¿Funcionan realmente los fertilizantes caseros para plantas?
El DIY (del inglés do it yourself, haz lo tú mismo) está en boga en el ámbito casero y son muchas las personas que optan por hacerse ellas mismas buena cantidad de cosas del día a día. Nos atrevemos con todo: con el sushi, con mermeladas imposibles e incluso con la transformación de nuestros viejos muebles en renovadas piezas vintage.
Dentro de esta ola de creatividad doméstica se han colado el uso de fertilizantes caseros y el compostaje. Es normal cuando apostamos por formas de vida más sostenibles y por no desperdiciar nada. Así que si podemos aprovechar los restos de la cena para alimentar a nuestras plantas, mejor que mejor.
Te cuento qué hay detrás de esta práctica tan popular en redes sociales y si realmente funciona para mantener a tus plantas bien sanas.
Antes de desmentir o confirmar la efectividad de estas recetas caseras, repasemos cuál es el objetivo de todo esto. Al fin y al cabo lo que queremos es aportar de alguna forma los nutrientes al medio de cultivo, ya que en la naturaleza las plantas encuentran los nutrientes minerales a través de procesos de descomposición que ocurren en el suelo: restos de plantas y animales, excrementos, frutos de otras plantas... Entonces, ¿por qué no hacerlo en casa?
Al incorporar estos restos orgánicos al suelo lo que en realidad queremos es crear compost. Vamos, lo que ocurriría en la naturaleza pero de forma controlada y utilizando nuestros desperdicios.
Para esto necesitamos hacerlo bien. No sirve echar a la maceta los restos que vas viendo por casa al tuntún con el deseo de que, de repente, se convierta en el mejor alimento posible.
Deberás hacerte con un compostador y realizar una serie de procesos con el objetivo de que en ese suelo se cree la magia y los nuevos nutrientes disponibles para las plantas. En el mercado hay compostadores caseros y también puedes encontrar un montón de vídeos de cómo realizar esta práctica. Eso sí, prepara espacio y reserva un hueco en la agenda, ya que te llevará cierta práctica que a la larga agradecerán tus plantas.
Es cierto que la fabricación de fertilizantes caseros puede no ser tan precisa como el uso de fertilizantes comerciales, donde las concentraciones de nutrientes están claramente especificadas. Detrás de cada uno de estos productos que puedes encontrar en el mercado en diferentes formatos, ya sean de origen orgánico o no (abonos sólidos, preparados líquidos, bastoncillos, abonos granulados, etc) hay muchos profesionales que han trabajado con el objetivo de suministrar a tus plantas justo lo que necesitan y de forma bastante eficiente.
Aunque esta práctica necesite sus matices, hay ciertos beneficios que sí o sí obtendrás con ella:
Esta es la cantidad de nutrientes que tiene cada uno de los ingredientes propuestos y las cosas que deberás tener en cuenta si vas a usarlos:
Esto suena genial, pero no todo vale. Aprovechar los restos vegetales de tu jardín o los desperdicios de casa puede ser una excelente práctica para tus labores jardineras, pero mezclar el sustrato con una piel de plátano triturada o los restos del café de la mañana, por muy buena pinta que tenga, no será efectivo.
La fabricación de abonos caseros o compost es un proceso natural, lento y complejo y puede hacer variar el resultado obtenido dependiendo de muchos factores: temperatura ambiente, calidad de los alimentos, residuos presentes en ellos, etc.
Nunca apliques directamente estos restos orgánicos en la tierra de tus macetas. Además de no funcionar, ya que necesita pasar por una serie de procesos complejos y laboriosos (compostaje), puede ser un foco de problemas que harán más mal que bien a tu planta: moscas, hongos y malos olores.
Si buscas una precisión exacta en la concentración de nutrientes, considera complementar tus abonos caseros con fertilizantes comerciales específicos para no fallar el tiro con tus plantas. Al fin y al cabo en casa tenemos muchos tipos de plantas, con demandas concretas y ningún laboratorio donde poder obtener los análisis que nos digan la riqueza de los distintos macro y micronutrientes para cada una de ellas.
Como siempre, investiga, prueba y disfruta del proceso.