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Февраль
2024

El consejo del psicólogo Rafa Guerrero ante la rabia de tu hijo: «Tu calma es su calma»

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Abc.es 
Hay algo que los padres deben tener claro cuando el niño tiene una rabieta, de las grandes, épicas, de esas en las que todo el mundo mira mientras el niño se tira al suelo, gritando … Y es que la regulación del pequeño dependerá de la buena (o mala) gestión que hagan los progenitores en ese momento. Así lo asegura, al menos, el psicólogo Rafa Guerrero, autor «El enfado de Arantxa» , un cuento para comprender y acompañar la rabia en los más pequeños : «Los menores no son capaces de hacerse cargo de sus emociones e impulsos y necesitan que los adultos lo hagamos por ellos. Es decir, la gestión del niño dependerá de la que haga la persona que tiene enfrente». Al cuento ( editado por Sentir ) sobre el enfado le seguirán otros dos: uno sobre el miedo y otro sobre la tristeza. «Hemos elegido esta trilogía porque son las tres emociones que más nos cuesta gestionar a los adultos y, por tanto, a los niños. De hecho, las solemnos denominar de segunda división . No nos gusta que nuestros hijos sientan estas emociones y solemos pedir que no las experimenten, como si pudieran controlar dicha aparición. Incluso les intentamos chantajear para que no se sientan de determinada manera, pero esto no se elige». La emoción de la rabia, prosigue este experto, «tiene mala prensa y es mal vista, pero es fundamental para sobrevivir, otra cosa es que seamos conscientes y la gestionemos de forma adecuada». Noticias Relacionadas estandar No Los 7 trucos de una psicóloga de Harvard para criar niños con cerebros flexibles y resistentes A.M. estandar No «Para dejar de gritar en casa hay que ensayar la estrategia como un actor» Carlota Fominaya La idea es, explica Guerrero, « que los papás puedan entender, a través del cuento, cómo se manifiesta la emoción de la rabia y de esta forma poder aportar comprensión y recursos a sus hijos. Solo conseguiremos que nuestros hijos tengan una buena capacidad de autorregulación emocional si nosotros la tenemos y la ponemos en marcha con ellos». Para tratar de explicar todo esto este psicólogo se sirve de una niña llamada Arantxa, a la que le va explicando qué pasa en las distintas partes del cerebro cuando ella se enfada. Así, avanza el autor, «la protagonista no puede recuperar la calma porque no tiene todavía suficientemente desarrollada su corteza prefrontal, la zona del cerebro donde se almacenan los recursos de autorregulación necesarios para calmarse porque esta habilidad nos lleva a las personas varios años aprenderla». De esta forma Guerrero detalla en el cuento cómo, a nivel cerebral, cuando el niño siente rabia libera una gran cantidad de adrenalina y cortisol. «En un primer momento la rabia es corporal, es somática, es del estómago , de los brazos, de las piernas… Y al final se activa todo el organismo para 'atacar' a ese alguien que nos está haciendo daño o ese algo que no es respetuoso o que a ti te parece que es injusto». Porque todo esto, reflexiona Guerrero, «puede ser subjetivo y puede tratarse simplemente de que no estoy logrando o consiguiendo ese algo que quiero. A veces la rabia aparece por una necesidad básica, que es que mis padres me 'vean'. Esto es algo muy habitual en los menores, que piensan: 'no estoy siendo visto', 'no me siento perteneciente', 'no me hacen caso'... Son necesidades que hay que cubrir«. La rabia, admite este psicólogo, «también puede aparecer por un deseo o un capricho del niño. Este te pide que le compres las cartas pokémon, tú le dices que no, y entonces siente rabia pero es un capricho o un deseo». Eso sí, aclara, «aunque el niño se enfade o sienta rabia por algo que no es una necesidad ni un capricho la rabia sigue siendo legítima porque no te han comprado los cromos o un juguete que le gusta. La rabia es legítima siempre, no hay que juzgarla, no hay que pensar si lo que pide el niño es justo o razonable, no hay que buscar objetividad en las emociones porque estas son subjetivas». Cómo deben gestionar la rabia los padres Entonces, ¿cómo hay que actuar? Lo principal, asegura Guerrero, «es validar y conectar con tu hijo, además de normalizar esa emoción que está sintiendo el menor, que como digo, es legítima. Pero el hecho de que valides su rabia no quiere decir que estés de acuerdo con la conducta que ha llevado a cabo, por lo que tendrás que hacer esa contención porque a nivel corporal porque la rabia es muy potente: te invita a agredir, a empujar, a insultar, y gestionar eso por parte de los papás pues no es tarea sencilla». A la vez, continúa, «hay que diferenciar entre lo que el niño siente y el niño hace. Esto es fundamental… ¿En qué sentido? En el de que, si tu hijo empuja o insulta, hay que reprocharle que no hay que empujar, agredir o faltar al respeto pero eso no quita para que la emoción de enfado sea válida y sea normal, por el motivo que sea. Es importante no juzgar pero lo que sí tengo que hacer es corregir de mi hijo el hecho de que haya empujado o se haya reído de una compañera. Por lo tanto valido la emoción pero reconduzco la conducta , el comportamiento». MÁS INFORMACIÓN noticia No La crianza severa aumenta el riesgo de que los niños desarrollen problemas de salud mental duraderos noticia Si La fórmula del psicólogo Rafa Guerrero para reducir la frecuencia, intensidad y duración una rabieta infantil noticia Si Así ayuda la disciplina positiva a dejar de actuar como padres bomberos ante un mal comportamiento noticia Si Así puedes evitar que tu hijo deje el deporte en la adolescencia noticia No La práctica deportiva que más beneficios reporta a tu hijo a nivel cognitivo noticia No El cuento que ayuda a tus hijos a despedirse de sus seres queridos Tampoco hay que poner etiquetas . «Ocurre que solemos decir que el niño es enfadica, inquieto, egoísta, malo, desobediente… En realidad, ni es malo ni desobediente. Son etiquetas que no debemos poner jamás, porque en realidad lo que está teniendo es rabia. Es una mala interpretación del adulto, cuando es fundamental que el padre, la madre o el maestro decodifique correctamente lo que está pasando: 'no eres malo, estás enfadado', que es muy diferente el verbo que utilizamos. Una cosa es ser y otra estar». «Ante la rabia de tu hijo, tu calma es su calma».