Por qué Japón tiene "el secreto del éxito académico" y todos los países deberían imitar sus técnicas de estudio
El éxito académico es una de las prioridades en muchos países, aunque en muchos casos no logran conseguir los resultados esperados. En España, por ejemplo, el informe PISA constata que los datos no son muy positivos en muchas áreas y los alumnos deben mejorar. Así, entre los sistemas educativos más envidiados, está el caso de Japón, un país donde los estudiantes tienen una gran reputación y que posee técnicas de estudio bastante eficaces.
Las estrategias de los estudiantes del país nipón son reconocidas por su alta eficacia en mejorar el rendimiento académico. En este territorio asiático, la legislación educativa es muy estable y duradera, hay asignaturas que también forman valores de vida y el esfuerzo es esencial por la competitividad alta que existe. Además, se prima la habilidad para resolver problemas y los maestros son muy respetados.
Según el informe PISA, los japoneses tienen un alto nivel en Lectura, Ciencias o Matemáticas, así como en equidad educativa. La planificación, organización o métodos de estudio son muy diferentes a los que conocemos en las sociedades occidentales, y la principal diferencia oscila en que los japoneses se centran en el aprendizaje activo en lugar de la memorización pasiva; es decir, buscan entender los conceptos y aplicarlos en las áreas correspondientes en lugar de simplemente memorizar la información.
Japón y el secreto de un buen sistema educativo: por qué las técnicas de estudio de los japoneses llevan al éxito académico
Al igual que la disciplina y responsabilidad son valores importantes en la cultura japonesa, este estilo de vida lo mantienen en la educación, cumpliendo con sus responsabilidades y aplicando las diferentes técnicas. Por ejemplo, estudiar en grupo les permite compartir conocimientos y aprender unos de otros, lo que les ayuda a mantenerse motivados y responsables. Así, crean horarios de estudio, establecen metas realistas para sí mismos y dividen su metodología en diferentes fases para organizar su aprendizaje.
Pero todo lo anterior es imposible sin lo más importante: la práctica y la repetición. Los estudiantes japoneses se centran en realizar múltiples ejercicios de práctica y repiten los conceptos no para memorizarlos, sino para entenderlos, aplicarlos y convertirlos en hábitos o en un aprendizaje mecánico.
Unas técnicas que no son solo aplicadas por los propios estudiantes, sino también por sus progenitores o tutores, de tal manera que no son solo efectivas en la institución educativa, sino también en el hogar, donde los jóvenes desarrollan habilidades de aprendizaje. Entre los múltiples hábitos saludables que se enseñan, los padres ayudan a estudiar con amigos, crear un horario de estudio, motivar a los hijos o pedirles que expliquen los conceptos que han aprendido y que encuentren formas de aplicarlos en situaciones de la vida real.