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Февраль
2024

Los puertos aceleran su compleja travesía hacia la descarbonización

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Abc.es 
El sector marítimo, y en concreto el portuario, se enfrenta al exigente desafío de la descarbonización. El nuevo reglamento relativo a la infraestructura para los combustibles alternativos exige que cada puerto marítimo de la Red Transeuropea de Transporte (RTE-T) instale suministro de electricidad que responda a la demanda de al menos el 90% de los buques portacontenedores y de pasaje, de arqueo bruto superior a 5.000 toneladas, que hagan escala en dicho puerto, a más tardar el 1 de enero de 2030. Según el Reglamento FuelEU Maritime, a partir de dicha fecha esos buques portacontenedores y de pasaje estarán obligados a utilizar el suministro de electricidad desde tierra , a menos que puedan demostrar el uso de otra tecnología de emisión cero. En España, la Ley de Movilidad Sostenible , en trámite parlamentario, sienta las bases para que la descarbonización de los puertos tenga lugar de una manera más efectiva y planificada. «Tanto las embarcaciones como las infraestructuras portuarias son grandes consumidores de energía y apostar por esta transformación requerirá inversiones millonarias», resalta Sara Blanco, responsable de Consultoría de Ocean Capital Partners. De hecho, la digitalización y descarbonización del transporte en España «elevará el PIB español unos 27.300 millones de euros anuales debido al despliegue de este nuevo marco regulatorio», añade. Con dicha ley se pretenden tomar medidas para reorientar la movilidad hacia modos de transporte más sostenibles, en beneficio del medioambiente y de todos los ciudadanos. «En el caso de los puertos específicamente, la ley contempla la promoción de medidas para la reducción de emisiones contaminantes a la atmósfera por parte de los operadores y usuarios de los puertos mediante el suministro de fuentes de energía alternativas a los buques, entre otras iniciativas», explican desde Puertos del Estado. Las energías alternativas que se contemplan son la electricidad, el gas natural licuado , los biocarburantes avanzados y gases renovables, especialmente hidrógeno verde y biometano. Noticia Relacionada ESPECIAL INFRAESTRUCTUAS: PORT DE BARCELONA estandar No Arranca la electrificación del Port de Barcelona Juan Carlos Valero La construcción de una subestación y la conexión a la red de alta tensión de REE, primer paso para suministrar energía limpia a los barcos en 2024 La normativa establece que, en un plazo máximo de seis meses desde su entrada en vigor, Puertos del Estado debe publicar la relación de instalaciones o servicios para el suministro de electricidad o combustibles alternativos a los buques atracados en puerto disponibles en cada puerto. Tal y como se recoge en el análisis 'Ley de Movilidad Sostenible: impacto en el sector portuario', reallizado por Ocean Infrastructures Management (la filial de Consultoría de OCP), el proyecto inicial de esta normativa establece que las Autoridades Portuarias deben impulsar medidas para reducir las emisiones contaminantes de los puertos, proporcionando equipos y servicios de energía alternativa a los buques atracados, entre otras iniciativas. «Para ello deberán elaborar un Plan de Despliegue que recoja todas esas iniciativas que sirvan para garantizar la mejora de la eficiencia energética de sus instalaciones, así como la disposición del servicio de suministro de energías alternativas para los buques atracados. Además, entre otras exigencias, la Dirección General de la Marina Mercante tendrá que comunicar al Gobierno sobre la emisión de gases de efecto invernadero y otros contaminantes a la atmósfera en los puertos. Tal y como subraya Sara Blanco, teniendo en cuenta las limitaciones tecnológicas actuales, «una descarbonización completa pasaría por ser neutros en carbono, que no es lo mismo que conseguir un 100% de descarbonización. Los puertos son grandes 'hubs' logísticos e industriales, hay muchísimas actividades de distinta naturaleza que se llevan a cabo y cada sector se enfrenta a desafíos de descarbonización diferentes». Por ejemplo, una terminal de contenedores podría electrificarse al 100%, sin embargo, una refinería tendría que adaptar su proceso productivo hacia otro tipo de producto. Cree que los objetivos son alcanzables , aunque supondrá un reto y hace falta trabajar en muchos aspectos. «Para cumplir con esta meta es fundamental que el sector público y el privado se den la mano, ya que los grandes consumos energéticos de los puertos proceden de la actividad de los operadores privados», matiza. Marcando el rumbo Entre los puertos que mayor tiempo y esfuerzo han dedicado a implementar un sistema OPS en algunas de sus terminales destacan Tenerife y Palma de Mallorca, pioneros en la puesta en servicio de este tipo de infraestructura, y Barcelona, Algeciras o Cádiz, donde en los últimos tiempos han hecho una gran labor por avanzar en la definición e implementación de este tipo de soluciones. «Si además tenemos en cuenta la componente innovadora, sin duda habría que destacar al puerto de Vigo, que en el marco de su estrategia de crecimiento azul ha apostado por la incorporación de tecnologías innovadoras tanto para la electrificación de sus muelles como para la mejora de su eficiencia energética», explica Sara Blanco, responsable de Consultoría de Ocean Capital Partners. Su estrategia 'Blue Growth' monitorea de forma continua a través de indicadores que miden el desempeño de la estrategia y el impacto de los proyectos y acciones que se desarrollan en la consecución de los objetivos. Los puertos españoles avanzan en la transición energética desde varias perspectivas. «En lo relativo a inversiones públicas, durante los últimos años se han desarrollado diversos proyectos para el suministro de GNL a los barcos en los puertos donde hay regasificadoras, como Barcelona o Huelva», indica Sara Blanco. También hay avances en la electrificación, como es el caso de Tenerife, Palma de Mallorca, Barcelona o Cádiz (en este último caso promovido por iniciativa privada). «En lo que se refiere a las instalaciones portuarias, se está implantando el modelo de edificio de consumo de energía casi nulo , como la lonja del puerto de Vigo o la estación marítima de Almería», añade. También hay puertos con sensores para controlar la calidad del aire, como los que gestiona la Autoridad Portuaria de Baleares (APB). «Si ponemos el foco en las inversiones privadas, los operadores portuarios ven una oportunidad en la eficiencia energética y la incorporación de las energías renovables. Esto les permite reducir sus costes operativos, por lo que están haciendo grandes avances en esa línea», subraya responsable de Consultoría de Ocean Capital Partners. Los puertos españoles están ya trabajando intensamente en la electrificación de muelles para el suministro de energía eléctrica a buques cuya entrada en funcionamiento reduce tanto las emisiones a la atmósfera como los ruidos, contribuyendo por tanto a mejorar la calidad del aire en las ciudades portuarias. «Es un proceso complejo puesto que la potencia eléctrica necesaria para este tipo de suministro es muy elevada. El objetivo de Puertos del Estado es que los puertos de titularidad estatal estén preparados para suministrar energía eléctrica a los barcos portacontenedores y de pasaje –de cruceros y ferries– para 2030», explican desde Puertos del Estado. Recuerdan además que los barcos no pueden conectarse directamente a la red eléctrica. «Para que ello sea posible es necesario desarrollar redes de distribución de energía eléctrica a los muelles capaces de proporcionar grandes potencias», puntualizan. Después dicha energía eléctrica tiene que ser adaptada al voltaje y frecuencia que necesita el barco, mediante unos equipos eléctricos específicos (subestaciones OPS). Posteriormente, la energía debe de trasportarse desde dichos equipos hasta los barcos mediante unos sistemas denominados Gestores de Cables que permiten mover los conectores eléctricos de la instalación hasta los puntos de conexión del buque. Transversalidad Puertos del Estado recuerda que la sostenibilidad, en su triple vertiente social, económica y medioambiental, es un eje transversal del Marco Estratégico del sistema portuario de titularidad estatal que fue aprobado en octubre de 2022. «Los puertos son enclaves estratégicos desde el punto de vista de la descarbonización, en la medida en que puedan ser puntas de lanza de proyectos de transformación energética promovidos tanto del lado mar como del lado tierra, convirtiéndose así en nuevos polos o hubs de energías limpias», señala la entidad. Para ello, los puertos de interés general están liderando iniciativas innovadoras para reducir su huella ambiental, implementando prácticas respetuosas con el medio ambiente y apostando por energías limpias. «En este ineludible esfuerzo en eficiencia energética, destacan dos líneas inversoras en los puertos, de gran relevancia: la electrificación de muelles para el suministro de energía eléctrica con origen en fuentes renovables internas o externas; y la generación y provisión en puerto de combustibles alternativos», señalan desde el organismo público portuario. A día de hoy ya existen diversas iniciativas para suministro de GNL a buques en todos los puertos de interés general, «y en un futuro próximo estamos trabajando para disponer de capacidad para proporcionar metano sintético o amonio, apoyados en plantas de producción y almacenamiento de hidrógeno verde». ADN de los barcos Alberto Camarero, profesor de la Escuela de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos de la Universidad Politécnica de Madrid, resalta el carácter pionero e innovador de los puertos españoles en distintos niveles, entre ellos el de la sostenibilidad. «Está en el ADN de los puertos y va por buen camino. Se hacen las cosas bien, están bien planificados», subraya. Habla igualmente de la gran inversión que va a suponer para los puertos los OPS (Onshore Power Supply), el sistema que permite que los buques atracados en puerto puedan conectarse a la red eléctrica. «Barcelona tiene un plan muy activo de electrificar todos sus muelles, pero incluso Melilla también empezó hace mucho tiempo a hacer algunas cosas», cuenta Camarero. El problema que ve es que mientras que la OMI obliga a los puertos a dar electricidad a los cruceros, existe mucha incertidumbre sobre los nuevos combustibles para los navieros. «No tienen decidido a lo que se van a dedicar, y los puertos deben estar esperando a saber cuáles son las opciones del transporte marítimos para poder realizar las inversiones», apunta el docente.