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Февраль
2024

Los peritos apuntan que las quemaduras en la mano de un menor con autismo en el colegio fueron por una inmersión forzada

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Abc.es 

Una inmersión forzada durante varios minutos. Esa es la conclusión de los peritos sobre las quemaduras de segundo grado que sufrió Marc , un menor con autismo y discapacidad del 82 por ciento, en su escuela, el centro de educación especial Taiga de Barcelona. El pequeño se encontraba de camino al comedor cuando, según apuntaron sus monitores, se defecó encima. Fue entonces cuando lo trasladaron a los lavabos para asearlo, pero el pequeño tuvo que ser trasladado a un centro hospitalario, el Vall d'Hebron , por lesiones en su mano derecha. El suceso se produjo a finales de enero, y el niño aún sigue ingresado, ya que todavía le están realizando injertos. Este miércoles, 28 de febrero, los Mossos d'Esquadra han citado a los dos monitores del colegio que asearon a Marc, aunque pueden acogerse a su derecho a no declarar. En sus primeras comunicaciones con los padres del pequeño, apuntaron que había sido el propio menor el que, sin querer, habría accionado con el codo el grifo, y por ello se habría quemado. Los dos individuos no se habrían dado cuenta porque portaban guantes de látex. Pero es una versión que tanto los progenitores como los médicos ponen en duda, por la gravedad de las heridas del pequeño. En otra comunicación, desde el centro admitieron que el agua se encontraba a unos 60ºC, cuando la normativa fija que no puede separar los 38ºC. Ahora, según ha detallado Vosseler Abogados, que formalizó la denuncia contra el centro, explica que el dictamente pericial confirma que el menor sufrió las lesiones «por inmersión en líquido caliente (…), y durante un cierto tiempo, pues la palma de la mano donde la piel es más gruesa está severamente quemada». Los médicos, en este informe, detallan que «la exposición para provocar estas lesiones debe durar varios minutos a 45-50 grados» y consideran que la posibilidad de que estas lesiones se produjesen por un accidente «nos parece menos probable». «A la vista del relato de los informes periciales, sólo podemos concluir que estamos delante de un castigo 'medieval' desprendido de cualquier atisbo de humanidad», afirma Mónica Santiago, abogada de la familia del pequeño. Además, apunta, «a pesar de que las lesiones físicas son gravísimas, las que más preocupan son las psicológicas, que son devastadoras». Y es que los padres, María del Mar Barco y Carles Aguilar, se turnan para no dejar ni un minuto solo a su hijo, que sigue hospitalizado, tras varias operaciones con injertos de piel de otras zonas de su cuerpo. Según explican los progenitores, tanto la doctora como la enfermera que atendieron a a Marc en la unidad de quemados pusieron en duda que las heridas fuesen provocadas solo por escaldarse con agua caliente. Ahora serán los investigadores, bajo la tutela del Juzgado de Instrucción 32 de Barcelona, la que determinará si las quemaduras de Marc son resultado de un accidente o, por el contrario, fueron provocadas por los dos monitores.