El pacto de hierro Otegi-Sánchez
Si Sánchez participa o no en la campaña electoral vasca es hoy un dilema para los socialistas. Después del desastre en Galicia y con el pánico que están exhibiendo ante el asunto Koldo, la imagen fabricada de un líder con resistencia de acero adquiere perfiles cómicos. En la rueda de prensa de Rabat, posterior al besamanos del palacio real, el presidente del Gobierno parecía un boxeador grogui lanzando golpes al aire con la expresión absurda de quien, a punto de desplomarse, sonríe al público como si tuviera la situación controlada. En ese estado, no tendrá valor para intervenir e ...