a aprender a amarlo o aceptar que hay partes de mi cuerpo que no me gustan del todo, pero no por eso voy a dejar de tener experiencias en mi vida que me permitan el goce y el disfrute. Y, poco a poco, pasamos a exponernos a situaciones nuevas, a aquellas que hemos ido evitando (por ejemplo: ir a la playa en bikini), porque son situaciones que aunque nos generen miedo, podemos atravesarlas a pesar de él, para darnos cuenta de que podemos disfrutar independientemente de cómo se vea mi físico. Según un estudio de la Universidad de Bristol, las mujeres con mucha insatisfacción corporal pasan más tiempo mirando a mujeres más delgadas. ¿Por qué? Por este efecto de comparación constante y porque la insatisfacción corporal hace que nuestros ojos estén fuera buscando aquello que creemos que nos haría felices y que ahora no tenemos. Y en esta sociedad que valora los cuerpos delgados, las mujeres insatisfechas con sus cuerpos suelen buscar referentes de este tipo de cuerpos por un efecto aspiracional. Y esto es un peligro, porque al pasar demasiado tiempo mirando este tipo de cuerpos, el riesgo de desarrollar un TCA aumenta. Aquí es clave ampliar la mirada. Darnos cuenta de que la variedad es la norma, es lo que me rodea, la diversidad es el patrón y esos tipos de cuerpos que nos imponen los cánones estéticos. ¿Qué motiva que haya casos en los que a pesar de verse con exceso de peso algunas personas intentan paliar su frustración con la comida? Comemos de forma emocional, no somos robots. Es muy difícil comer toda tu vida sólo cuando tienes hambre porque la comida produce placer y calma muchas otras emociones. Por ejemplo, el estrés, la frustración, la tristeza, la soledad… Todas estas emociones nos están diciendo algo y deben ser atendidas, pero a veces no tenemos los recursos para atenderlas y recurrimos a la comida como bálsamo. En este momento, da igual cómo se vea tu cuerpo, lo único que buscas es esa calma y ese placer. Y la comida ofrece esa sensación, aunque en muchos casos después aparezca la culpa. La comida es un recurso para calmar estas emociones, pero debemos buscar muchas otras opciones, recursos que de verdad hagan atender estas emociones. Si he comido porque me he sentido triste, quizá después de comer o al día siguiente puedo preguntarme: ¿qué me ha venido a decir la tristeza? ¿Cómo la puedo atender? Por ello, siempre digo que la comida nos da mucha información de cómo nos sentimos por dentro. Así que, más que demonizarla y sentirnos culpables cuando comemos emocionalmente, debemos preguntarnos qué nos está queriendo decir esta emoción que estoy sintiendo, para así poder atenderla. ¿Cómo se puede salir de este círculo vicioso? Conociendo mucho todas las creencias que te han traído hasta aquí, tus patrones, lo que oíste en casa cuando eras pequeña, estar alerta de los mensajes que desempoderan, que nos lanzan continuamente acerca de que siempre hay algo que arreglar en nuestros cuerpos, etc. Una vez tomas consciencia es más fácil poder contruir nuevas conexiones neuronales que te lleven a tener pensamientos que te generen bienestar, gratitud, satisfacción y escucha real de lo que de verdad necesita tu cuerpo. Solo así podremos atenderlo bien, sabiendo qué necesita y dándoselo. MÁS INFORMACIÓN noticia No «En el almuerzo y la merienda es cuando tenemos que hacer más hincapié para que los niños coman fruta. Y sin límite» noticia No Las señales que te indican si tu bebé tiene hambre o se ha quedado saciado noticia No ¿Qué tiene más valor: un 'te quiero' o un 'te amo'? También debemos dejar de lado las normas y reglas rígidas, la exigencia y el perfeccionismo para pasar a aceptarnos, con nuestras ambivalencias, con nuestro abanico de emociones y dificultades, confiando en nuestras aptitudes para salir adelante independientemente del tamaño de nuestro cuerpo. Y sabiendo que este camino no es un trayecto de perfección ni que vamos a conseguir tener una alimentación perfecta ni un físico perfecto, es un camino de aprendizaje donde a cada paso siento más bienestar, más libertad y menos exigencia. Es todo un viaje de desarrollo personal para poder vivir en paz con la comida, con el cuerpo y con nosotras mismas.