"Hubo dolo en Policía y Guardia Civil al hacer los informes contra los mandos de OCÓN SUR"
Lleva camino de convertirse en uno de los mayores escándalos dentro de las Fuerzas de Seguridad en los últimos años. Todo lo que rodea a la desaparición de la unidad de la Guardia Civil OCÓN SUR, decidida, pese a su demostrada operatividad y resultados en la lucha contra el narcotráfico, por el Ministerio del Interior parece responder a una serie de circunstancias provocadas por quienes, por las razones que fueran, acusaron a dos de los principales mandos, el teniente coronel Oliva y el teniente Fuentes de un delito de colaboración con los narcos.
La investigación que se abrió en la Audiencia Nacional ha sido cerrada sin ningún tipo de imputación para dichos mandos al no existir pruebas contrastadas contra ellos y sólo queda abierta una pieza separada, en un juzgado de la localidad madrileña de Parla, en el que se investiga si los mandos de la Benemérita hicieron gestiones para saber si el Servicio de Asuntos Internos (SAI) del cuerpo les investigaba y por qué.
El abogado de dichos mandos, José María Ramírez, pidió en el citado juzgado madrileño que se citara a declarar a los agentes que realizaron el informe contra sus patrocinados, pero el magistrado se negó e indicó que, si lo que se pretendía era la nulidad de las actuaciones, que no se había solicitado, se dirigieran a la Audiencia Nacional. Lo que han hecho los mandos de la Benemérita ha sido presentar una querella, acompañada de informes periciales, contra la UDYCO Central de la Policía Nacional y el SAI ya que, según ha manifestado a LA RAZÓN el letrado Ramírez, actuaron de forma coordinada para presentar informes contra Oliva y Fuentes repletos de pruebas falsas en una actuación que califica de “torticera” y en la que no tienen ninguna duda de que se produjo “dolo” (fraude, simulación, según el diccionario de la RAE).
Ramírez prefiere no establecer una relación causa-efecto entre los citados informes y la desaparición de OCÓN SUR, ya que la finalidad de la que querella “no es la restitución del honor de mis defendidos, que nunca lo perdieron, sino para que sus nombres queden limpios, como el primer día en que empezaron a prestar servicio”.
El letrado explica que todo este asunto se inicia cuando la UDYCO central y el SAI, que actúan en connivencia, se reúnen para coordinar la investigación contra Oliva y Fuentes y "lo hacen de una manera torticera y falsa, tal y como explicamos en la querella, con informes periciales cuya autenticidad y no manipulación quedan acreditados en la misma”.
La pregunta se hace necesaria. ¿Por qué?: “Es una impresión mía, para cargarse al teniente coronel Oliva...la envidia entre los cuerpos policiales. Había demostrado con su efectividad que en dos años había hecho más contra el narcotráfico que otros en décadas. Las razones reales nunca las podremos saber, pero ahí están los hechos”.
De momento, por respeto al tribunal ante la que se ha presentado, prefiere no facilitar el texto de la querella, pero adelanta algo de su contenido.
“UDYCO central presenta un informe en el que recoge una serie de vigilancias sobre Oliva y Fuentes, con tan mala suerte para ellos que, en muchos casos, sitúan a mis defendidos en unos lugares y con unas personas que nosotros, gracias a esos informes periciales, hemos demostrado que son falsos; no estaban allí, entrevistándose con narcos, sino en otros lugares. Y lo hacemos de una manera fundada y demostrable. Este informe lo asume como suyo el SAI de la Guardia Civil y presenta una denuncia en la Audiencia Nacional (la que ha sido archivada) con la acusación de colaboración con organización criminal, en concreto con el narcotráfico”.
“La querella que hemos presentado es por falsedad documental, denuncia falsa y estafa procesal”, subraya. En la misma se incluyen dos informes periciales. En el primero, se demuestra mediante posicionamientos, que Oliva y Fuentes no estaban en los lugares que dicen esos informes. A título de ejemplo, agrega, se dice que tal día estaban con un narco en sus apartamentos y demostramos que uno estaba en Ceuta y otro en Almería, muy lejos de allí. Otra vez, que estaban en el yate de un narco. La persona en cuestión es un industrial sin antecedentes penales, cuyo segundo apellido coincide con el de un clan, “Ariza”, que, precisamente, fue desmantelado por OCÓN SUR. Este señor, además, no tiene yate, no tiene nada que ver con el narco y ese día estaba en Lisboa. El segundo informe es de un ingeniero de telecomunicaciones que acredita que las pruebas con los posicionamientos no han sido manipuladas. Se da el caso, que una misma fotografía donde supuestamente estaba Oliva, en los apartamentos de un narco, es utilizada por la UDYCO y, ocho meses después, por el SAI, para tratar de demostrar esa reunión en fechas distintas. “Todo esto no tiene ni pies ni cabeza. Hay una intencionalidad dolosa, sin lugar a dudas, supongo que para acabar con las carreras de mis defendidos. Esto no tiene perdón”, enfatiza.
Anuncia que “vamos a ir hasta el final” y recuerda, que según las noticias que le llegaron al teniente coronel Oliva, los narcos habían puesto precio a su cabeza. Ofrecían 400.000 euros a quién lo asesinara. Parece claro que querían acabar con la vida de un mando de la Guardia Civil que les estaba haciendo mucho daño.