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Февраль
2024

¿Por qué las hueveras contienen doce huevos y no diez?

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Abc.es 
La antigua Mesopotamia, cuna de la civilización sumeria, acadia, babilónica y asiria, fue un crisol de innovación tecnológica y cultural . Entre sus logros más notables está la invención de la escritura, de la rueda y de sofisticados sistemas de medida, los cuales fueron esenciales para la administración, el comercio y la agricultura. Sabemos que los mesopotámicos utilizaron un sistema sexagesimal, basado en el número sesenta. Y es que el sistema decimal, por mucho que nos guste, tan solo es divisible por 2 y 5, mientras que la base 60 es divisible por 2, 3 y 5. Si contamos con una mano usando el pulgar a modo de puntero, las falanges de los restantes cuatro dedos nos permiten contar hasta doce –una docena-, tres falanges por cuatro dedos. Y si ahora usamos la otra mano a modo de multiplicador podemos llegar hasta sesenta (12 x 5 = 60). En otras palabras, con las dos manos se puede contar hasta sesenta con una enorme facilidad. Noticia Relacionada Cosmólogo y mano derecha de Stephen Hawking estandar Si Thomas Hertog: «No había nada antes del Big Bang, ni siquiera el tiempo» Judith de Jorge Las matemáticas en la nevera El mundo está plagado de matemáticas , se nos cuelan por las fisuras cotidianas sin que nos demos cuenta. Son, incluso, la clave de por qué los huevos se almacenen de doce en doce en las hueveras y no, por ejemplo, de diez en diez, en decenas. La razón es meramente práctica, si utilizáramos el sistema decimal solo podríamos dividir por dos o por cinco, pero las docenas nos permite ampliar los divisores, ya que es posible dividir por dos, por tres, por cuatro y por seis. De esta forma las hueveras, aunque las menospreciemos, se han convertido en uno de los objetos de diseño industrial más revolucionario. Para conocer el origen de la primera huevera nos tenemos que remontar hasta 1911 cuando un periodista, Joseph Coyle, escuchó una disputa entre un granjero local y el dueño de un hotel a consecuencia de por qué los huevos que le proporcionaba llegan rotos a la cocina del hotel. En su búsqueda de una solución práctica Coyle ideó una cajita de papel maché, a base de periódicos viejos y con huecos acolchados a cada lado para colocar un huevo, se trataba de la primera huevera de la historia. La leyenda británica La distribución es muy importante, ya que si los envases son pares permite que se puedan almacenar en filas, que no haya huecos entre ellos y que, por supuesto, no se caiga ninguno, además de ser más fáciles de transportar. Algunos defienden que para conocer el origen de la huevera en docena debemos viajar a la Antigua Roma. Cuando los descendientes de Rómulo llegaron a Inglaterra desarrollaron un sistema de medidas y unidades que mezclaba lo imperial con lo local, de forma que 1 chelín estaba formado por 12 peniques. Esto hacía posible que un huevo costase 1 penique y 12 huevos, un chelín. Es precisamente en suelo británico en donde surgió la expresión «la docena del panadero» o «la docena larga». Y es que inglés la expresión 'baker's dozen' (docena del panadero) hace relación a la tradición que tenían los panaderos medievales ingleses de sisar algo en el peso del pan, por lo que se estableció la práctica de que los panaderos dieran 13 unidades cada vez que se les pedía una docena, compensado de esta forma la sustracción. De doce en doce, pero nunca en la puerta Y ya que hablamos de huevos, el mejor lugar para colocarlos en el frigorífico no es la puerta, sino al fondo de la nevera, y preferiblemente en la balda superior. La razón se basa en que la puerta de la nevera es el punto que más cambios de temperatura sufre al abrirse y cerrarse de forma continua, lo cual favorece la proliferación microbiana. MÁS INFORMACIÓN noticia No Odiseo aterriza en la Luna con éxito y lleva a EE.UU. de vuelta a nuestro satélite noticia Si Miles de estrellas jóvenes 'hacen la ola' justo detrás del Sol Los huevos tienen una cáscara porosa sobre la que puede haber multitud de microorganismos, entre ellos Salmonella. Cuando se producen cambios bruscos de temperatura se favorece que aparezcan gotas de condensación, las cuales pueden arrastrar los microbios hacia el interior del huevo a través de los poros y favorecer una intoxicación alimentaria. Por tanto, doce, pero nunca en la puerta.