Enzo Ferrari, el hombre detrás de la pantalla
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Se ha hablado mucho de Enzo Ferrari como de un hombre sin sentimientos, manipulador, que utilizaba sus pilotos como piezas de ajedrez. Quizás eso vende bien, pero el mismo Ferrari había sido piloto y sabía lo que había en el interior de un hombre que va a 300 km/h dentro de un pequeño habitáculo. Las palabras de John Surtees , que fue campeón del mundo con el equipo de Maranello en 1964 (es el único piloto de la historia campeón sobre dos y cuatro ruedas), y que dejó el equipo dos años después en medio de un complejo conflicto con el team-manager del equipo, quizás sean unas de las más reveladoras de la «realidad» de Ferrari desde el punto de vista del piloto. Cuenta Surtees años después: «seamos realistas. Pasaron cosas muy feas cuando estuve en Ferrari. Pero después, cuando cree mi propia escudería y tuve que negociar con pilotos ya como patrón, he comprendido mejor algunas cosas que permanecían como un misterio para mi cuando estaba en Ferrari. Hoy las veo bajo un ángulo diferente». Noticia Relacionada estandar No McLaren Technology Center: un día rodeados de magia Alex Adalid Sus deportivos están entre los más codiciados del mundo, tiene un palmarés único en competición y una sede de ensueño que visitamos para probar el 720S Spider y conocer a su diseñador jefe, Alex Alexiev Y añade Surtees: «es una pena que mis relaciones con Ferrari terminasen así y que el «Viejo Hombre» lo admite también. De todos mis años en las carreras, probablemente he vivido los periodos más negros en Ferrari, pero también he conocido los más bellos. Es probablemente mi única relación con la competición que recuerdo con emoción. Lo demás, prefiero olvidar…» Con John Surtees. FP Es cierto que resulta muy difícil de entender bajo un prisma de 2024 la vida de un hombre que pilotaba un CMN en la Targa Florio de1919 , en peligrosas carreteras de tierra limitadas por profundos barrancos. O bien los Alfa Romeo oficiales en los años veinte y que vería morir a sus amigos y compañeros los pilotos Ugo Sivocci y el gran Antonio Ascari. Su muerte le impactó de forma brutal y cuando nace su hijo Dino, decide dejar de correr y dedicarse a la organización, primero de su equipo, la Scudería Ferrari, que actuaba como equipo oficial de Alfa Romeo, y posteriormente como constructor. A veces se olvida que en la Fórmula 1 de los años setenta podía morir un piloto como Roger Williamson por el fuego en su volcado March, mientras David Purley intentaba salvarlo y el resto de los pilotos pasaban a su lado… Las carreras, y no hace muchos años, eran un contexto muy duro, difícil de imaginar hoy. Aun así cuando Gilles Villeneuve muere en Zandvoort en 1982, Enzo llora…. Y las mujeres Enzo Ferrari y los pilotos, y Enzo Ferrari y las mujeres. Es cierta su pasión por las mujeres, su relación continuada con Lina Lardi, con la que tendría a su hijo Piero Lardi Ferrari (al que hasta el fallecimiento de Laura Garello, la Signora Ferrari, no reconocería y le daría el diez por ciento de las acciones de la empresa). Y con Fiamma Breschi, la novia de Luigi Musso. Fiamma, tras la muerte de Musso (quiso suicidarse, pero la salvó Fangio) se convirtió en una consejera clave de Ferreri. El patrón estaba enamorado de ella, pero Fiamma nunca quiso que su relación fuera a más… En realidad, hablando de mujeres, hay una persona clave en éxito de Enzo Ferrari: la señora Laura Garello Ferrari. Se habían casado en el año 1923. Nueve años después nacería Dino, una de las tragedias de Enzo Ferrari ya que moriría a los 24 años por distrofia muscular Mientras gozaba de buena salud, colaboraba con su marido, de forma prosaica pero también con esa dosis de «dramatización teatral» que los Ferrari consideraban necesaria para la gestión de su negocio. Era al principio una joven enamorada, solía llamarlo «mi Enzino». Luego hizo falta mucha paciencia para convivir con un personaje tan complejo como podía serlo Enzo Ferrari. Laura Garello, con su marido Enzo Ferrari. FP La señora Ferrari, una buena empresaria, siempre en la fábrica, atenta a todo lo que pasaba, especialmente responsable de que nadie saliera caro. Cada mañana, un conductor, muchas veces mecánico con mono de trabajo, se dirigía al número 11 de Largo Garibaldi (la plaza más grande de Módena), a la casa de Laura y Enzo Ferrari, con un pequeño minibús Fiat 850 rojo, con la pintura ligeramente descolorida, para recoger y llevar a la esposa Commendatore a la fábrica de Maranello. En muchas ocasiones este conductor era Savigni, un antiguo mecánico del equipo de carreras y hombre de confianza. Era también el conductor del camión que transportaba los coches. Se cuenta que una vez, a su regreso de la Carrera Panamericana, que se disputaba en México, Enzo Ferrari y Laura Garello, le esperaban con impaciencia en el patio de la fábrica de Maranello. Les preocupaba el contenido del depósito auxiliar instalado en el chasis del camión. El camión contaba con el clásico depósito para combustible, pero había un auxiliar que cumplía otra función. De hecho, estaba lleno de monedas de 20 dólares mexicanos, de oro. Este era la prima de participación y el premio del ganador. Ciertamente no era un papel fácil y que no facilitaba el trato con los empleados, pero era parte indisociable de Maranello. Laura era en cierta forma la figura desagradable y antipática del dúo Ferrari. Mientras, Enzo hacía el papel de quien estaba al tanto de todo lo que pasaba en su fábrica y que, siendo un príncipe paternalista, lo aguantaba perdonando a los «malhechores». Es conocido el episodio que se remonta a 1961, año en el que el director deportivo, director técnico, diseñador, o director financiero, entre otros, fueron despedidos. Para la mayoría de los directivos, la señora Laura se había vuelto insoportable. Tavoni, Bizzarrini, Chiti, Gardini y otros habían formado un frente común. Le presentaron a Ferrari un ultimátum. – «O la Signora Ferrari deja de venir a la fábrica o dimitimos en masa». Enzo Ferrari, que como actor no tenía rival, fingiendo gran sorpresa, les dijo que mañana por la mañana les daría una respuesta. Esto era lo que Él había «proyectado» para liberarse de un solo golpe de las personas que ya no le interesaban, y en pleno acuerdo con su esposa, había preparado la «escena». A la mañana siguiente, a las diez de la mañana, los interesados entraban por la puerta del despacho del Commendatore. Las pocas palabras de Ferrari a los «rebeldes» fueron escuetas: – «¿Qué habéis venido a hacer? ¿Cómo puede alguno de ustedes pensar que yo impediría que mi esposa viniera a la fábrica? Buena suerte». Asistiendo a unas pruebas del Dino 246. FP La señora Ferrari murió el 27 de febrero de 1978, diez años antes que su marido. A pesar de una vida de pareja complicada y de muchas diferencias, su médico personal, el Dr. Cesare Carani, notó que los unía «un gran cariño, una hermosa complicidad y un enorme respeto». Enzo nunca olvidó que, en sus primeros tiempos, para ayudarle en sus inversiones, su esposa no dudaba en sacar de su «borsetta d'oro» las monedas de oro que le ofrecía su familia con motivo de su matrimonio. Cuando Laura murió y contra todo pronóstico, el Dr. Carani notó un verdadero estado depresivo en su famoso paciente. Cesare, aconsejado por un amigo psicoterapeuta, recetó a Enzo Ferrari una terapia con antidepresivos durante unos meses. La distrofia muscular que padecía su esposa en los últimos años revivió el inmenso dolor por la pérdida de su hijo Dino. Lo perseguía una especie de culpa porque esta enfermedad degenerativa, probablemente hereditaria, podía transmitirse en el raro caso de incompatibilidad genética de los padres. Un episodio brutal sería la profanación de la tumba de Dino Ferrari . El 9 de octubre de 1979, de madrugada, los carabinieri advirtieron a Ferrari que la tumba familiar había sido profanada. Cuando el Commendatore observó la escena sin decir palabra: curiosamente, el cuerpo de su hijo permanecía intacto 26 años después. Quizás esto fue lo que ahuyentó a los profanadores, que ciertamente esperaban recuperar huesos para obtener un rescate. Pero Enzo Ferrari cayó en una depresión, y no era la primera. Hay mucho de comedia italiana, se dice, pero aún más de tragedia. Enzo perdió a su hermano en la juventud y su madre decía que la muerte había escogido mal entre sus hijos… MÁS INFORMACIÓN noticia No La impactante autonomía y prestaciones del renovado Porsche Taycan noticia Si Después de años de austeridad y 20.000 despidos, Volkswagen quiere invertir 180.000 millones de euros noticia No Comprobamos el perfecto equilibrio del Touareg: Confort en carretera y aptitudes off-road Compleja figura, sin duda, en la que la persona y el personaje a veces se confunden en la película «Ferrari» de Michael Mann que hoy se estrena. Un film centrado en 1957, en el periodo que sucede a la muerte de su querido hijo Dino, a las Mil Millas en que De Portago, el piloto español, tiene el trágico accidente… Sin duda una película apasionante pero la figura de Enzo Ferrari lo es aún más, aún más compleja, aún más leyenda y aún más humana.