El incendio más trágico de España ocurrió en Móstoles en 1992 en un edificio de viviendas donde 12 personas murieron

La tragedia ha azotado a la capital valenciana. Al menos cuatro personas han muerto en un voraz incendio que ha consumido, literalmente, un edificio residencial de catorce plantas en la costa levantina, dejando, además, un saldo de 14 personas desaparecidas este viernes. Este ha sido el suceso con un balance más negativo en cuanto a vidas humanas se refiere en los últimos tiempos. Aunque, echando la vista atrás, se recuerda uno más grave si cabe, acaecido en la localidad madrileña de Móstoles, en 1992, donde las crónicas de la época recuerdan que llegó a registrarse una docena de fallecidos. Hace ya 32 años, este periódico informaba de que un edificio de diez pisos quedaba totalmente calcinado, quedando atrapadas en su interior doce personas, que fueron pasto de las llamas. Ocurrió en el número 22 de la calle Hermanos Pinzón, en la citada localidad madrileña, y las víctimas, en su mayoría de origen polaco, habitaban una vivienda en la que perecieron por asfixia, tanto en los rellanos como en los descansillos de la escalera. «Ninguno estaba en pijama ni en posición de descanso», afirmaba entonces uno de los bomberos, dando muestra de que trataron de escapar del lugar siniestrado. Los primeros en llegar fueron, precisamente, los bomberos, que trataron de actuar en el escenario, constatando que el punto original del fuego había sido un colchón de espuma en una primera planta, donde habitaban al menos una veintena de inmigrantes polacos. «Según las primeras versiones de los bomberos y de algunos de los habitantes del edificio, al intentar apagar las llamas de la colchoneta en la terraza de la casa, los materiales inflamables y la forma del inmueble actuaro na modo de 'chimenea de tiro' y el fuego se extendió rápidamente por las diez plantas de la construcción», contaba este periódico hace más de treinta años. Un matrimonio que residía en el piso contiguo al domicilio en el que comenzó el siniestro declaró que les despertó un tremendo ruido y vieron a las víctimas tratando de escapar. Fue en aquel momento cuando se personaron los funcionarios que, con la ayuda de una escala, evacuaron a un matrimonio y a dos ciudadanos polacos. Todo sucedió por un cigarrillo. Pero es no es el único gran fuego accidental que se recuerda. Las residencias de ancianos también han sido fruto de graves incendios en el pasado. De hecho, hace un par de años, en Moncada, Valencia, fallecieron nueve ancianos. Nueve años antes, en julio de 2015, otro fuego dejó ocho muertos en Zaragoza, mientras que, en 2010, siete mayores perecieron por le mismo motivo en un centro de mayores de Sevilla.