La naturaleza caída
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La corrupción es una guadaña pendular que va cortando cabezas a derecha e izquierda, al ritmo del balanceo que marca la alternancia de poder. Hay imbéciles que creen que la codicia, esa pulsión fatídica que mueve a los hombres a convertirse en chorizos, abunda más en la gente de derechas. La idea de la que parten es que, educados para el lujo, los conservadores no tienen límites a la hora de alcanzarlo. Para ellos, la propensión al soborno no viene determinada por la condición humana, sino por la condición social. Al pobre le corresponde la presunción de honradez y al rico justamente la contraria. Esa es, a grandes rasgos, la caricatura con la que la moralina de la izquierda despacha... Ver Más