El sector cinegético regresa a índices anteriores a la pandemia en Castilla-La Mancha
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En unos tiempos en el que el campo vive una de sus peores crisis, con numerosas protestas de agricultores y ganaderos a lo largo y ancho de la Comunidad Autónoma de Castilla-La Mancha, parece que otra de las patas del sector primario, la caza, recupera cierta normalidad. Eso es, al menos, lo que afirma uno de los principales actores de este colectivo, como es la Asociación de Propietarios y Titulares Cinegéticos (Aproca) . Su presidente, Fernando Villanueva, asegura a ABC que «la actividad cinegética en Castilla-La Mancha, tanto en caza menor como mayor, ha vuelto a los índices que teníamos antes de los años de la pandemia, si se atiende también su faceta comercial y económica». Así, según los datos del Gobierno autonómico, el sector cuenta con 115.000 licencias en la región, moviliza alrededor de 600 millones de euros y genera 14.000 empleos , lo que representa el 1,7% del Producto Interior Bruto (PIB) regional. Noticia Relacionada Castilla-La Mancha estandar No Castilla-La Mancha suma ya nueve cotos sociales, con 13.000 hectáreas a disposición de cazadores ABC La Junta, través de la Consejería de Desarrollo Sostenible, ha inaugurado este fin de semana de manera oficial el nuevo coto social de Riofrío, de la localidad de Puebla de Don Rodrigo, en la provincia de Ciudad Real, con su primera montería Una valoración que hace justo cuando acaba de finalizar la temporada de caza menor, que terminó el pasado jueves , mientras que en caza mayor concluirá el próximo 21 de febrero . Por lo que se refiere a la primera de ellas, Villanueva manifiesta que «ha sido un año muy duro, ya que las poblaciones de las especies se vieron muy mermadas en la anterior temporada debido a que tanto la primavera y el verano fueron muy cálidos». Ello provocó, según indica, una «malísima cría» de especies como la perdiz roja , que es el principal reclamo de la actividad cinegética menor en Castilla-La Mancha. «Si ya las poblaciones de perdiz roja eran bajas antes -recuerda-, este año ha provocado que muchos cotos de caza hayan tenido que autorregularse, y algunos han optado por no cazarla o han terminado su temporada el 31 de diciembre directamente». El responsable de Aproca explica que «la escasa humedad del pasado año hizo que muchos de los huevos de esta especie no eclosionaran y, por eso, gran parte de las polladas que tendrían que haber nacido -en torno a un 90-95%- se han perdido». Por lo que se refiere a la liebre y el conejo, que son las otras dos principales especies de caza menor en Castilla-La Mancha, han estado marcadas por las enfermedades . En el caso de la liebre, Villanueva subraya que «son ya cinco los años en los que la mixomatosis lleva afectándola y ha diezmado notablemente su población». Un problema que, tal y como informa, ha afectado sobre todo a la comarca de La Mancha centro, entre las provincias de Cuenca, Albacete y Ciudad Real. Una situación que, a su juicio, «costará recuperar en los próximos años y durante esta temporada». De hecho, cuenta que muchos cotos han optado por no cazarla y seguirán sin hacerlo en las siguientes para ver si las pocas liebres que quedan pueden recuperar la especie con numerosas manadas. En cuanto al conejo, la especie vive una situación paradójica en función del territorio de Castilla-La Mancha, pues se pasa de un extremo al otro. De este modo, señala que hay zonas en las que hay muy pocos, precisamente en las que históricamente ha tenido más presencia y, sin embargo, en las zonas más agrícolas tradicionalmente se encuentran poblaciones muy numerosas y en algunos puntos se habla incluso de plaga o de emergencia cinegética por los daños que están provocando en el campo. «La caza mayor goza de muy buena salud» El presidente de Aproca destaca, por otro lado, que «la caza mayor goza de muy buena salud desde hace tiempo al haber crecido muchísimo las poblaciones de las especies en los últimos 10-15 años ». Pero, en su opinión, «hay un aspecto muy importante y diferenciador», como es la enfermedad hemorrágica epizóotica, que este año ha mermado a un porcentaje alto de ungulados como los ciervos, aunque también puede afectar a gamos y corzos. «No es que no se haya cazado en la última temporada, más bien todo lo contrario», apunta Villanueva, que sí reconoce que ha habido una reducción de los cupos de caza en los cotos, por lo que cree que habrá que estar pendiente de cara a los próximos meses, por si la enfermedad vuelve a afectar a nuevos individuos. «Lo más probable es que haya una inmunización en aquellos cotos que ya la han padecido, pero en cualquier caso -adelanta- los científicos y veterinarios seguirán trabajando para hacer un seguimiento pormenorizado de las manadas». Y, por último, por lo que al jabalí se refiere, dice que es una especie que está expandida por todo el territorio de Castilla-La Mancha y, aunque no ha habido ningún problema con él, «ha sido una temporada peor en cuanto a las capturas si se compara con los últimos tres o cuatro años». En definitiva una vuelta a la «normalidad prepandémica» que Castilla-La Mancha está aprovechando para atraer, cada vez más, a un mayor número de cazadores de todo el mundo. No en vano y también según los datos del Gobierno de Castilla-La Mancha, la región cuenta con más de 6 millones de hectáreas de caza distribuidas en 5.600 cotos públicos y privados . Unas condiciones óptimas que colocan a Castilla-La Mancha como la segunda comunidad autónoma más demandada en 2023 por los cazadores españoles, tan sólo por detrás de Andalucía, lo que representa el 23% de las búsquedas totales, según los datos de la plataforma de gestión y reserva 'online' de experiencia de caza, Hunty, cuyos registros se reparten entre los meses de octubre y febrero, coincidiendo con el inicio y el final de la temporada hábil de caza mayor y menor. Una situación que, según explica León Rituerto, director de estrategia de Hunty , «puede ayudar a los negocios locales, como gasolineras, hoteles y restaurantes, a ajustar sus inventarios, personal y horarios de servicio para satisfacer la demanda, fortaleciendo la conexión entre la actividad cinegética y la economía local en zonas rurales».